La exnovia de Carcaño declara que este y su hermano mataron a Marta
La menor expareja del acusado dice que este implicó a todos los imputados.- La madre de Rocío afirma que el principal acusado le confesó que "se le fue la mano en una bronca" e implica a Samuel en el traslado del cuerpo
Rocío P. G. ha declarado como testigo en el juicio por la muerte de Marta del Castillo, la menor desaparecida en 2009 y cuyo cadáver no ha sido hallado. La joven era, cuando ocurrieron los hechos, novia de Miguel Carcaño, el principal acusado del crimen y autor confeso de la muerte. La menor ha ratificado que Carcaño le dijo que mató a Marta, eliminó pruebas, implicó a todos los acusados y que le llevó a una arboleda de Camas (Sevilla) donde habían ocultado el cuerpo. También ha inculpado directamente al hermano de su expareja en el crimen.
Esta joven, que vivía con el ahora imputado en Camas en una casa donde convivían otras siete personas, ha dado diferentes versiones de lo que sabía sobre el crimen. Esta mañana ha sumado una más en la que asegura que el crimen contó con la participación activa del hermano de Carcaño, Javier Delgado: "Miguel le dio un golpe con el cenicero y una vez en el suelo, él y su hermano se liaron a pegarle", ha afirmado.
"No quería contar lo que sabía por el miedo y las amenazas. No conté toda la verdad y me lo inventé", afirma la exnovia de Carcaño
Ante el juez ha dicho que se enfadó con Carcaño un día antes del crimen. El día de la muerte de la menor, Rocío ha asegurado que su exnovio se refirió a Samuel en una conversación y que, tras varias llamadas, se vistió y dijo que iba a su casa a arreglar un problema con su hermano. "Me habló de un charco de sangre. Le pregunté qué pruebas iba a limpiar y me dijo que habían discutido él y Marta. Su hermano también discutió con Marta. Ante esto, Carcaño la golpeó", ha declarado la menor ante el juez. "Él, su hermano y unos más participaron en la desaparición del cuerpo de Marta", ha insistido.
Ha relatado que Carcaño implicó a su hermano en la desaparición de Marta tras una discusión con ambos, pero no le mencionó a sus amigos El Cuco y Samuel Benítez. Rocío dice que no contó los detalles del crimen a la policía porque fue amenazada: "No quería contar lo que sabía por el miedo y las amenazas. No conté toda la verdad y me lo inventé".
En sus declaraciones anteriores sostuvo que vio salir y entrar a Carcaño por la ventana del dormitorio que compartían en la madrugada siguiente al crimen, lo que las acusaciones interpretaron como una confirmación de que a la 1.30 de la madrugada los acusados se encontraron para deshacerse del cuerpo.
Varios meses después del crimen, Rocío aseguró que Carcaño le había confesado que lo escondieron en un descampado junto a su domicilio de Camas, lo que llevó a una tercera búsqueda infructuosa, igual que las anteriores en el Guadalquivir y en un vertedero. Hoy se ha ratificado en que eso fue lo que le dijo Carcaño: "Es cierto que Miguel me llevó a una arboleda de Camas donde escondió el cuerpo". Ella misma ha dudado de que fuera verdad
La carta de Rocío al preso
La menor se contradice porque, después de haber afirmado que Carcaño le contó los sucedido, ha asegurado que le pidió por carta a su exnovio, cuando ya este estaba en la cárcel, que le dijera la verdad: "Le escribí a Miguel porque le quería y le pedía que me explicara por qué salía en las noticias y había sido detenido". El letrado que le ha interrogado ha añadido que la misiva incluía: "Me querías y te reías con Marta a mis espaldas".
Soledad P., madre de Rocío, ha declarado que llamó a las 4.20 de la madrugada de la noche del crimen a Carcaño, con quien se entrevistó después en la cárcel. "Mi hija [que fue novia de Carcaño hasta que este entró en prisión] me explicó que no contó su versión antes, por miedo, y porque seguía estando enamorada de Miguel", ha recordado. En prisión, según ha dicho, Miguel le comentó que "se le fue la mano tras una bronca". "Metieron a Marta en el maletero del coche y entre Samuel y otro amigo se la llevaron. Él [Carcaño] no sabía nada. Cuando el golpe mortal solo estaban Miguel y Marta, luego vino el otro", ha continuado. Ha afirmado que se ofreció a colaborar con la policía, que no notó que su hija le ocultara nada y se ha contradicho, con respecto a declaraciones previas, sobre si vio a Miguel esa noche o si respondió a llamadas.
La declaración de la abuela de Rocío, ya fallecida, ha sido leída por el secretario: "Lavó la ropa al día siguiente [del crimen], y dice que no le llamó la atención las manchas en las ropas".
Otros testigos
Antonio T.D., dueño de un bar situado junto a la vivienda de Carcaño, ha declarado que a las dos de la madrugada sacó su basura y vio a dos individuos "delgaditos" atravesar la calle vestidos con dos sudaderas con capuchas. Eran dos hombres jóvenes con unos 10 centímetros de diferencia entre sus estaturas, aunque ha manifiestado que no les vio la cara. Ambos empujaban una silla de ruedas con un bulto rígido colocado sobre los reposabrazos, dirigiéndose hacia unos contenedores y minutos después con la silla vacía. "Pensé: qué raro que a estas horas los vecinos tiren cosas", ha dicho.
El testigo se ha contradicho con respecto a lo que declaró ante el juez de instrucción sobre la presencia de más personas y sobre su conocimiento previo del principal sospechoso.
También ha declarado ya Javier Vaquero, que vio a Samuel Benítez, acusado de haber participado en la ocultación del cadáver, y a su novia en la barriada de Montequinto a las 20.15 horas del 24 de enero de 2009, la noche de la desaparición de Marta del Castillo. Su testimonio no ha aportado nada relevante al caso.
Rosa María S.M., exesposa del hermano de Carcaño, ha ratificado que pasó toda la noche del crimen, entre las 21.15 y las 23.30 horas, con él y con su hija común.
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