Nacionalizar la central de Fukushima para saber qué pasó realmente
Dos parlamentarios japoneses explican en la revista 'Nature' que con la planta nuclear en manos de la empresa Tepco no es posible evaluar a fondo el accidente ni la situación actual de los reactores
No se sabe si los núcleos de los reactores de la planta nuclear de Fukushima Daiichi (Japón) están aún activos, ni cuál fue la causa de las explosiones tras el terremoto del pasado 11 de marzo ni hasta qué punto el combustible fundido ha penetrado en las bases de los reactores. Dos parlamentarios japoneses denuncian en la revista científica Nature el oscurantismo practicado por la compañía propietaria de la central (Tepco) y sostienen que debe ser nacionalizada para poder acceder libremente a la información y para que los científicos independientes puedan realizar los análisis necesarios. La transparencia, dicen Tomoyuki Taira y Yukio Hatoyama (exprimer ministro nipón) es esencial, no sólo para afrontar ahora la situación, sino también para el futuro de la energía nuclear.
“Es especialmente importante saber si se alcanzó el peor escenario posible, es decir, si la reacción nuclear autosostenida se reinició en el núcleo del reactor (recriticalidad) generando más productos de fisión y daños por calor; si las explosiones que dañaron la planta a los pocos días del terremoto fueron de origen nuclear, emitiendo metales radiactivos de las barras de combustible dañadas, y si se ha filtrado combustible fundido por la base del reactor, con la consiguiente amenaza de contaminación medioambiente”, escriben los dos parlamentarios en la revista británica.
Taira y Hatoyama, como miembros de la llamada Comisión B creada por los parlamentarios para estudiar respuestas en caso de que en Fukushima se diera el peor escenario nuclear (la Comisión A era la del Gobierno), se quejan de las restricciones impuestas por Tepco (Tokyo Electric Power Company) para el acceso a la información sobre el accidente. “Nuestro comité luchó por obtener un manual de la planta. En principio la empresa se negó a dárnoslo y cuando finalmente nos lo enviaó, un mes después, muchas partes estaban tachadas (incluido los párrafos referentes a temperaturas y procedimientos de emergencia) porque, según dijo la empresa, tenía derechos de propiedad intelectual sobre esos párrafos y por motivos de seguridad. Solo seis meses después nos proporcionó Tepco el manual íntegro”, escriben Taira y Hatoyama. El manual, aclaran los dos parlamentarios, era importante para comprender por qué la compañía había apagado parte del sistema de refrigeración del reactor antes del terremoto y lo había encendido de nuevo después, pero antes del tsunami, así como averiguar cuando resultaron destruidos los sistemas de emergencia.
La empresa negó a la comisión la documentación de la central
Los autores del artículo proponen que se forme un consejo científico especial para ayudar a que trabajen coordinadamente los investigadores de varias disciplinas. “Esto ayudaría a neutralizar el peligros optimismo de algunos de los ingenieros que trabajan en la industria nuclear”, escriben. Ese consejo científicos sería también importante para el desarrollo de las tecnologías necesarias para descontaminar y desactivar la central, así como para construir un almacén geológico profundo para los residuos nucleares.
Taira y Hatoyama plantean incógnitas clave. Por ejemplo, explican, no se conoce la extensión de la base de los reactores que ha resultado dañada por el combustible fundido. “Esto es importante porque Tepco planea una estrategia de llenado del núcleo del reactor con agua para absorber la radiactividad mientras se extrae el combustible”, explican. Pero si el hormigón bajo el reactor está dañado se pueden filtrar al suelo materiales radiactivos. Hasta hace poco el Gobierno Japonés creía que esto no podía suceder, pero hace un par de semanas Tepco admitió que el combustible ha podido destruir tres cuartas partes del hormigón bajo la unidad 1 del reactor y dañado la base de dos de los otros tres. El alcance de la filtración aún no se ha determinado, advierten los parlamentarios.
“Si sigue habiendo reacciones nucleares en el interior del núcleo del reactor, seguirán creándose productos de fisión y el calor generado probablemente dañará los sistemas de enfriamiento y de descontaminación”, señalan los dos parlamentarios, advirtiendo que se han registrado indicios de recriticalidad en Fukushima, pero la información disponible es contradictoria.
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