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El CSIC sospecha que un científico falso firmó en seis de sus estudios

Las pesquisas sobre el presunto fraude de datos en Doñana revelan falta de control

Lemus, con un pollo de buitre leonado en las hoces del Duratón (Segovia), en 2007.
Lemus, con un pollo de buitre leonado en las hoces del Duratón (Segovia), en 2007.GUILLERMO HERRERO

El Comité de Ética del CSIC busca un fantasma. Un fantasma con un buen currículo académico, con al menos seis publicaciones científicas en revistas internacionales. Firma como Javier Grande y ha figurado como investigador de dos institutos públicos, el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) y el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC). En los estudios aparece junto a Jesús Ángel Lemus Loarte, el científico investigado por un presunto fraude que consistiría en inventarse o alterar datos de patógenos y presencia de antibióticos en decenas de estudios. El problema es que Grande no aparece en ninguna base de datos del CSIC. Nunca ha estado contratado, según confirman en los dos centros.

El caso Lemus estalló definitivamente cuando el 23 de diciembre pasado jefes y colegas de este veterinario contratado por la Estación Biológica de Doñana le denunciaron ante el Comité de ética del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Sospechaban de de una manipulación de datos después de haber sido incapaces de reproducir en otros labortorios resultados de Lemus. Este diario intentó ayer, sin éxito, hablar con este. Hace dos semanas defendió sus trabajos y afirmó desconocer todo.

En las bases de datos
no aparece un experto que
firmaba con el denunciado

En la investigación, el comité de ética ha contactado con los que han firmado algún artículo con Lemus. Pero hay uno que no aparece: Javier Grande, a pesar de haber firmado entre 2006 y 2009 seis artículos junto a Lemus en revistas científicas como PLoS ONE, Environmental Research, Animal Conservation, Environmental Pollution y Journal of Applied Ecology. Grande figura en cuatro de ellos como investigador del MNCN y en dos como del IREC. El estudio publicado en PLoS ONE en 2007, por ejemplo, trata sobre cómo los antibióticos amenazan la biodiversidad, ya que los investigadores hallaron restos de quinolonas en buitres. Allí, Grande supuestamente “realizó la determinación de patógenos”.

El director del IREC, Jorge Cassinello, explicó ayer que en las bases de datos del instituto no aparece ningún Javier Grande: “No nos consta que haya existido (…) Hemos mirado en los archivos y no está”. Cassinello cuenta que el CSIC les pidió hace unas semanas que revisaran en sus bases de datos en busca del tal Grande y califica lo sucedido como “incomprensible”. “Lo ves en una película y no te lo crees”, añade.

El revuelo desde que estalló el caso es notable entre los científicos

Juan Moreno, profesor de investigación en el MNCN, da una visión parecida: “No existe y no consta que haya existido. En el museo no ha estado ni ha tenido ninguna vinculación”. Moreno no da ni un detalle más, porque él colaboró en el informe preliminar sobre el tema encargado por el presidente del CSIC, Emilio Lora-Tamayo, que se encontró el asunto nada más llegar al cargo. Oficialmente, el CSIC no comenta el caso porque tiene en marcha una investigación.

La investigación sí halló a un veterinario llamado Javier Grande que, como Lemus, se había licenciado en la Universidad Complutense de Madrid. Pero el excompañero de Lemus, Javier Grande Ortiz, no tiene nada que ver con el caso. Él tiene una pequeña clínica veterinaria en el norte de la ciudad de Madrid. “Somos conocidos porque en la facultad cuando estudiamos todo el mundo se conocía, pero hace unos 15 años que no sé nada de él”, explica Grande Ortiz tras revisar a Zancos, un cachorro de mastín de unos cinco meses.

El Javier Grande de carne y hueso cuenta que hace aproximadamente un mes, el MNCN contactó con él para saber si era colaborador de Lemus. “Cuando me preguntaron pensé que era una broma”, cuenta aún incrédulo, y sostiene que no se dedica a la investigación ni ha trabajado con Lemus.

El revuelo desde que estalló el caso es notable entre los científicos. El CSIC afirma que cuando acabe la minuciosa investigación del Comité de Ética irá hasta el final y pedirá la retirada de cuantos artículos sean necesarios.

Antes de que saltara el que puede ser uno de los mayores escándalos científicos en España, el veterinario Lemus estaba contratado con una beca postdoctoral de la Junta de Ampliación de Estudios del CSIC en la Estación Biológica de Doñana. Lemus, nacido en 1972, leyó la tesis en 2010 sobre Enfermedades emergentes y residuos de fármacos en aves salvajes.

“No compartía muestras”

En el caso de Jesús Ángel Lemús ya hay quien intentó sin éxito comparar sus notables resultados. En junio pasado, Antonio Tenorio, del Instituto de Salud Carlos III (Ministerio de Sanidad), pidió a Lemus y al equipo de Doñana una serie de muestras para comparar sus resultados sobre la presencia del virus del Nilo occidental (west nile) en aves.

Tenorio es coordinador de un grupo de trabajo europeo sobre esta enfermedad y consideró que los resultados de Lemus eran “muy interesantes”. Según este, el equipo de Doañana había encontrado que aproximadamente un 40% de las muestras de aves en Marruecos tenían el virus, y además era una estirpe totalmente nueva. “Eran datos muy raros que no nos cuadraban porque eran virus muy distintos y sería un hallazgo demasiado nuevo. Le pedimos acceso a las muestras para confirmar esos resultados tan llamativos pero se negó a compartirlas”, explica por teléfono.

Tenorio señala que él lleva muchos años con el tema y que es muy difícil encontrar el virus en las aves, ya que suelen aparecer anticuerpos, un signo de que han estado en contacto con este virus, que puede pasar al hombre y causar enfermedades neurológicas. “Que de pronto aparecieran un 40% de positivos va contra lo esperable. Además, el linaje sería completamente nuevo”, resume, y recuerda que al no recibir las muestras el tema quedó ahí.

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