«Sin guarderías tuve que pedirme una excedencia»: así ha afectado la pandemia a nuestras aspiraciones laborales
¿Podemos plantearnos ciertas mejoras en el trabajo durante una pandemia? Los expertos indican que solo algunos perfiles están creciendo profesionalmente.
Además de millones de despidos en todo el mundo, la crisis del coronavirus ha dejado, a nivel laboral, reducciones obligatorias de sueldos y cancelaciones abruptas de proyectos ya en marcha. Es el caso de Eduardo, empleado de una multinacional relacionada con el sector de los touroperadores, que empezó 2020 con una propuesta para trasladarse a trabajar a otro país. En menos de tres meses estos planes se fueron al traste y ahora no solo no son factibles a corto plazo sino que su puesto de trabajo pende de un hilo. “Ese cambio de división iba a suponer para mí una promoción dentro de la empresa”, recuerda Eduardo. “Ahora, básicamente, a lo único que puedo aspirar es a mantener mi trabajo porque se están planteando despidos si el sector no remonta”.
La inseguridad que afecta a Eduardo es otro de los factores que, junto a la incertidumbre ha llegado, para quedarse, de la mano del coronavirus. Un estudio elaborado por el Instituto de Expertos Digitales de la UNIR indica, por ejemplo, que 4 de cada 10 de jóvenes españoles –de entre 18 y 39 años– no se sienten, actualmente, lo suficientemente preparados para mejorar sus condiciones laborales o encontrar un nuevo trabajo.
Un mercado laboral muy polarizado
¿De qué va a depender que, en este contexto de crisis, podamos abordar nuevos retos profesionales? Según los expertos consultados, la clave está en el sector en el que nos movamos. “Hay una polarización muy fuerte”, explica Ignacio Villarrubia, Talent Acquisition Lead en eDreams. “Lo que estamos viendo es que perfiles de IT como Developers, Product Owners, User Experience, Data Scientist, etc. siguen estando más demandados; mientras que otros perfiles más tradicionales de los departamentos de Marketing, Recursos Humanos, Finanzas o Ventas están más estables y los empleados siguen un poco más aferrados a sus puestos de trabajo”.
Villarrubia, que ha trabajado como recruiter en Reino Unido y España, apunta también a una reducción evidente en el número de ofertas laborales: “Hay empresas que realmente lo están pasando mal y que, más que ampliando plantilla, la están reduciendo. Otras se han adherido a un ERTE y el propio programa les impide legalmente hacer contrataciones. Por estas razones hay, en general, menos puestos de trabajo a los que optar pero, al mismo tiempo, sí que hay algunos perfiles concretos que están prosperando y tienen más facilidad para moverse de empresa con mayor seguridad”.
Contratos temporales vs indefinidos
Oscar Cebollero, director de la oficina de Hays en Barcelona nos explica que desde esta consultoría especializada en Recursos Humanos se han encontrado con un panorama mucho más positivo del que esperaban. “Tras la cuarentena llegaba el verano y era una época complicada, pero está siendo un verano más activo de lo que se pensaba y las empresas, después de tantos meses de parón, han aprovechado estos meses para reactivarse y anticipar contrataciones”.
Cebollero también observa, en ese target de candidatos que no se han visto muy afectados por las circunstancias, ganas de cambio y de potenciar sus carreras. Unos movimientos, además, que no van asociados a la temporalidad. “En la línea en la que yo trabajo, por ejemplo, solo llevamos contrataciones indefinidas y el volumen de negocio se ha incrementado en los últimos meses respecto al período anterior”, apunta.
Desde la consultora Page Personnel, sin embargo, sí apuntan al empleo temporal como una posible solución a la crisis. En un informe que han realizado con la opinión de directivos de distintos sectores señalan que el 80% de los encuestados considera que los empleados temporales se ajustan a las demandas del mercado actual y que aportan el mismo nivel de experiencia o especialización que una persona interna. Victoria Sánchez, Senior Director de Page Personnel, indica que esto también puede traer ventajas para los candidatos: “En un entorno laboral difícil se trata de una posibilidad más para incorporarnos a un proyecto, demostrar nuestra valía y, luego, si el desarrollo de las funciones es bueno y se cumple con los objetivos establecidos, quizás podamos integrarnos en esa empresa”, señala.
Para no llevarse sorpresas desagradables la experta en Recursos Humanos indica que “es muy importante tener claro en qué consiste el nuevo proyecto y valorar las posibilidad que a futuro nos va a ofrecer. No limitarnos solo a la proyección dentro de esa compañía si no ver cómo nos puede beneficiar en otra empresa o a la hora de abordar otros proyectos”.
Las mujeres entre los colectivos más vulnerables
La reorganización de los cuidados a la que ha obligado el cierre de colegios y guarderías ha supuesto, una vez más, que sea el colectivo femenino uno de los más perjudicados. Varios estudios recientes señalan que son las madres que teletrabajan quienes sufren mayores niveles de estrés y la brecha de género se deja notar también en los datos de desempleo o precariedad.
La pandemia, por ejemplo, pilló a Laura a punto de reincorporarse al trabajo tras su permiso de maternidad. Sin embargo, “con las guarderías cerradas y sin la posibilidad de que ni mi marido ni yo pudiéramos cuidar de la niña, he optado por pedir una excedencia y aparcar mis planes”, señala. Laura, que trabaja como examinadora oral de Inglés para las pruebas de la Universidad de Cambridge, teme ahora que esto le pase factura en su carrera: “A nivel personal era la mejor decisión que podíamos tomar, pero desde el punto de vista profesional yo necesito renovar mis credenciales de examinadora anualmente y no sé cómo me puede afectar este parón”.
Otro colectivo que ha quedado en tierra de nadie tras la pandemia es el de los opositores. En el caso concreto de los docentes, los procesos han sido suspendidos y los implicados no saben aún si los exámenes se van a retomar en 2021. En esta situación se encuentra Ariadna, una licenciada en Veterinaria que dejó su trabajo en un laboratorio para apostar por la enseñanza. “Este año me había planteado dedicarme en exclusiva a preparar la oposición de profesora de Educación Secundaria y en ello he invertido todo mi tiempo. Tengo dos niñas y me he organizado para compaginarlo con la maternidad”, recuerda. “El problema es que para poder dedicarme a estudiar en exclusividad he rechazado varias plazas de sustituciones. Mi idea era entrar con fuerza en la lista de la oposición, que era la especialidad que más me interesaba, e incluso tratar de obtener una plaza, pero al haberse suspendido la oposición y haber caído al fondo de las listas de sustituciones, veo realmente difícil poder trabajar este año”.
Cuando no queda más remedio que cambiar de sector
Otra realidad complicada es la de los trabajadores cuyos sectores han sido especialmente golpeados por la crisis del coronavirus. Es el caso del Turismo, donde los afectados están, en muchos casos, valorando un cambio de rumbo como única salida a su situación. Elena, por ejemplo, trabajaba en una agencia de viajes en la que las cinco empleadas se vieron afectadas por un ERTE durante la pandemia. Ahora, le ha surgido una oportunidad para emplearse en la oficina de un banco, donde está recibiendo una formación que puede abrirle un nuevo horizonte laboral. “Ojalá pudiera volver a trabajar en mi sector, pero lo veo realmente difícil”, explica. “Tengo comunicación diaria con la que era mi jefa en la agencia de viajes y el futuro pinta muy mal: se siguen anulando reservas cada día, los clientes acuden a pedir presupuestos pero las reservas no se confirman… Es una agencia que lleva trabajando 20 años y que ha superado distintas crisis económicas sin problema. Ahora, sin embargo, cada vez tenemos más dudas de que vaya a poder aguantar tanto tiempo en esta situación”.
A quienes, como Elena, no les quede más remedio que afrontar un cambio de sector los expertos les recomiendan apostar por la formación y ser capaces de adaptarse a las nuevas realidades que se van encontrar: “Un buen punto de partida”, señala Cebollero desde Hays Barcelona, “es asesorarse muy bien sobre cómo puede encajar su perfil en otros mercados. También es importante ser conscientes de que el valor que aportan a un sector no va a ser el mismo en otro al que acuden con menos experiencia. Tendrán que ser flexibles y adaptar desde sus condiciones retributivas hasta el nivel del puesto al que optan”.
Pequeños resquicios para solicitar mejoras
Sin embargo, no todo son malas noticias en la crisis del coronavirus. Compañías que hace cinco meses eran reacias a instaurar el teletrabajo han permitido que sus trabajadores cambien su lugar de residencia. Además, si como en los casos señalados anteriormente por los expertos, nuestras empresas se mantienen estables puede ser un buen momento para crecer profesionalmente y plantear un aumento de sueldo o postularse para un proceso de promoción interna. “La forma de abordar estos temas no debería haber cambiado con la pandemia”, explica Oscar Cebollero. “Si estamos esperando un ascenso es algo que debemos demostrar con el trabajo que hacemos cada día, aportar algo más allá de lo que se espera de nuestro puesto y que la empresa vea en ti un valor añadido”.
Eso sí, el experto en recursos humanos recuerda que estos meses serán claves porque las empresas están viendo cuál va a ser su estructura para el próximo año: “En este sentido, las personas que han hecho un buen trabajo en el pasado sumarán y las empresas verán que pueden seguir contando con ellas. Además, otras empresas que tendrán que hacer ajustes en sus organigramas necesitarán más polivalencia de aquellos que se queden porque habrá que cubrir puestos que queden libres o de los que se va a prescindir con las reestructuraciones”, indica Cebollero.
*Algunos de los nombres de las personas que han participado en este artículo se han modificado, por decisión propia, para evitar posibles conflictos en sus respectivos trabajos.
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