Fallece la niña dominicana operada para separar sus dos cabezas
Un equipo de 18 especialistas interviene al bebé durante 10 horas para eliminar la cabeza "parásita"
Rebeca Martínez, la niña dominicana que nació hace siete semanas con dos cabezas, no ha superado la operación para separar ambas. Tras una intervención de 10 horas en la que han participado 18 especialistas médicos dominicanos y extranjeros y que parecía haber terminado con éxito, la niña ha fallecido por "problemas de coagulación", según ha declarado el director de neurocirugía del Centro de Ortopedia y Especialidades de Cure Internacional en Santo Domingo, Benjamín Rivera.
Según Rivera, uno de los especialistas que han participado en la operación, esos problemas de coagulación hicieron que "entrara en shock con un paro cardiorespiratorio del que no pudo salir". Rivera, que ha recordado que la niña "se mantuvo bien durante toda la cirugía", ha lamentado la muerte de la pequeña "después de tanto esfuerzo y trabajo".
Los especialistas tenían el encargo de eliminar la cabeza "parásita" de Rebeca, que nació el pasado 10 de enero con una malformación y con el cráneo de la que debía haber sido su hermana siamesa pegado al suyo. Se trataba de una operación sin precedentes y extremadamente compleja que ha acabado a las 4.15 horas en España (23.15 del viernes, hora local). 18 especialistas han participado en la operación, que resultaba muy complicada por el hecho de que ambas cabezas compartían arterias y, para separarlas, había que cortar las venas y las arterias comunes. Después, la cabeza de la niña había de ser cerrada con parte del tejido de la extensión anómala desechada.
Los médicos han explicado que se trataba de siamesas, una de las cuales no completó su fase de formación. En la segunda cabeza, poco desarrollada, se podía observar un bosquejo de la boca, los ojos y las orejas. En este sentido, Rivera, que atendió a Rebeca poco después de nacer y que también ha intervenido en la operación, ha señalado que la cabeza "parásito" poseía "un cerebro no funcional, ojos atróficos y una boca con labio leporino que hacía el movimiento de chupar y que tenía saliva".
Un caso único en el mundo
Su anomalía recibe el nombre científico de craniopagus parasiticus y es uno de los pocos casos documentados en el mundo. Los médicos han tenido que operar a la niña cuando sólo contaba con dos meses de edad porque la cabeza adicional crecía rápidamente y, a partir de los 90 días de vida, era probable que Rebeca no pudiera levantar la cabeza, según ha explicado a este diario dominicano Jorge Lazareff, el doctor argentino que junto con Hazim ha dirigido la operación.
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