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EDUCACIÓN EN ESPAÑA | EN PORTADA

Cuando aprende tanto el que va como el que viene

Los latinoamericanos buscan en España especialización, mejores oportunidades laborales para el futuro y la experiencia personal y profesional que da el estudiar en un país europeo

Sergio C. Fanjul

Carlos Alberto Farfan nació al norte de Perú, en el departamento de Piura, a unos 9.500 kilómetros de España. Allí estudió un pregrado de Medicina, para luego especializarse en oncología en Lima, donde acabó ejerciendo su profesión en un hospital. En 2010 obtuvo una beca de la Fundación Carolina y ahora lleva dos años formándose en el hospital 12 de Octubre de Madrid en oncología genitourinaria y en neurooncología. “Las ventajas aquí es que existen diversas subespecializaciones que todavía no están del todo formadas en Perú, hay colaboración multidisciplinar entre diferentes profesionales que permite ver los problemas desde todos los puntos de vista, además personal muy capacitado y una buena infraestructura”, explica. Farfan tiene 41 años.

Este bien podría ser el perfil más común de los estudiantes latinoamericanos que cruzan el charco para estudiar en España: bien formados en sus países de origen, que se desplazan para hacer un posgrado y especializarse en la universidades o escuelas de negocios españolas, aunque tal vez con una edad más cercana a los veintitantos o treinta y pocos. En 2011 hubo en España 22.800 latinoamericanos con autorización de estancia por estudios, según el Observatorio Permanente de la Inmigración del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, lo que supone un 44% del total de extranjeros con permiso, una cifra que no ha parado de crecer desde 2005. El grupo más numeroso es, de largo, el de estudiantes colombianos (5.400 autorizaciones), seguido de los venezolanos (2.850), brasileños (2.390) o chilenos (1.905).

TERCER DESTINO PREFERIDO

¿Qué es lo que hace que un estudiante latinoamericano bien formado en los centros de enseñanza y universidades de su país viaje a ultramar para complementar su educación? “En América Latina, la calidad de la enseñanza es buena”, explica Paloma Beney to, responsable de formación de la Fundación Carolina, “pero en algunas regiones o sectores faltan ciertas especializaciones. También hay gente que no tiene recursos para acceder a centros como el Liceo de Barcelona o el hospital Ramón y Cajal, y ahí es donde entran las becas”. La fundación otorgó el último año 909 becas a estudiantes procedentes de la Comunidad Iberoamericana de Naciones (excluida España) seleccionados por su excelente currículo entre 55.000 solicitantes, con financiación mixta público-privada. “Lo que busca un estudiante que va al extranjero es mayor especialización, mejores oportunidades laborales y la experiencia de haber estudiado fuera, de adaptarse a otro país y a otra cultura, que también es importante y se valora”, explica José Antonio Cruzado, director para España y Latinoamérica de la empresa de comunicación y marketing en el sector de la educación internacional QS, que organiza ferias por toda la faz del planeta en las que pone en contacto a candidatos a estudios en el extranjero con los centros de enseñanza. Según los datos de QS, España se encuentra en torno al tercer puesto (depende del país de salida) en la elección de destino para los estudiantes latinoamericanos, tras Estados Unidos y Reino Unido.

Unos acuden a España para abrirse paso en Europa y otros con la idea de volver a su país o de entrar en una empresa europea que opere en Latinoamérica

La ubicación geográfica de España también puede convertirla en puente entre dos mundos: “Las escuelas de negocios españolas son una plataforma donde alumnos procedentes de Latinoamérica pueden coincidir con alumnos procedentes de Asia, por ejemplo, y en este mundo hay que aprender a hacer negocios no solo con una cultura, sino con culturas diferentes”, dice Antonio Díaz Morales, director de la Nebrija Business School, “por eso resulta muy útil la situación de España como cruce de caminos.

Porque en posgrado no solo se busca conocimientos, sino también desarrollo de habilidades y networking”.

Y después, una vez acabados los estudios, ¿qué? “Unos vienen buscando una oferta con la que abrirse paso en Europa, otros vienen con la idea de volver a su país original o entrar en una empresa europea que opere en Latinoamérica donde su conocimiento pueda ser útil”, explica Díaz Morales, “aunque la crisis europea se nota y tal vez cada vez vengan más con la idea más clara de regresar”. En efecto, en tiempos económicos mejores, muchos de los estudiantes aspiraban a encontrar un puesto de trabajo en España y quedarse, pero en la vieja Europa pintan bastos, mientras las economías latinoamericanas crecen con furia asiática. “No seleccionamos a los mejores de la promoción para formarlos y que luego se queden en España: para nosotros, eso es un fracaso”, explica Beneyto; “queremos que ese conocimiento repique en su país de origen, ya sea en el ámbito público o privado. Queremos crear sinergias”.

Pero tampoco hace falta desplazarse para seguir formándose. La Alianza Sumaq reúne a siete de las mejores escuelas de negocios latinoamericanas y al IE Business School español para impartir programas a ejecutivos de empresas multinacionales adaptados a cada región de Latinoamérica.

América Latina ha estado mucho tiempo mirando a EE UU, pero ahora se fija más en Europa, y en España en concreto

¿Qué ofrece el IE a sus estudiantes latinoamericanos? “Gran parte del management que se aplica en América Latina viene de España”, explica Antonio Montes, director general de Sumaq; “somos de los mayores inversores en esa zona, y hasta hace poco, además, para bien o para mal, España estaba de moda. En las escuelas de negocios latinoamericanas hay niveles altos, pero falta reconocimiento, por ejemplo en los rankings mundiales. Muchas veces se busca reconocimiento internacional. Aquí les enseñamos las cosas de una manera distinta, de una manera global, con profesores y alumnos de muchas diferentes nacionalidades, y no de forma doméstica o local”. La tecnología actual permite además los programas blended, con parte online que se hace desde el lugar residencia y una parte presencial intensiva.

La escuela Esade tiene un campus propio en Buenos Aires, un global center en São Paulo, e imparte programas en otros lugares de la región como Uruguay, Paraguay y el sur de Brasil.

“América Latina ha estado mucho tiempo mirando a Estados Unidos, pero desde hace algún tiempo España es el mayor inversor en muchos países de la zona. Hay que mirar a España y a la Unión Europea, con la que se han firmado muchos tratados de libre comercio en los últimos años”, dice Camelia Ilie, directora de executive education de Esade Madrid. “Es importante hoy día que la educación sea internacional”, continúa; “también les recomendamos a los españoles que salgan a formarse fuera. La empresa local va a desaparecer; si no, no podremos salir de esta difícil situación económica”.

Los antiguos alumnos internacionales de Esade se congregan en diferentes asociaciones o chapters por diferentes países como Perú, Venezuela, Costa Rica o Ecuador, presididos por un exalumno sénior, en los que se imparten conferencias, eventos, cenas de networking y hasta actividades lúdicas o familiares. “Incluso la vida profesional tienen su parte emocional y lúdica, que es para nosotros también extremadamente importante”, opina Ilie; “el sentido de pertenencia se genera con la actualización formal, pero también informal”.

La Escuela Complutense de Verano, de la Universidad Complutense de Madrid, se fundó en 2002 a similitud de las summer schools anglosajonas.

Se trata de cursos de especialización de tres semanas con mucho rigor académico, que implican la realización de prácticas y pasar una evaluación para obtener el título. Son cursos más duros que los que se suelen tratar en los cursos de verano al uso. “En el último año hubo 1.400 alumnos y casi la mitad de ellos fueron latinoamericanos, por primera vez superaron en número a los españoles. Muchos de los asistentes, que son alumnos ya graduados, acaban vinculados a la Complutense realizando cursos de posgrado”, explica María Bautista, directora de formación de la Fundación General de la Universidad Complutense de Madrid. En 2006, debido a que muchos de los estudiantes no tenían la posibilidad de trasladarse a España, se crea la Escuela Complutense Latinoamericana, que imparte cursos de dos semanas en universidades latinoamericanas con participación mixta entre profesores locales y españoles.

“La Complutense es una universidad de prestigio”, afirma Bautista; “muchos alumnos vienen a cursos que imparten autores de libros de texto que han estudiado y ahora puede interaccionar con ellos, además de conocer su teorías”.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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