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Petro declara la conmoción interior por los combates en la frontera: “El ELN tendrá guerra”

El presidente ha remodelado también su Gobierno en un momento de máxima agitación en el país

El presidente Gustavo Petro  y miembros de gobierno nacional durante el vuelo hacia Tibú (Norte de Santander), el 17 de enero de 2025.
El presidente Gustavo Petro y miembros de gobierno nacional durante el vuelo hacia Tibú (Norte de Santander), el 17 de enero de 2025.Presidencia de la República
Juan Diego Quesada

Gustavo Petro ha declarado este lunes el estado de conmoción interior por los combates que libran los grupos armados en la frontera con Venezuela. La guerra que mantienen estos grupos con los que el presidente ha intentado negociar la paz sin éxito ha dejado decenas de muertos y miles de desplazados este fin de semana de fuego cruzado. Petro ha reforzado la zona con 300 soldados más de las fuerzas armadas colombianas, pero la batalla entre el ELN y las disidencias de las FARC continuaba hoy día.

La conmoción interior, uno de los varios tipos de estado de excepción que permite la Constitución colombiana de 1991, otorga al presidente poderes especiales para enfrentar amenazas inminentes contra el Estado. Puede extenderse hasta 90 días y prorrogarse en dos ocasiones. La norma no especifica de qué herramientas concretas podrá echar mano el presidente, así que queda por ver las decisiones que toma. El referente más cercano es el de Daniel Noboa, que en Ecuador lo decretó para sacar al ejército a las calles y combatir así a las pandillas.

Al mismo tiempo, el presidente ha anunciado el estado de emergencia económica. Se entiende que pretende solucionar el conflicto añadiendo una aproximación distinta, no solo con las armas. Petro suele decir que el desarrollo económico de las regiones será lo que acabe con parte de la violencia que viven estas zonas apartadas, donde el Estado no logra imponer el imperio de la ley. El presidente ha pedido que la justicia no le tumbe esta medida, que revisan de oficio tribunales. “Espero del poder judicial su apoyo”, ha escrito en X. El presidente pide que no se repita lo que ocurrió con el estado de excepción que decretó para combatir la crisis de agua en La Guajira, un departamento desértico. La medida quedó anulada por la Corte Constitucional.

Cuando llegó al poder, pidió a su gente de confianza que abriese negociaciones con todos los grupos armados del país. A aquello se le puso el nombre de “paz total”. Imposible más ambición. La realidad ha acabado aplastándole. El ELN, la guerrilla más antigua de Colombia, no ha dado muestras de querer dejar las armas después de dos años largos de conversaciones. Ahora mismo parecen rotas, más después de que el ELN se esté enfrentando en el Catatumbo, en el borde con Venezuela, a varias disidencias de las extintas FARC. Esa es la región con mayor concentración de cultivos de hoja de coca en el mundo.

“El ELN tomó el camino de la guerra y guerra tendrá”, ha dicho Petro. El conflicto es muy complejo y los analistas coinciden en señalar que ahora mismo no existen las condiciones militares para neutralizar al ELN por medio de las armas. La guerrilla vive principalmente en la frontera, un territorio vastísimo, y en los momentos en los que se pueda ver acorralada dará un paso a Venezuela, donde se siente protegida. El ejército de Nicolás Maduro, recién autoproclamado presidente del país, apenas ocupa ese territorio. Y cuando lo hace, convive con la guerrilla para evitar enfrentamientos directos.

Petro llegó a la Casa de Nariño con la paz como bandera. Su pasado guerrillero lo legitimaba para poder entablar conversaciones con los grupos todavía activos sin ánimo de revancha. Entendía por qué esos hombres se habían echado al monte y a la selva, él mismo tuvo esa pulsión en nombre de la justicia social. Ahora Petro ha perdido la fe en ellos. Ya ni los considera guerrilleros. “Lo sucedido en el Catatumbo no es sino una demostración más, del tránsito de las guerrillas insurgentes hacia las organizaciones narcoarmadas”, ha escrito en X. De hecho, les profiere el peor de los insultos: “La acción de masacre cometida por el ELN con fuerzas traídas desde Arauca hasta el Catatumbo calca perfectamente el accionar de los grupos paramilitares, cuando, dirigidos por Mancuso, llegaron a la zona: masacre de campesinos civiles, en estado de indefensión. Crímenes de guerra por doquier que son crímenes contra la humanidad”.

La Casa de Nariño ha sido un hervidero este lunes. No ha habido tiempo de atender a la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Se ha sabido que el canciller Luis Gilberto Murillo, uno de los más fuertes del Gobierno, dejará su cargo a finales de mes. Le sustituirá Laura Sarabia, la que hasta ahora fungía en la práctica como número 2 del presidente. Son dos cambios de mucho calado. La fisonomía del gabinete va a ser otra. Al tiempo, Mauricio Lizcano, ministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, ha presentado su renuncia. Lizcano era de los pocos que quedaban que acompañaban a Petro desde el primer día. Tanto él como Murillo tienen aspiraciones presidenciales. El polémico Armando Benedetti, además, ha llegado a Palacio a comenzar su labor de asesoría. Día de movimientos tectónicos en la órbita de Petro.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.
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