BP anuncia el fracaso del sistema 'top kill' para frenar el vertido
El petróleo sigue fluyendo en el golfo de México después de que los intentos de sellar la fuga con lodo se demostraran inútiles. -Los ingenieros lo intentarán ahora con una cúpula
La compañía British Petroleum (BP) anunció ayer que había fracasado en su intento de taponar con lodo y cemento la fuga de crudo que contamina las aguas del Golfo de México. La noticia era temida casi desde el mismo momento en que se anunció la ambiciosa operación conocida como top kill y desarrollada a más de un kilómetro y medio bajo la superficie marítima. El procedimiento nunca se había probado antes y debería de haber dado resultados 24 horas después de puesto en práctica el pasado miércoles. Pero todas las noticias que llegaban eran pesimistas.
El anuncio supone un nuevo revés para el gigante petrolero pero también para la población y el medioambiente de la zona ya que se trata del peor derrame de crudo en la historia de Estados Unidos, con un mínimo de 70 millones de litros y un máximo de 150 contaminando el mar y los humedales de Luisiana -según fuentes gubernamentales ya que BP no ha ofrecido cifras-.
Doug Suttles, jefe de operaciones de BP, confesó que la noticia era pésima. "El hecho de que no podamos frenar la fuga y de que hayamos fracasado hasta el momento es aterrador", aseguró Suttles. El peor escenario ya ha llegado cuando pasan de 40 los días que el petróleo continua fluyendo libremente desde que el pasado 20 de abril un accidente aún por aclarar hundiese en alta mar la plataforma petrolífera Deepwater. Once trabajadores desaparecieron durante la explosión y se dan por muertos.
Fracasado el top kill, ¿ahora qué? Esa es la pregunta que ayer se hacía todo el mundo. ¿Cuál es el siguiente paso? El 'Plan B' de la compañía es menos ambicioso -el top kill no se había probado nunca antes a semejante profundidad- y consiste en utilizar robots submarinos para cortar la tubería desde donde fluye el petróleo y taponarla con una nueva válvula de retención. Esa operación tardará en completarse otros cuatro o cinco días.
Pero de nuevo, los responsables de BP sonaron pesimistas incluso antes de comenzar el nuevo intento. "Confiamos en que el trabajo funcionará pero no podemos garantizar el éxito", puntalizó Suttles. Hasta la fecha, tanto la petrolera como el Gobierno estadounidense han gastado unos 850 millones de dólares en los trabajos de limpieza del derrame de crudo en el Golfo de México.
El pasado viernes, el presidente Barack Obama visitaba el Golfo por segunda vez. De nuevo, Obama expresó su "enojo y frustración" por los repetidos y fallidos intentos de BP de sellar el pozo averiado. Ha sido una semana en la que BP ha estado muy presente en la Casa Blanca. Con más de la mitad de los ciudadanos desaprobando la gestión del presidente en la catástrofe, Obama prácticamente se vio obligado a mediados de semana a comparecer ante la prensa para intentar contener los peores presagios: que este accidente se convierta en su Katrina, el huracán que marcó los años de George W. Bush en el Gobierno.
"Aquellos que piensan que fuimos lentos en nuestra respuesta o que hubo falta de urgencia desconocen los hechos", dijo Obama. "El accidente ha sido nuestra mayor prioridad desde que ocurrió", sostuvo. Tanto, que el presidente compartió con los periodistas que incluso su hija Malia le pregunta cada mañana mientras él se afeita: "Papá, ¿ya se ha cerrado el grifo?".
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