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De tal modelo, tal hija

Lila Moss, primogénita de Kate Moss, es la última de una lista de apellidos con pedigrí en el mundo de la moda

De izquierda a derecha: Lily-Rose Depp, Kaia Gerber y Lila Moss.
De izquierda a derecha: Lily-Rose Depp, Kaia Gerber y Lila Moss.GTRESONLINE/Getty Images
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Kate Moss tenía 18 años cuando conoció a Marc Jacobs por primera vez y se subió a una pasarela con su Grunge Collection de Perry Ellis. 25 años más tarde, la hija de la top model debuta en la industria con el mismo diseñador. El pasado viernes, días después de cumplir los 16, Lila Grace Moss era presentada como nueva imagen de la línea de belleza de Marc Jacobs y como nueva representada de la agencia de modelos Kate Moss. Hasta ese día, prácticamente, apenas se la había visto en público: hay una imagen de cuando tenía nueve años, en la boda de su madre y, de hace tres, juntas cuando protagonizaron una portada en la revista Vogue Italia. Ahora, en solo una semana, le auguran un futuro de éxito en la moda y calculan que para cuando llegue a la mayoría de edad habrá ganado su primer millón.

A Kaia Gerber, la otra heredera de una de las top model de los 90, la hija de Cindy Crawford, le ha salido una compañera de sangre azul sobre la pasarela y en las marquesinas y portadas de revistas. “Puedo ver la carrera de Lila yendo en la misma trayectoria ascendente. Se rumorea que Kaia gana unos 400 mil euros al año, pero esta campaña de Marc Jacobs hará que Lila alcance esa cifra rápido”, contaba esta semana al Daily Mail la directora de la agencia de relaciones públicas del sector EdenCancan.

Gerber y Moss no son las primeras ni las últimas. Ahí están las Hadid, Gigi y Bella, hijas de Yolanda Hadid. O Georgia May Jagger, hija de la modelo Jerry Hall y el cantante Mick Jagger, de 26 años, que lleva ya tiempo desfilando su parecido y su apellido en la moda. Lily-Rose Depp, la primogénita de la cantante, modelo y actriz Vanessa Paradis y el actor Johnny Depp, también abandonó los estudios por saltar primero a las pasarelas y después al cine. La estrecha relación de su madre con Karl Lagerfeld le aseguró un contrato millonario como nueva cara millennial del perfume Nº5 L’Eau de Chanel antes de cumplir los 18.

Modelos virtuales

Los expertos predicen que al cumplir 18 años Lila Moss ya tendrá más de un millón en su cuenta corriente. Es decir, auguran que el éxito de la nueva imagen de Marc Jacobs Beauty pueda incluso superar el de su madre, Kate Moss, una de las grandes top models de los 90. La razón como es habitual en estos tiempos: las redes sociales. El poder de estas nuevas modelos se multiplica gracias a su influencia virtual. El ejemplo más evidente sería el de las hermanas Gigi y Bella Hadid que se apoyaron en sus cuentas de Instagram para alcanzar la fama que su madre no ha llegado a tener. Kaia Gerber supera en seguidores a su madre, Cindy Crawford. Y Lila Moss ya le lleva ventaja a la suya desde que abrió hace unas semanas su cuenta, mientras Kate sigue alejada del mundo online.

Ahora que Lily-Rose está más centrada en su carrera como actriz, Kaia Gerber encabeza los desfiles y campañas de Lagerfeld, la colección Karl x Kaia es su última colaboración. Y, de hecho, Lila Moss ha sucedido a Kaia como imagen de Marc Jacobs Beauty. Todo queda entre familias, familias famosas.

En un mundo siempre sediento de glamour y fama, los hijos de siguen generando mucha atracción y meterlos en una pasarela o campaña puede ser publicidad gratis para la marca, impactos en medios y redes sociales solo por ser quienes son. Después de una vida fuera de los focos, Lila Moss es una estrella en ciernes que todo el mundo quiere descubrir. Lo mismo ocurre en España con la primogénita de Judit Mascó, María Vicente, que debutó el año pasado desfilando para Custo. O con Lucía Rivera Romero, la hija de la modelo Blanca Romero, adoptada por el torero Cayetano Rivera. Aunque la primera no parece querer dedicarse a esta profesión, la segunda está a punto de mudarse a París para dar el salto a la moda internacional. Y los pasos de las dos se siguen con atención.

Además de la atención directa por su apellido o su parecido más que razonable, en la mayoría de los casos las puertas de las grandes firmas se les han abierto de par en par porque sus madres las han llevado de la mano. El caso más claro es el de Lila Moss que ha firmado con la agencia que lleva el nombre de su madre y que dirige. Cindy Crawford reconocía hace poco que el no llegar como desconocidas a la industria les ahorraba el lado más feo. “La gente sabe que iré a por ellos si se meten con mis hijos”, dijo de Kaia y Presley, el mayor, que también ha seguido sus pasos. Pero no son solo los contactos y los consejos: son las amistades directas. Como el propio Marc Jacobs explicó en Instagram al presentar a Lila, la conoce desde que ella tenía seis años. Lagerfeld, muy amigo de Vanessa Paradis, vio crecer a Lily-Rose. Estaban ligadas a diseñadores y marcas mucho antes de decidir a qué querían dedicarse.

Y, por último, este relevo con nombre estelar también favorece a sus progenitoras. Kaia, Lila, Lily-Rose, Lucía son las caras populares entre generaciones jóvenes que no han crecido viendo a Kate Moss, Cindy Crawford, Vanessa Paradis o Blanca Romero en las revistas. Hablando de unas y de otras se llega a mucha más gente y su relevancia mediática es aún mayor.

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