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Un juez británico debe decidir sobre la vida de un bebé gravemente enfermo

Los médicos consideran que la pequeña no siente más que "un dolor continuo" pero los padres insisten en que no se le deje morir

La justicia británica debe decidir sobre un terrible dilema moral. Los padres una niña prematura de 11 meses gravemente enferma han apelado hoy al Alto Tribunal de Justicia de Inglaterra y Gales para que se obligue a los médicos a mantenerla con vida. Los doctores se niegan a reanimar a la pequeña si vuelve a dejar de respirar, como ya han hecho en tres ocasiones, porque lo único que siente es "un dolor continuo" y su vida es "un horror permanente".

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La pequeña Charlotte Wyatt nació en el Hospital de St Mary's de Portsmouth hace 11 meses, tres antes de lo previsto por los médicos. Pesó al nacer alrededor de medio kilo y nunca ha podido abandonar el centro. Las enfermeras la alimentan con una sonda porque es incapaz de tragar y necesita suministro continuo de oxígeno. En tres ocasiones ha dejado de respirar por los graves problemas de corazón y pulmón que padece y las tres veces ha sido reanimada por los facultativos. Pero se niegan a volver a hacerlo.

Los médicos que cuidan a Charlotte han pedido permiso a los jueces para no tener que "resucitarla artificialmente" si vuelve a sufrir un episodio de crisis, porque iría "contra los intereses de la propia niña". Las autoridades del hospital insisten en que aunque los padres pueden decidir qué tratamiento dar a la niña, no pueden pedir para ella unas medidas que le provoquen más sufrimiento que beneficios.

Que viva a toda costa

No parecen ser de la misma opinión Darren, de 32 años, y Debbie, de 23, los padres de la niña, que consideran que su hija tiene posibilidades de sobrevivir y han pedido que se la mantenga con vida en cualquier caso. Los pediatras aseguran que la pequeña no sobrevivirá a la infancia y, aunque lo hiciera, nunca podría abandonar el hospital por los graves problemas de salud que sufre en el corazón, los pulmones y otros órganos vitales.

El juicio, que ha comenzado hoy ante el Tribunal Supremo y se cree que durará dos días, se celebra en presencia del público por deseo expreso del matrimonio, pese a que por lo general casos como éste se tratan a puerta cerrada. "Es como si viviese en una caja de plástico y su vida estará siempre dominada por el dolor y el sufrimiento", ha declarado el doctor David Lock, uno de los expertos consultados por el tribunal.

Por otro lado, un pediatra neurólogo a quien ese experto solicitó también un dictamen, ha confirmado que Charlotte "no presenta reacciones visuales ni sonoras y no reconoce a quienes la rodean".

La madre de la pequeña, a su llegada al juzgado.
La madre de la pequeña, a su llegada al juzgado.AP

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