EE UU se queda sin vacunas en plena campaña

Las autoridades de EE UU se enfrentan a un serio problema de falta de vacunas contra la nueva gripe. El Gobierno pidió a los laboratorios 195 millones para ser suministradas entre los ciudadanos antes de fin de año. De hecho, fue el primer país occidental que empezó las inmunizaciones. Pero hasta la fecha, según fuentes oficiales, sólo ha recibido 22 millones. Los cálculos son que para mitad de noviembre tendrán 42 millones, ocho millones menos de las esperadas.

La situación ha causado un gran enfado entre los padres (en EE UU sí que se ha animado a vacunar a los niños), y un malestar entre las autoridades, que, por una vez, habían conseguido que, por miedo o convicción, la población decidiera masivamente vacunarse. Esta actitud puede dar al traste con uno de los efectos secundarios que las autoridades querían conseguir: ganar adeptos para un tratamiento, las vacunas, que en Estados Unidos están bajo permanente sospecha porque se lo asocia —injustificadamente, según el Centro de Control de Enfermedades—, con algunos síndromes neurológicos.

"Muchos padres están muy enfadados", ha dicho Joanne Cox, jefa asociada de Pediatría del Hospital Infantil de Boston. "Tenemos mucha demanda. Los teléfonos están que echan humo", añadió. El condado de Dallas (Tejas) tuvo que cancelar el 24 de octubre la campaña de vacunación, ha dicho Zachary Thompson, director de la agencia de Salud Pública.

Los datos desagregados por Estados muestran que tienen vacunas para un 4% de la población de media (la cifra va del 1,6% de Nueva York al 5,5% de Vermont). El porcentaje es un tercio del 15% que el Ministerio de Sanidad español calculó que representaban los grupos de riesgo y prioritarios. De hecho, uno de los motivos por los que el ministerio y las comunidades decidieron retrasar la vacunación hasta el 16 de noviembre fue asegurarse el suministro.