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Cómo Melenas se convirtieron en banda favorita de Wilco desde la escena subterránea de Pamplona

Las integrantes del grupo, que acaba de lanzar nuevo disco, defienden que siempre ha habido mujeres en la escena pero que no se les concedía la atención que merecían

Las componentes del grupo Melenas, retratadas en Pamplona.
Las componentes del grupo Melenas, retratadas en Pamplona.Mirta Rojo

El último álbum de Melenas, Ahora, fue mencionado entre lo mejor del año pasado por pesos pesados del rock internacional como Wilco, ha figurado entre los 10 favoritos de KEXP —la radio pública de Seattle donde sonaron Nirvana y Pearl Jam por primera vez— y con él van a estar de gira por toda Europa en lo que queda de invierno y primavera. “Me cuentas esto y se me pone la piel de gallina”, exclama Leire Zabala (bajista, 44 años). “De vez en cuando hay que aterrizar y decir: “¡Ostras, qué fuerte!”, porque estas cosas es como que no acabas de creértelas y luego sigues limpiando tu cocina”, añade Lauri Torre (batería, 40 años). “Esto te da fuerzas y te reafirma en lo que haces”, apunta Oihana Herrera (voz, guitarra y teclado, 38 años), mientras que María Zubiaur (teclista, 35 años) asiente enfáticamente a todo.

El nuevo disco de Melenas, 'Ahora'.
El nuevo disco de Melenas, 'Ahora'.

Hace siete años, estas cuatro mujeres simplemente eran público habitual de los conciertos del circuito independiente de Pamplona. “Es una ciudad pequeña y, si te gusta determinada música o ambiente, acabas conociendo a todo el mundo”, explica Leire. “Desde el principio tuvimos mucha afinidad, pero la amistad ha surgido a partir de convertirnos en un grupo y con todo lo que hemos vivido juntas”, apunta Lauri. En la portada de este tercer álbum, de hecho, las cuatro componentes posan de espaldas y entrelazadas, haciendo gala de la fuerza que provoca la unión. En palabras de la vocalista, “ese ha sido un sentir que hemos tenido desde el inicio y hemos visto que es algo necesario. Nos hemos dado cuenta de lo verdaderamente importante que ha sido esta unión entre nosotras, tanto a nivel organizativo como del apoyo diario en las cosas que nos van pasando”.

La plasmación de esta idea de sororidad podría servir también como forma de resistencia y empuje en un entorno como el de la industria musical, que sigue estando muy masculinizado y sometido a relaciones jerárquicas o abusivas. “Es cierto que muchas veces las relaciones entre mujeres generan comunidad y se dan más ese tipo de formas de comunicación”, concede la batería, a lo que Oihana añade: “En nuestro caso, tenemos muy claro de qué manera queremos funcionar, y toda persona que quiera formar parte de esto tiene que estar alineada con ello. Nunca vamos a hacer equipo con alguien que pretenda ser un tiburón”. “También hay grupos formados por hombres que comparten estos valores y filosofía, que también tienen muy claro lo que quieren hacer y con quién, con calidad humana y una organización propia que no sea lo que se te impone”, matiza la bajista.

En un momento en que se habla del declive de los grupos de guitarras y de la hegemonía de los proyectos individuales, da la impresión de que ahora hay más bandas femeninas que nunca. “Las ha habido siempre —matiza Lauri—, pero tal vez no se les daba la importancia que merecían, y sí que es verdad que en los últimos años se ha vivido una maravillosa explosión. Creo que eso es porque, por un lado, se nos ha dado más visibilidad y eso ha ayudado a tener referentes. Y también creo que las mujeres están más activas en muchos territorios donde antes no lo estaban, como es el mundo creativo, y eso se enmarca en un movimiento global que ha sido propiciado por el feminismo”.

Leire Zabala y  Lauri Torre.
Leire Zabala y Lauri Torre.Mirta Rojo

Melenas (2017) y Días raros (2020) fueron los dos primeros álbumes de la banda, fraguada entre pequeños sellos independientes de una escena muy focalizada y, al tiempo, periférica. Sin embargo, han llegado a unas cotas de aceptación a nivel internacional con las que no podrían ni soñar muchos de los cabezas de cartel habituales de los grandes festivales españoles. Oihana nos narra cómo sucedió todo: “Nuestro primer disco lo editamos en una edición muy cortita de 300 copias y, para nuestra sorpresa, vimos que la mitad de ellas se vendieron en el extranjero a través de la plataforma Bandcamp.

La gente lo descubrió por internet y había esa afinidad, especialmente con Francia y con Estados Unidos. Entonces Leire y yo, un día antes de que se acabara el plazo de solicitud de inscripción en el festival South By Southwest, en Austin (EE UU), rellenamos un formulario, nos cogieron y ahí empezó un poco la rueda, porque conocimos a gente de un montón de lugares y empezaron a surgir ofertas para tocar por ahí afuera”. María añade un dato relevante, que rompe con la idea de periferia que esgrimíamos anteriormente: “Nosotras desde Pamplona estamos a una hora de Francia, lo cual hace que nos resulte igual de fácil, o más, ir allí que viajar a Madrid. Eso ha facilitado otro tipo de conexiones”.

En 2021 obtuvieron el premio Music Moves Europe, que el Consejo de Europa concede a los que considera los mejores talentos emergentes del continente. Hablamos de un galardón que con anterioridad recayó, por ejemplo, en artistas como Rosalía, Dua Lipa, Stromae o Christine and the Queens. “Tuvo mucha importancia a nivel de motivación, porque era el momento pandémico y nos pegó un empujón psicológico bastante importante, además de que tenía una dotación económica que nos permitió hacer una gira europea sin salir a perder”, afirma la batería.

Oihana Herrera y María Zubiaur.
Oihana Herrera y María Zubiaur.Mirta Rojo

Antes de eso, en 2020, fueron invitadas por la diseñadora Ulla Johnson para tocar en directo durante la Semana de la Moda de Nueva York. “¡Queremos que nos pasen más cosas de esas, S Moda!”, bromea la batería. Es la teclista quien explica cómo sucedió todo: “Fue surrealista. Nos contactó la diseñadora para estar en su desfile 30 días después, y resultó increíble ir a los ensayos y estar en un escenario en el que no nos habíamos movido, ensayando con las modelos al ritmo, viendo cómo montaban toda la escenografía los creativos, el estar ahí en el SoHo de Nueva York, que es tan mítico para nosotras… El despliegue de la industria de la moda es fascinante”.

El aparente glamour que se destila de esto contrasta con un presente bastante precarizado para ellas. Ninguna de las componentes de Melenas vive aún de la música, pero, además, tienen que buscar trabajos que les permitan mantener esa dedicación al grupo. “Algunos son más fácilmente combinables, Leire y Oihana son autónomas; Lauri se dedica a la docencia y este año ha tenido que coger una excedencia”, explica María, “y yo, por ejemplo, tuve que dejar trabajos en momentos de mi vida porque no eran compatibles con la banda. A veces te tienes que buscar la vida ejerciendo de camarera en fiestas o limpiando casas. Yo también soy actriz, entonces igual me sale un corto o cosas así, lo cual hace muy complicado sostenerte a diario”. “Siendo una banda a la que le va bien, y que lleva bastante tiempo en esto, al final te planteas muchas cosas”, indica Oihana. “Pero, aun así, nos sentimos afortunadas en muchos aspectos”, concluyen entre todas.

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