Vicky di Pau, o cómo recorrer el mundo en busca de la cerveza perfecta

Cuando Vicky di Pau empezó a sentir interés por la cerveza y su proceso de fabricación, se recorrió una parte de América Latina. “Me fui en furgoneta. Salí de Argentina y fui a visitar a cerveceros caseros y microcervecerías. Estuve también en Bolivia, Chile y Perú, donde al final terminé trabajando”, comenta como quien se va un fin de semana a la sierra. Si se charla un buen rato con ella, no es difícil que recuerde su primer momento delante de una birra: “Yo soy de Mar del Plata [Argentina], una ciudad muy cervecera, por lo que mis primeros recuerdos están asociados a Antares, que siempre han tenido una marcada cultura cervecera”.

Después de un largo periplo por Sudamérica, en el que conoció fábricas, se empapó de estilos y saboreó distintos lúpulos, le tocó aterrizar en Madrid. “Hace tres años, de la mano de La Quince, donde trabajo haciendo cervezas”, comenta de su labor en una de las cerveceras artesanas más importantes de la Península, con 10 años de historia y un bagaje al frente de la innovación, colaborando con diferentes marcas europeas y haciéndose un nombre como referente en las cervezas nómadas. “Contamos con un modelo híbrido, tenemos dos lugares donde fermentamos, en Pamplona y Barcelona, pero también nos gusta ir a otras ciudades y hacer la cerveza allí”, cuenta de este proceso, que les ha llevado de Praga a Valencia.

Los experimentos no cesan: “Una de las cervezas más recientes que he hecho es con los murcianos Yakka, una rubia, muy fresca”.