Origen, un vestido de flamenca único inspirado en las historias de cientos de andaluzas
Con la Feria de Abril a la vuelta de la esquina, la diseñadora Beatriz Peñalver trabaja para crear un modelo muy especial en colaboración con Lanjarón
Hasta el pasado 24 de marzo todos los andaluces que quisieran podían enviar los recuerdos más especiales que tienen asociados a una prenda emblemática y única de la cultura andaluza: el traje de flamenca. Con todas esas vivencias, Lanjarón ha pedido a Beatriz Peñalver que confeccione un vestido capaz de aglutinar todas estas historias. Con el comienzo de la Feria de Abril en Sevilla se ha desvelado el diseño que se ha creado teniendo en cuenta todas y cada de las historias recibidas para que el vestido Origen, como se ha bautizado a la prenda, represente la identidad cultural de Andalucía.
Lanjarón ha recogido más de 250 relatos que tienen en común el valor sentimental ligado a esta prenda, que en ocasiones ha sido confeccionada por un familiar, heredado de generación en generación o vinculado a momento especial. “El traje de flamenca sigue teniendo esta connotación sentimental”, reflexiona Beatriz Peñalver. “De hecho, la mayoría de las clientas a las que diseño un traje de flamenca suele ser un regalo que le hace algún familiar, a su pareja, por un aniversario, un cumpleaños señalado o un premio por las buenas notas, la graduación… y esto lo convierte en una experiencia inolvidable dando igual si es para una niña o una adulta”. El resultado final es un vestido rojo de lunares que en la cola “esconde más de 300 historias”.
Beatriz Peñalver supo desde niña que quería diseñar y en su pasión por la moda solo competía la danza, elemento que está muy presente en su universo creativo. A los 18 años dejó sus estudios de danza española en el conservatorio para comenzar sus estudios universitarios: “Tenía buenas notas y pensé que lo menos arriesgado era estudiar Administración y Dirección de Empresas. Cuando terminé la carrera estuve un tiempo trabajando en banca, pero estaba muy frustrada por lo que decidí empezar a formarme en patronaje en mi tiempo libre”. En ese momento Peñalver abrió la caja de Pandora pues una vez que comenzó a crear no pudo parar hasta que comenzó a comercializar sus diseños, “ha sido una carrera de fondo y es un aprendizaje continuo”, afirma.
Además de la danza, en sus colecciones Beatriz Peñalver procura dar cabida a la rica artesanía que existe en Andalucía, “recurro muchísimo a pasamanerías o flecados. En ocasiones he trabajado otro tipo de artesanías como la albaldonería y los bordados que, aunque se practican en otras regiones o no son exclusivas de aquí, también tenemos muy buenos artesanos”. Aun así, la diseñadora lamenta lo difícil que es incluir todos estos elementos en las colecciones ya que el valor de estos oficios es incalculable y por muy pequeñas que sean las colecciones, como en su caso, en su mayoría son artesanías que no pueden fabricarse en cadena por lo que suelen emplearse para prendas hechas bajo demanda. “De todas formas, ahora tenemos la suerte de contar con la recién creada Fundación Academia de la moda española cuya función, entre otras, es proteger y preservar los oficios artesanos de la moda lo cual requiere de mucho apoyo por parte de las instituciones. Nosotros los creadores ponemos nuestro granito de arena, también necesitamos negocios sostenibles, y para ello aún hay mucho trabajo de conciencia social por hacer”, reflexiona.
La diseñadora no dudó en decir que sí a este proyecto de Lanjarón con el que la marca de esta agua mineral que nace en las cumbres de Sierra Nevada quiere rendir homenaje a su cultura y sus raíces. El vestido de flamenca es sin duda el elemento común que mejor la representa. Una prenda que recoge una estética y un patrimonio que ha dado la vuelta al mundo y que ha influido en las marcas de moda de lujo a lo largo de su historia, desde Yves Saint Laurent, hasta el Dior actual que celebró una de sus colecciones crucero en Sevilla o el liderado por John Galliano con su colección dedicada a su folclore. “La comunidad autónoma tiene mucha identidad cultural y está llena de elementos peculiares, muy nuestros, tales como la música, artesanías, literatura, folklore… Una especie de luz arraigada al carácter, con la que la moda puede nutrirse y cuya simbología puede llevarse fácilmente a la estética, resultando inevitable plasmarlas en mis creaciones”, reflexiona Beatriz Peñalver.
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