Un empresario estadounidense se convierte en el tercer turista espacial

Gregory Olsen, un científico estadounidense que se hizo millonario gracias a sus inventos en el campo de la óptica, será el tercer turista que viajará a la Estación Espacial Internacional (ISS, en sus siglas en inglés) por el módico precio de 20 millones de dólares (16 millones de euros), según ha anunciado hoy desde Nueva York el propio interesado en una rueda de prensa en la sede de Space Adventures, la firma estadounidense que organiza el vuelo en colaboración con la agencia espacial rusa, Rosaviakosmos.

Olsen, de 58 años y nacido en Princeton (Nueva Jersey), viajará a bordo de una nave rusa Soyuz, en una misión de ocho días de duración cuyo lanzamiento está previsto, inicialmente, para abril de 2005, aunque podría adelantarse a octubre. Pero su aventura comenzará mucho antes, esta misma semana, cuando parta a la Ciudad de las Estrellas, en las afueras de Moscú, para comenzar su formación como astronauta en el Centro de Entrenamiento de Yuri Gagarin y seguir así los pasos del estadounidense Dennis Tito, el primer turista espacial, en 2001, y del sudafricano Mark Shuttleworth, quien viajó a la órbita terrestre un año después.

Ambos pagaron también 20 millones de dólares por sus respectivos viajes al espacio en vuelos operados por Rosaviakosmos. Posteriormente, el popular cantante Lance Bass intentó un viaje similar, pero al final no pudo reunir el dinero necesario. En un canto al sueño americano, un entusiasta Olsen ha declarado durante la conferencia de prensa: "Espero que mi viaje a la Estación Espacial Internacional incite a la juventud a soñar a lo grande y a entender que la educación, el trabajo y el deseo de realizar sus sueños representan la magia de Estados Unidos. Si yo puedo hacerlo, ustedes también pueden".

Un viaje con fines científicos

Olsen ha explicado que tiene previsto aprovechar su viaje al espacio para investigar en el campo de los cristales y la óptica, gracias a la cual se hizo millonario. Así, quiere llevar al espacio una cámara infrarroja para analizar el nivel de contaminación de la atmósfera y el estado de los campos agrícolas. Olsen ha indicado que además del entusiasmo "de estar una semana en el espacio", el viaje y su investigación serán "una forma de contribuir" a la sociedad. También ha señalado que no está preocupado por que se pueda repetir la tragedia del transbordador espacial Columbia, que se destruyó en febrero de 2003 con sus siete astronautas al reingresar a la atmósfera.

El próximo turista espacial es un científico que realizó hallazgos en el campo de la cristalografía que permitieron diseñar redes de fibra óptica mucho más eficaces. Fundó su primera compañía en 1984 que, gracias a sus descubrimientos, logró vender por 12 millones de dólares (casi 10 millones de euros). Más tarde creó Sensor Unlimited, que también vendió por 700 millones de dólares en el año 2000 (576.000.000 euros).

Dos años después y por menos de siete millones de dólares, compró el nombre Sensors Unlimited y algunas de las patentes de su antigua empresa y ahora desarrolla elementos de alta tecnología para el Pentágono, como cámaras para guiar misiles y otros instrumentos ópticos. Para conseguir billete en el Soyuz, Olsen contrató los servicios de la misma empresa que utilizó Tito, Space Adventures, con sede en Arlington (Virginia).