Procesan al médico que inyectó una sustancia letal a un joven tetrapléjico francés
Esta decisión se produce un día después de que la juez instructora inculpara por "administración de sustancias tóxicas" a la madre del joven
El médico francés Frédéric Chaussoy, que inyectó una sustancia letal al joven tetrapléjico Vincent Humbert, ha sido procesado esta mañana por una juez de Boulogne-sur-Mer, en el norte del país, por el delito de "envenenamiento con premeditación". El caso de Humbert, que estaba mudo y casi ciego y que había exigido su derecho a morir en reiteradas ocasiones, ha reabierto el debate sobre la eutanasia en Francia.
El médico, que ha comparecido durante algo más de media hora ante la juez, Anne Morvant, se enfrentará a una pena que puede ser hasta de cadena perpetua. Esta decisión se produce un día después de que la juez instructora encargada del caso inculpara por "administración de sustancias tóxicas" a Marie Humbert, madre del tetrapléjico. "He podido decirle todo lo que tenía en el corazón. Espero que la justicia haga su trabajo y que sea clemente conmigo", dijo ayer Marie Humbert visiblemente emocionada tras ser interrogada durante unas dos horas.
El doctor Chaussoy, jefe de reanimación del hospital de Berck-sur-Mer, decidió el pasado 26 de septiembre, de común acuerdo con otros doctores, inyectar una sustancia letal al joven invalido, tres días después de que su madre intentara acabar con su vida con unos barbitúricos que agravaron su estado de salud. Los abogados del doctor han considerado su procesamiento como un "error de derecho", al considerar que se fundamenta en el derecho penal general y no en el médico. "La situación del doctor Chaussoy es completamente diferente a la de la madre. Por un lado hay un profesional que actuó como médico, prohibiéndose el ensañamiento terapéutico, y por el otro una persona que actuó por amor a su hijo", ha señalado el letrado de la defensa, Antoine Duport.
Miles de cartas de apoyo a Chaussoy
Chaussoy no comprende la diferencia de trato, por lo que denuncia ser víctima de "un ensañamiento judicial" y se queja de que no ha percibido en el tratamiento del caso la "humanidad" prometida en su día por el ministro de Justicia, Dominique Perben. El caso de la muerte de Vincent Humbret ha relanzado en Francia el debate sobre la eutanasia, ya que el joven tetrapléjico se había convertido en un símbolo para las asociaciones defensoras del derecho a morir dignamente.
Humbert, de 22 años, permaneció tres años ingresado en el hospital de Berck-sur-Mer a causa de un accidente de tráfico, que le privó de todo movimiento, de la voz y casi de la totalidad de la visión, limitando su capacidad de comunicación a un ligero movimiento en uno de sus dedos. Su caso saltó a la luz pública cuando envió una carta al presidente, Jacques Chirac, en la que reclamaba su derecho a morir. Días antes de administrarle los barbitúricos, su madre había declarado en la televisión su intención de ayudar a su hijo a alcanzar su deseo, algo que hizo cuando se cumplían exactamente tres años de su accidente de tráfico y en la víspera de la publicación del su libro-testamento, Je vous demande le droit de mourir (Les pido el derecho a morir).
Pero el veneno que le introdujo en el suero de su hijo no le provocó la muerte, aunque agravó su estado de salud. Tres días después, el doctor Chaussoy acabó la tarea iniciada por Marie al inyectarle una sustancia letal. El doctor ha recibido miles de cartas de apoyo y el Consejo Nacional del Orden de los Médicos ha calificado su actuación en este caso como "conforme a su deber de médico".
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