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La justicia británica autoriza a los médicos a no tratar a un bebé desahuciado

Sus padres exigían que se le mantuviera con vida a toda costa

El Tribunal Superior de Londres ha autorizado esta tarde a los médicos no salvar a un bebé desahuciado, a quienes sus padres querían salvar a toda costa, en el caso de que la niña deje de respirar. Charlotte Wyatt nació tres meses antes de lo previsto pesando sólo medio kilo. Tiene dañados el corazón, el cerebro y los pulmones y, según los facultativos, su vida es "un dolor continuo".

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El dilema Wyatt
Un juez británico debe decidir sobre la vida de un bebé gravemente enfermo

Charlotte, que se encuentra ingresada en el hospital St Mary's de Portsmouth, al sur de Inglaterra tiene ya 11 meses pero sólo mide 53 centímetros y pesa 5,6 kilos, el peso de un bebé de tres meses. Su cerebro ha dejado de crecer y sufre una malformación cerebral, pulmonar y cardiaca que la ha llevado varias veces a la muerte clínica. Los médicos han logrado resucitarla tres veces, pero se negaban a seguir haciéndolo. Creen que Charlotte sufre demasiado, que tendrá que vivir siempre "en una caja de plástico" y que el único sentimiento que reconoce es y será el dolor. No quieren condenarla a vivir.

La decisión sobre su vida ha sido tomada por el Tribunal Superior del Reino Unido, donde el pasado 31 de septiembre empezó la vista del caso. La decisión no era fácil: de acuerdo con la ley, los médicos pueden negarse a aplicar un tratamiento si consideran que eso es lo más adecuado. Pero si la familia no está de acuerdo con los médicos, como es el caso, la decisión final la debe tomar un juez, en este caso el juez Hedley, con amplia experiencia en dilemas éticos.

En manos del juez Hedley

Hedley, de 58 años, es padre de cuatro hijos, lector de la Iglesia de Inglaterra y Chancellor de la diócesis de Liverpool. Su fe religiosa hacía pensar que sus simpatías personales podían decantarse más por el sufrimiento de los padres que por los argumentos de los médicos. Pero no ha sido así. Hedley ya había dictado sentencia en varios casos delicados en los que se conjugan la ética y la ley. De entrada, el juez decidió que el caso se viera en audiencia pública, dándole así más rango al debate sobre la cuestión en lugar de circunscribirlo a su mera autoridad.

Los padres, Darren y Debbie Wyatt, de 33 y 23 años, respectivamente, habían pedido al tribunal que no permitiera que los médicos dejaran morir a su hija, a la que consideran una "luchadora" porque mientras hay vida hay esperanza. Pero los pediatras afirman que Charlotte no superará la infancia, dado que sufre problemas cardíacos, pulmonares y en otros órganos vitales y que no puede respirar ni alimentarse normalmente. La pequeña necesita un constante suministro de oxígeno y no ha podido salir del hospital, donde los médicos insisten en que su calidad de vida es "terrible".

Debbie Wyatt, madre de la pequeña Charlotte, a su llegada al Tribunal Superior del Reino Unido en Londres.
Debbie Wyatt, madre de la pequeña Charlotte, a su llegada al Tribunal Superior del Reino Unido en Londres.AP

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