Conciertos para llevar
Los músicos sacan a pasear sus canciones a parques, plazas, edificios y tiendas. El take away show toma la calle. Miniconciertos acústicos irrepetibles que son grabados en vídeo y colgados en la red para el consumo de todos.
Los Right Ons habían estado de gira por Estados Unidos y Japón. Antes de ser quienes son incluso habían probado la calle, el metro, el campus. Después, hasta el interior de un coche. Sí, un concierto a bordo. En un Mini Countryman. Pero lo que nunca habían hecho era llevar su rock setentero a una tienda de ropa. Hasta que llegaron los chicos de Acordes Urbanos (AU!) y les propusieron hacer un miniconcierto acústico entre los sombreros, maniquíes, muebles antiguos y espejos de Backstage. Los aires barrocos de este templo de la moda en Valladolid no podían sentarle mejor al quinteto madrileño. Y viceversa.
Los alemanes inclasificables Jenny Thiele & Badz venían a España a participar en el ciclo de conciertos Miradas Sonoras cuando se cruzó en su camino la propuesta de AU!: hacer sonar la música en un territorio inexplorado. El cuarteto de cuerda, alargado con una percusionista y una cantante de voz portentosa, acabó poniendo en la mesa su mezcla de clásica, jazz y world music en la casa de Salvatore, miembro del grupo Azzband y organizador del citado encuentro musical. Walter Parks y su banda de blues-rock pantanoso, Swamp Cabbage, fueron sorprendidos en el bar The Wild Thing Zone de Valladolid a la hora del café, pero entre botellas de güisqui y pósteres de rock & roll.
Estos conciertos medio improvisados en lugares poco comunes y con un público no ordinario son cosa del realizador audiovisual Víctor Alonso y el ingeniero de sonido Pablo Giral, que hace un par de años pusieron en marcha la plataforma Acordesurbanos.com, a imagen y semejanza de la Blogothèque.net francesa. Una web que definen como «un proyecto artístico y documental», cien por cien artesanal, generador de «experiencias únicas» y con el ojo puesto en la música independiente, que no indie. Al ritmo de un vídeo acústico a la semana, y con fe de sobra en el folk, el rock, el blues o las fusiones más insospechadas, están engordando un archivo histórico nacional e internacional de libre acceso, con licencia copyleft, que tiene en las redes sociales su circuito. Bajar a los músicos de los escenarios habituales, sacarles de sus locales de ensayo y echarles a la calle es, como reconoce Alonso, «una experiencia adictiva». Tiene mucho de cinematográfica. Empezando por los exteriores, casi siempre en Valladolid. Como la Blogothèque por las calles de París. De pronto, hay un concierto de la banda murciana Neuman frente a la Casa del Estudiante.
Corizonas, banda que surge de Arizona Baby y Los Coronas, dio un concierto en la calle Torneros de Valladolid.
D.R.
Pero así como la Blogothèque ha ampliado sus fronteras más allá de la capital francesa, hasta ofrecer conciertos de Zoë Keating con su violonchelo en el aeropuerto de San Francisco o de Letuce en un parque de Río de Janeiro –después de haber mostrado a Arcade Fire en un ascensor–, Acordes quiere seguir manteniendo su sello DIY: «Queremos que sea una cosa artesanal, hacerlo todo nosotros mismos y mimar el producto desde el principio hasta el final. Por eso, decidimos con quién queremos grabar. No queremos que se desvirtúe la calidad conseguida e intentamos que sea en nuestra ciudad», explica Víctor Alonso.
AU! ha publicado ya las actuaciones de 150 grupos, y grabado otras 100, que esperan su momento. Esto se traduce en 320 canciones on-line, 1.500 minutos de música en la calle y 700.000 cargas de los vídeos en la red. A la cabeza está Rumba en atmósfera cero, de Lori Meyers, en el camerino del festival Ebrovisión; Sincero, del cantautor Luis Ramiro, en el patio de una casa particular; o Cannibal Dinner, del zaragozano sin par Bigott, en la recepción de un hotel con aires vintage. La magia del invento es que «una señora puede salir de hacer la compra del súper a las doce del mediodía y encontrarse a unos barbudos tocando», relata Alonso. Y luego estos resultan ser Javier Vielba y Rubén Marrón (Arizona Baby). O acudir a comprar discos a Charly Blues Records y toparse con el estilo blusero de los Delta Saints. «Es lo que hemos querido hacer desde el principio. Llenar la ciudad de momentos musicales». Aunque el territorio urbano es Valladolid, AU! ha hecho incursiones en Madrid, Barcelona o Londres. Recientemente, fueron invitados al London Folk & Roots, organizado por un colectivo de músicos que reivindica la escena folk tradicional, y aprovecharon para grabar a 18 grupos en un mismo día. Ahora preparan su salto a Estados Unidos. «No cobramos un duro por lo que hacemos», aseguran a dúo Alonso y Giral, respaldados por sus colaboradores. Y eso que tienen mucho que ver en el lanzamiento de artistas de la escena musical independiente. El cantautor sueco Benjamin Folke Thomas, que regaló su música a AU! en la parte de atrás del mítico Café España, ha visto cómo se triplicaba su audiencia española después. A veces, es el merchandising el que les salva económicamente: camisetas de edición limitada, pegatinas, chapas… Otras, la organización de algún concierto. O las pequeñas aportaciones de los grupos. Ahora sueñan con el desarrollo de una aplicación móvil.
«Los Concerts à emporter van al encuentro de la música y del cine, del documental y de la captura pura. Son acontecimientos y testimonian el acontecimiento», reflexiona el periodista musical Chryde, fundador de los Concerts à emporter de la Bloghothèque junto al cineasta francés Vincent Moon. En Barcelona lo hace Venuspluton.com. Han repensado los lugares comunes y grabado a Inhabitans en un monasterio y a Tiu en la playa de S’Arenal de Mallorca. Son sus «venusplutones», música en directo y en sitios insólitos. Luego están los «directoalavena», grabados en pleno concierto. Pero esos no hay que llevarlos a ningún sitio porque ya están donde les corresponde.
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