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Lila, la hija de Kate Moss, toma el testigo de su madre sobre la pasarela

La modelo, que acaba de hacer su debut en el desfile de Miu Miu a los 18 años, despega en la industria después de haber sido imagen de algunas campañas y portada de revistas

Kate Moss y Lila Grace Moss, en el desfile de Dior en la Semana de la Moda de París en enero.
Kate Moss y Lila Grace Moss, en el desfile de Dior en la Semana de la Moda de París en enero.Veeren Ramsamy-Christophe Clovis / Bestimage
El País

Lila Moss acaba de alcanzar la mayoría de edad, pero está dispuesta a conquistar la industria de la moda. Un sector que, como muchos otros, ha tenido que reinventarse por la situación derivada de la pandemia del coronavirus y ha obligado a realizar sus últimos desfiles de manera virtual. Algo que no ha resultado un inconveniente para la hija de la top británica Kate Moss y el periodista y editor Jefferson Hack, que acaba de hacer su debut sobre las pasarelas de París en el desfile de Miu Miu ante la mirada de las expertas Alexa Chung, Elle Fanning o Cloë Sevingny, entre otras muchas que, a en lugar de ocupar un sitio físico en el recinto han seguido el desfile a través de una pantalla.

Luciendo tres looks diferentes de una colección primavera-verano 2021 inspirada en el mundo de los deportes, Lila ha tomado el testigo de su madre por la puerta grande, siendo la encargada de la apertura y el cierre del desfile. Y lo ha hecho, cómo no, bajo su supervisión y protección, pues es su propia agencia Kate Moss Agency quien representa a la joven desde hace dos años, midiendo a cuentagotas sus apariciones en la prensa decidida a que su retoño no cometa los mismos errores que ella. Lo reconoció la propia modelo cuando reveló haber sufrido presiones en sus inicios para hacer algunos trabajos, como haber posado en toples con solo 15 años. “No dejaría que mi hija lo hiciera ahora. La miro y pensar que yo estaba haciendo toples a su edad…¡es una locura!”, contó la modelo a NBC en 2018.

Moss madre fue descubierta en el aeropuerto JFK de Nueva York con 14 años, saltó a la fama a los 16 en un editorial de moda de Corinne Day para The Face y a los 18 ya desfilaba para los grandes como Marc Jacobs, John Galliano y Dolce & Gabbana. El mismo sendero que parece estar siguiendo su primogénita. Aunque Lila Grace Moss Hack ha estado bajo el escrutinio público desde el minuto uno de su nacimiento, en 2002, a los 13 años protagonizó su primera portada junto a su madre ante el objetivo de Mario Sorrenti para la edición italiana de Vogue. Entonces reconoció que le interesaba el mundo de la moda, aunque prefería centrarse en el diseño y dejar a un lado las pasarelas. Pronto cambió de opinión. A los 14 realizó una campaña publicitaria como imagen de The Braid Bar, un espacio ubicado en las galerías Selfridges de Londres donde se realizan peinados con trenzas. Y a los 16 fichó como imagen de Marc Jacobs Beauty y protagonizó su primera portada en solitario como modelo. Como no podía ser de otra manera, fue en la revista de su padre, Dazed & Confused, una de las pocas cabeceras británicas supervivientes de la era dorada de las biblias de la modernidad de los 80 y 90. El año pasado Miuccia Prada se fijó en ella y ahora su trabajo se ha visto reflejado sobre las pasarelas de la Semana de la Moda de París.

“Gracias por dejarme debutar en el show con el que siempre he soñado”, ha escrito la joven en su Instagram, donde comparte sus cada vez más óptimos trabajos entre los que destaca también su pasión por el maquillaje y los peinados. Tras su estreno, Lila Moss ha hablado con Vogue, donde ha asegurado sentirse muy contenta y afortunada. Para mantener la naturaleza de su belleza, Moss hija asegura que no tiene ningún truco más allá de usar protección solar de alta graduación en la cara durante todo el año y dormir bien, algo que consigue gracias a un spray de esencias florales que siempre va con ella. A sus 18 años se define como una chica concienciada con el planeta e interesada en la protección de los océanos. Apoya marcas sostenibles, evita el plástico de un solo uso y reduce su consumo de carne. Precisamente en la gastronomía hace un guiño a España y elige el Ta-Kumi, un famoso japonés de Málaga, como restaurante favorito para comer en cualquier momento.

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