Una puntualidad de 200 millones de años
Científicos estadounidenses desarrollan un reloj atómico extremadamente preciso, capaz de dar 430 billones de impulsos por segundo
Tan puntual como el Universo. Así es el reloj que un grupo de físicos estadounidenses ha fabricado, tan preciso que ni en 200 millones de años se retrasaría ni un segundo. El invento incluso supera en estabilidad al empleado por el Instituto de Estándares y Tecnología del Departamento Estadounidense de Comercio (NIST), que ostentaba el récord de tiempo de precisión con 80 millones de años.
La clave de este reloj atómico, cuyo funcionamiento aparece descrito en la última edición de la revista Science, está en su péndulo, que emplea miles de átomos de estroncio suspendidos en una red de rayos láser y que es capaz de dar 430 billones de impulsos por segundo. Gracias a este mecanismo, los científicos son capaces de atrapar los átomos y medir el movimiento de la energía que hay dentro.
"Básicamente, lo que se hace es comprobar la estructura energética del átomo y ver la forma en que los electrones realizan transiciones entre una serie de niveles de energía", explicó Jun Ye, del Joint Institute for Laboratory Astrophysics(JILA), en Colorado, que ha dirigido la investigación. "Es tan estable como la escala de tiempo del Universo", añadió.
Una precisión necesaria para la exploración espacial
Para probar su precisión, el equipo de Ye lo comparó con otro reloj atómico óptico (fabricado con átomos de calcio), muy estable, pero sólo en cortos espacios de tiempo, con lo que los investigadores tuvieron que hacer rápidas mediciones para compararlos. El nuevo reloj atómico es capaz de medir miles de átomos de una vez, con lo que puede emitir señales más fuertes que los otros relojes.
"Estos relojes están avanzando tan rápidamente que es imposible saber cuál es el mejor", manifestó Tom 0'Brian, director de la División de Tiempo y Frecuencia del NIST. En concreto, su extrema puntualidad es vital para la exploración espacial, donde un pequeño error puede acabar con toda una misión. Según los científicos, el secreto para fabricarlos se encuentra en acelerar el número de impulsos que emite.
Ye explicó que esta competencia por desarrollar relojes cada vez más precisos permitirá a los físicos dar respuesta a algunas de las principales preguntas sobre la naturaleza del Universo. También podrán usarse para sincronizar redes de comunicaciones y tal vez algún día sirvan para hacer funcionar coches guiados por satélite.
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