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Reportaje:

Un juez de Florida ordena desconectar a una mujer en coma a pesar de la intervención del Congreso

El magistrado desestima las citaciones a Terri Schiavo enviadas por la Cámara de Representantes y el Senado para evitar su muerte

Terri Schiavo, una mujer estadounidense de 41 años que vive en estado vegetativo desde hace 15, ha sido desconectada finalmente por mandato judicial de la maquina que la mantenía con vida, a pesar de la argucia legal del Congreso de Estados Unidos, que esta tarde había citado a la mujer como testigo para evitar que muriera. El juez principal del caso, George Greer, ha estimado que las dos citaciones, una emitida por el Senado y otra por la Cámara de Representantes, no pueden impedir que se cumpla el sentencia que él mismo había firmado. Éste puede ser el final de un drama familiar, político y jurídico que enfrenta a republicanos y demócratas de todo el país en un enconado debate en torno a la eutanasia. O tal vez no, porque el tubo del que pende la vida de Schiavo ya ha sido desconectado y vuelto a conectar en dos ocasiones anteriores. La muerte de la mujer no es instantánea.

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Hace siete años, el marido de Schiavo, Michael, inició una encarnizada batalla con el fin de obtener la autorización para que le fuera retirado el tubo de alimentación, a lo que se oponen los padres de la mujer, Robert y Mary Schindler, unos devotos católicos que le acusan de querer matarla por dinero. El marido afirma que ésta manifestó su deseo de no ser mantenida con vida artificialmente, pero sus padres aseguran lo contrario. El problema es que Terri no dejó ningún testamento vital, a lo que se suma que el marido no reveló su supuesto deseo hasta 1998, después de cobrar una millonaria indemnización por negligencia de los médicos que supervisaban la dieta de adelgazamiento de Terri cuando sufrió una brusca bajada de potasio, que le provocó un ataque de corazón que la dejó en coma.

Tras varias sentencias en contra de la tesis de los padres, sus consiguientes apelaciones y un fallido intento legislativo por parte del Estado de Florida -la ley Terri de 2003, declarada inconstitucional- el juez Greer había ordenado que se cumpliera el fallo a las 19.00 hora española de hoy y durante todo el día, tanto el Congreso de EE UU como el de Florida, dominados ambos por el Partido Republicano, han intentado evitarlo. Así, horas antes de que acabara el plazo, el Comité de Salud del Senado de EE UU citaba a Terri y a Michael para que comparezcan ante ese organismo el 28 de marzo con el fin de analizar los retos médicos que implica un caso como éste. Por su parte, el Comité de Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes anunciaba su propia investigación y mandaba una segunda citación.

La tercera desconexión de Terri

El motivo de la citación de la Cámara de Representantes era "permitir que el Congreso entienda en su totalidad los procedimientos y prácticas que la mantienen viva". "Esta investigación debería mantener viva la esperanza de Terri, sus padres y amigos. Esta batalla todavía no ha acabado", señalaba un comunicado emitido por el presidente de la Cámara de Representantes, Dennis Hastert. A la luz de estas extraordinarias medidas legislativas, ha intervenido el juez de distrito local David Demers, que ha ordenado que la mujer permanezca conectada hasta que el juez principal del caso dilucidara la salida al conflicto de poderes. Diversos especialistas consideran que las citaciones no son vinculantes, a pesar de que el líder de la mayoría republicana en el Senado, Bill Frist, ha declarado que es un delito federal impedir que una persona se presente ante el Congreso, ya que tiene protección federal.

Pasadas unas horas del aplazamiento, el magistrado Greer ha desestimado las maniobras dilatorias del Congreso y ha confirmado la orden de desconectar a Terri. "No he recibido una razón convincente para que los comités del Congreso deban intervenir", ha subrayado Greer, que sin embargo no ha informado de cuándo se retirarán los tubos. El juez sostiene que los esfuerzos de última hora de los legisladores no invalidan años de decisiones judiciales sobre el caso. En cambio, los abogados de la Cámara de Representantes opinan lo contrario, por lo que han anunciado que apelarán la decisión.

El presidente de EE UU, George W. Bush -a la sazón hermano del gobernador de Florida, que ha hecho todo lo que estaba en su mano para impetir la eutanasia- ha sido muy claro a la hora de expresar su posición al declarar que "los que viven a merced de otros merecen especial preocupación". En todo caso, el proceso aún está pendiente de una resolución del Tribunal Supremo de EE UU, ante el que han presentado una moción de emergencia. Pero el máximo tribunal del país ya rehusó anteriormente llevar a cabo una audiencia sobre este caso.

Es la tercera vez en menos de cinco años que retiran el tubo de alimentación a la paciente, lo que le causará una muerte lenta de hambre. En 2003, Schiavo estuvo casi una semana sin alimentarse, hasta que sus padres lograron que volvieran a conectarla. En 2001, pasó dos días sin alimento alguno.

Una activista contra la eutanasia, con la boca tapada en representación del silencio de Schiavo, durante una protesta ante la Corte de Justicia de Pinellas.
Una activista contra la eutanasia, con la boca tapada en representación del silencio de Schiavo, durante una protesta ante la Corte de Justicia de Pinellas.AP

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