“El yoga es un antídoto natural contra la ansiedad y el miedo”
La verdadera crisis es la interna, dice Ramiro Calle, el autor de yoga más leído en lengua castellana.
“Ante la crisis, ecuanimidad, paciencia, acción diestra, resistencia interior, no malgastar las mejores energías con pensamientos negativos u obsesivos. Y por supuesto, meditar, meditar, meditar”. Es la recomendación de Ramiro Calle, el autor de yoga más leído en lengua castellana. Calle, encargado de clausurar la VI edición del congreso de yoga de la Costa del Sol señala que “la verdadera crisis es la interna, el anhelo por buscar otra forma de ser y sentir”. El director de Shadak, en Madrid, uno de los centros de yoga con más solera de España, cree que en esta sociedad prima lo superficial, el exceso. “Quien despierta un poco se da cuenta que no se trata de tener más de lo mismo en el mismo nivel, sino de cambiar a un nivel más elevado de entendimiento”.
El yoga, sostiene, es una herramienta eficaz para lograr ese objetivo. Pero hay que andarse con cuidado para no acabar en lo que denomina “supermercado espiritual”, un escaparate de todo tipo de “pseudoyogas” para engatusar al occidental sediento de novedades. “El yoga sin actitud adecuada, sin ética, sin consciencia alerta, sin unión de cuerpo y mente, no es yoga”, indica Calle, autor de más de 200 obras de espiritualidad y orientalismo.
“Los yogas como el del calor, que perjudican el corazón, los pulmones o el cerebro quizá pongan el trasero más prieto, pero ¡a qué precio!”, lamenta. Calle se refiere a estilos como el “yoga caliente” o Bikram yoga, una serie de 26 ásanas (o posturas) que se practica en salas caldeadas a 40 grados. Una poco ortodoxa variante del milenario yoga muy controvertida, además, por registrar la secuencia bajo copyright.
El “yoga sauna” está ausente del encuentro en la Costa del Sol, a diferencia de un buen puñado de estilos tradicionales (como Ashtanga o Iyengar) y contemporáneos (Anusara, Viniyoga o Yin, por ejemplo), además de recitales de poesía o Kirtan (canto devocional procedente de la India). A pesar de encuentros como este o del que recientemente se celebró en Barcelona, España se encuentra muy lejos de Estados Unidos en lo que al yoga se refiere, señala Víctor M. Flores, su promotor, además de director pedagógico del instituto de estudios del yoga. Si bien es cierto que en EEUU se busca la rentabilidad a toda costa, “los patrones de respeto hacia sus profesionales no se encuentran en España”. Flores cree que, al igual que sucede en otras esferas de la vida cotidiana, en el mundo del yoga funciona lo que describe como el “patrón mimético, la picaresca, la envidia”. A nivel físico, no hay comparación: “Cualquier país nos supera ampliamente. Tenemos una práctica física muy baja, con pocas exigencias y mucha complacencia”.
¿Acaso el Pilates le ha comido terreno? “En España hay más practicantes de Pilates porque además de su publicidad y difusión es muy directo y ´limpio´ ideológicamente”, señala Flores. “A muchas personas no les interesan los mantras, la kundalini y otros aspectos inherentes al yoga y algunos profesores son demasiado proselitistas. Esto espanta a un público bastante amplio. El Pilates es interesante y eficaz, pero no va más allá de lo físico. Su influencia en el campo personal y emocional es mínimo”.
No es el caso del yoga, como prueba el hecho de que su popularidad se incremente en tiempos de confusión. Calle señala que la gente se acuerda de Santa Bárbara cuando truena, pero esa no es la actitud correcta. “El yoga es una forma de vida para los buenos y malos tiempos, no una chaqueta de quita y pon”. Flores cree que, efectivamente, la crisis ha dado un empujón a esta disciplina. Pero esto no es necesariamente positivo: “También implica que hace falta una gran pérdida para plantearse alternativas”.
“El yoga es un antídoto natural contra la ansiedad y el miedo”, apunta Flores. “No es que no vayan a aparecer en nuestra vida; siempre nos los encontraremos a la vuelta de la esquina. Pero si tienes yoga, tienes una herramienta con la que puedes modificar el mundo”. Un método que aporta ecuanimidad y sensatez para sentir y pensar por nosotros mismos. “Todos los días deberíamos hacer algo que nos diera miedo, ya sea tirarnos en paracaídas o enamorarnos. Al miedo se le combate desde el miedo mismo”.
@nataliamartin es periodista. Si quieres ponerte en contacto con ella escribe a natalia@vidasencilla.es
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