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Amnistía Internacional pide la suspensión de la ejecución de un enfermo mental en Tejas

Amnistía Internacional denuncia que durante el juicio no se informó al jurado de que el reo era esquizofrénico

James Colburn padece esquizofrenia paranoide, según Amnistía Internacional, pero será ejecutado hoy en Tejas a no ser que interceda en su favor el Tribunal Supremo de EEUU o el gobernador del estado, Rick Perry. Esta ejecución se produciría sólo 24 horas después de que otros dos reos fueran ajusticiados en Georgia y Oklahoma.

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Colburn, que sería el ejecutado 301 de Tejas, donde han tenido lugar más de un tercio de los 839 ajusticiados del país desde 1976, recibirá una inyección letal en la penitenciaría de Huntsville, pese a que su defensa alega que es un enfermo mental. Amnistía Internacional de EEUU ha denunciado que la ejecución debe cancelarse, pues el condenado sufre esquizofrenia paranoide. Colburn, a quien se le diagnosticó la enfermedad cuando tenía 18 años, fue condenado por el asesinato de Peggy Murphy en 1994.

Según AI-EEUU, los miembros del jurado que lo declararon culpable nunca fueron informados de su enfermedad mental, pese a que en el proceso el acusado estuvo visiblemente sedado. Según sus abogados, al ser detenido, informó a la policía de que era un enfermo mental y durante el juicio se le aplicaron inyecciones para tranquilizarlo.

"Dado el débil estado mental del señor Colburn, es moralmente inconcebible que Tejas siga adelante con su ejecución", ha dicho a los medios de comunicación Sue Gunawardena-Vaugh, directora del programa para abolir la pena de muerte de AI-EEUU. "La implacable aplicación de la pena de muerte a los enfermos mentales por parte de Tejas plantea un dilema para los profesionales de la salud mental que son responsables del bienestar de sus clientes. En esencia, el mensaje es... si se puede curar a su cliente, lo podemos ejecutar", ha agregado.

Aplazamiento en Ohio

Por otro lado, el estado de Ohio tenía previsto ejecutar hoy a Ernest Martin, pero el castigo fue postergado por el Tribunal Supremo del estado, después de que sus abogados establecieran que el nivel intelectual de este reo es inferior al normal. Martin fue declarado culpable de asesinar en 1983 al empleado de un comercio. La solicitud se basó en un dictamen del Tribunal Supremo de EE UU que el año pasado determinó que la ejecución de retrasados mentales era inconstitucional, pero dejó a los estados la decisión de establecer el nivel de esa minusvalía.

Los fiscales que intervinieron en el juicio se han declarado decepcionados por el aplazamiento, el segundo en el estado de Ohio desde la decisión del Tribunal Supremo. Han señalado que el cociente intelectual de Martin no es de 77 como afirman sus abogados, sino de 91, suficiente como para escribir, durante su estancia en el corredor de la muerte, su autobiografía (Víctima de la Justicia: la lucha de un negro ante el sistema judicial de EEUU). Según los psiquiatras, se considera retraso mental un cociente intelectual inferior a los 70 puntos.

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