Los científicos del programa Ramón y Cajal piden puestos de trabajo
Los investigadores, altamente cualificados, denuncian las incertidumbres para continuar desarrollando su labor en España
Dos centenares de investigadores del programa Ramón y Cajal, diseñado hace una década para captar científicos altamente cualificados, con experiencia internacional y preparados para dirigir sus propias líneas de investigación, han firmado unas cartas que se presentarán esta semana en los ministerios de Economía (con las competencias de I+D) y de Educación solicitando puestos de trabajo estables para poder continuar su labor. Los científicos denuncian en un comunicado la incertidumbre en la que se encuentran respecto a su futuro, pese a la necesidad unánimemente reconocida de invertir en I+D para que España pueda crecer económicamente.
El programa Ramón y Cajal fue creado en 2001 para atraer a científicos con el doctorado hecho, experiencia de investigación y un currículo sobresaliente y competitivo, para aportar al sistema español de I+D conocimiento, experiencia y conexiones internacionales. Tras una rigurosa evaluación, se ofrece a los seleccionados un contrato de cinco años, con su salario similar al de un profesor universitario, en un centro de investigación o una universidad, para desarrollar su propio equipo y línea de investigación, recuerda la Asociación Nacional de Investigadores Ramón y Cajal. Asimismo, se contempla en el programa la estabilización laboral de los científicos una vez transcurridos los cinco años y tras haber superado las evaluaciones pertinentes. En la convocatoria del año 2007 (los seleccionados terminan este año el contrato de cinco años) “se establece un compromiso expreso por parte de los centros de investigación contratantes de convocar un puesto de trabajo permanente con el perfil del investigador Ramón y Cajal antes de finalizar el contrato”, recuerda la asociación.
El objetivo del programa es aportar al sistema español de I+D conocimiento, experiencia y conexiones internacionales
Pero la situación ha empeorado mucho en los últimos años y estos investigadores se enfrentan a un panorama oscuro en el que el Estado no contempla la convocatoria de nuevas plazas en ningún organismo público (con raras excepciones entre las que no se ha incluido la investigación), ni siquiera para reponer los puestos que vayan quedando vacantes por jubilación.
El 90% de los Ramón y Cajal de la primera convocatoria (2001-2002) consiguieron estabilizarse laboralmente al concluir el contrato de cinco años, según la encuesta de la asociación. Sin embargo, sólo ha logrado el puesto de trabajo el 37% de los de la convocatoria de 2006. Los científicos denuncian ahora “el serio problema actual del futuro de los investigadores Ramón y Cajal y la posible pérdida de este capital humano altamente cualificado”.
El perfil medio de estos científicos muestra “una edad de 42 años, con 17 de experiencia laboral e investigadora (buena parte de ellos a un nivel científico de primera línea en sus respectivos campos) , notable experiencia internacional , conexiones con científicos de primera línea de otros países y capacidad de liderar su propia línea de investigación que, en muchos casos, representa una innovación con respecto a la ciencia que se había venido desarrollando en España hasta la fecha”, recuerda el comunicado de la asociación.
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