La pena de muerte fue aplicada por 84 países en 2002
El año pasado aumentó el número de países que dedican más recursos a actividades militares que a educación y salud; se cerraron algunos conflictos, como los de Afganistán o Angola, pero 24 seguían abiertos cuando acabó 2002; los indicadores sobre derechos humanos muestran cómo surgen tendencias regresivas y 84 países aplicaron la pena de muerte.
Éstos son algunos de los datos que ofrece Alerta 2003, informe sobre conflictos, derechos humanos y construcción de la paz, elaborado por tercer año consecutivo por la Escola de Cultura de la Pau, de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), que fue presentado ayer por su director, Vicenç Fisas, en el Aula EL PAÍS, acompañado por periodistas de El Periódico, La Vanguardia y EL PAÍS.
"El mérito del informe", según Fisas, "es que intenta explicar y mostrar de forma directa y pedagógica cómo se comportan los países ante la comunidad internacional". La crisis de Irak, añadió, esconde la situación del planeta. "Cuando nos concentramos en un solo lugar, vemos cómo los conflictos que más necesitan una exposición mediática desaparecen de la vista. En los últimos meses, una serie de conflictos que estaban en una fase de negociación que avanzaba han entrado en crisis".
