Amarillo mantequilla, color tendencia del otoño: guía del inesperado tono que está por todas partes
Todas las referencias necesarias para combinar el color más caprichoso del momento, que no es vainilla, ni pastel, ni mimosa
En las modas todo depende de un pequeño y específico detalle que convierte una prenda, una silueta o, como en el caso que nos ocupa, un color, en algo especial y diferente. Es el matiz que le da una intención, ese algo que delata al que lo lleva como alguien “que sabe”. Por eso, en el otoño de 2024 no se dice que se lleva el color amarillo, quien hable con conocimiento de causa dirá que se lleva el mantequilla. No se trata del clásico limón, ni tampoco de un vainilla. No es un tono mimosa, tampoco narciso, ni girasol. El mantequilla es una tonalidad apastelada, delicada pero con un pigmento denso, luminosa y con un acabado cálido, es un tinte suave y agradable. Otoñal.
Como siempre que despunta una tendencia muy específica, antes de llegar a todas partes -donde por cierto ya se encuentra nuestro protagonista- el mantequilla ha tenido algunas apariciones en temporadas anteriores. En años anteriores ya tuvo alguna aparición en las pasarelas de Coperni, Loewe o Prada, y en la primavera del 2024 algunas de las marcas responsables de los hypes contemporáneos optaron por salpicar sus colecciones con alguna prenda en este color: Bottega Veneta, Proenza Schouler, The Row o Jacquemus probaron a combinar este tono. La actriz Aubrey Plaza se puso un celebrado vestido de Loewe en amarillo mantequilla en la noche de los premios Emmy, Lila Moss (la hija modelo de Kate Moss) llevó un conjunto de americana y shorts al desfile de Gucci celebrado en Londres el pasado mes de mayo, y en las semanas de la moda de Copenhague, Londres o Nueva York muchas invitadas han acudido a los shows interpretando este específico tono.
La ubicuidad de este color está convirtiéndolo en una tendencia que despunta. Ahora el amarillo mantequilla está en las colecciones de otoño de Khaite y Proenza Schouler, también en las de Mango y Zara, pero es que en la primavera de 2025 estará en todas partes, al menos si hacemos caso de las tendencias emergentes que estamos viendo en las semanas internacionales de la moda, en las que se están presentando las prendas que llegarán a las tiendas el año que viene. Prada, Alaïa, Burberry, Luar o Chloé: influyentes marcas que señalan todas en una misma dirección.
Al amarillo, cargado de superstición en algún tiempo pasado, no le faltan referencias en la cultura pop: desde el copiado vestido de Kate Hudson en Cómo Perder a un Chico en Diez Días (cuyo acabado satinado saturaba el tono) hasta el mágico vestido de Bella en la película de Disney La Bella y la Bestia, aquel impresionante Guo Pei que lució Rihanna en la gala Met del 2015 o el vestido de organza que Elizabeth Taylor llevó en 1964 en su boda con Richard Burton (las imágenes de la época lo retratan como un tono amarillo subido, cercano al canario).
La Escuela Británica de Artes Creativas y Tecnología analiza la psicología del amarillo como un color contradictorio: “Según las preferencias personales, puede representar diversión, innovación, optimismo y alegría, pero en connotaciones culturales también se asocia con la mentira, la arrogancia y la cobardía”. No es un color fácil y, por tanto, tampoco resulta sencillo vestirlo. El amarillo hay que saber llevarlo.
Después de analizar imágenes de pasarelas, street style y marcas, atendiendo a estilismos ya probados en los que funciona podemos extraer las siguientes conclusiones: A) combina bien con blanco, con camel y con vaquero azul, B) la manera más fácil de defenderlo es en un atuendo monocolor, como por ejemplo, un traje de pantalón y chaqueta (mejor si ambos son de corte holgado), y C) para probar la tendencia sin demasiada valentía, siempre se puede optar por un accesorio en este tono: hay desde bolsos hobo, hasta sandalias minimalistas.
Dónde comprar amarillo mantequilla:
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