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Las bondades de la grasa: clave en la arquitectura de la piel e ingrediente fundamental para cualquier rutina cosmética

Cambios en las nomenclaturas y nuevos tratamientos buscan colocar a la grasa en el lugar prioritario que le corresponde

Rostro de una modelo con un producto hidratante graso aplicado sobre su piel
Rostro de una modelo con un producto hidratante graso aplicado sobre su piel.CoffeeAndMilk (Getty Images)

Pese a la creencia popular, no toda la grasa es mala. Los adipocitos blancos y la grasa parda contribuyen a la arquitectura de la piel y juegan un papel clave en el envejecimiento. “Con el paso del tiempo, la cantidad y la función de esas células merma, y la piel pierde elasticidad”, afirma Tatiana Gallardo, de Hada Labo Tokyo. Además, adipocinas como la leptina y la adiponectina, producidas por los adipocitos, contribuyen a la regulación metabólica y pueden influir en procesos inflamatorios: “La leptina regula la regeneración celular y la producción de colágeno”, explica Marta Vilavella, vicepresidenta de Dermus (Asociación de Clínicas Privadas de Dermatología) y directora de la clínica Idermic, “unos niveles bajos pueden acelerar el envejecimiento; unos niveles altos, asociados con la obesidad, provocar inflamación”. Para preservar la salud de los adipocitos, estimular la regeneración tisular y mejorar la calidad de los tejidos circundantes existen dos estrategias: “Se puede tratar la grasa directamente, actuando en la capa subcutánea, o indirectamente en la matriz extracelular”, explican las doctoras Mar Mira y Sofía Ruiz del Cueto, de la Clínica Mira + Cueto. Lo más recomendable es un cóctel de cosmética, tecnología, terapias y estilo de vida saludable.

Hasta el más allá con radiofrecuencia

Lo último en radiofrecuencia incide sobre la unión hipodérmica, una capa que hasta ahora no había sido tratada. Esta unión se encuentra entre la dermis y la hipodermis y se compone de adipocitos blancos. Una malla de colágeno los sostiene: “No solo aporta volumen, también evita que los adipocitos se deslicen hacia arriba y que perdamos firmeza”, explica Arkaitz Felices, cosmetólogo y director de Reviderm España. Con la edad, la malla se debilita, lo que provoca que los adipocitos se desplacen. “Esto genera arrugas, pérdida de definición y hundimiento”, detalla Felices. Su tecnología estimula los adipocitos blancos con unos electrodos que concentran la energía para rellenar los paquetes de grasa subcutánea faciales. “Trabaja a temperaturas más bajas (43 °C) que las radiofrecuencias tradicionales (entre 55 °C-65 °C) y así previene la desnaturalización del colágeno, una proteína que puede volverse inestable y gelatinosa a temperaturas superiores a 48 °C”, desglosa el experto de Reviderm.

Existen otros dispositivos innovadores, como Morpheus8 de InMode (una radiofrecuencia fraccionada), que actúan en capas más hondas. “Gracias a las microagujas que transmiten calor a tejidos profundos, este dispositivo penetra hasta ocho milímetros”, describe Marta Vilavella, la vicepresidenta de Dermus. ¿Sus beneficios? Estimula el colágeno y la elastina, potencia la firmeza, mejora la textura y reduce la flacidez. “Al calentar el tejido subcutáneo, acelera el metabolismo de los adipocitos, y descompone las células de grasa en abdomen, muslos o brazos”, añade Vilavella.

Estimular la grasa parda

En los bebés, la grasa beis (o grasa parda) se encuentra en el cuello y los hombros. Su metabolismo es veloz: quema muchas calorías y mantiene a los recién nacidos calentitos. A los seis años, sus depósitos descienden en un 5%. Con el tiempo, la grasa que acumulamos es, en su gran mayoría, blanca e inactiva: consume mucha energía y es difícil de quemar. Una alta concentración de grasa blanca puede acarrear artrosis o diabetes. La buena noticia: la grasa blanca puede convertirse en parda. “Este tipo de grasa que perdemos a medida que crecemos, podría reducir el riesgo de enfermedades inflamatorias, de diabetes y de obesidad”, plantea Carmen Navarro, quien sugiere apostar por terapias como la exposición al frío moderado, los suplementos de resveratrol y polifenoles y las terapias de luz.

La grasa es un activo

La grasa también está de moda en cosmética, sobre todo para mantener la barrera lipídica en plena forma, apuntan desde Carmen Navarro, donde recomiendan productos con ácidos grasos como los omega-3 y omega-6. También, sérums con ceramidas: “Es esencial evitar limpiadores agresivos, porque destruyen esa barrera, y apostar por aceites naturales, como el de jojoba o argán, cargados de lípidos saludables”, recomienda Navarro. Pedro Catalá, cosmetólogo, doctor en Farmacia y fundador de Twelve Beauty, incide en el cambio de moda: “Tradicionalmente el enfoque ha sido la reducción de adipocitos (células que almacenan grasa) tanto en productos remodelantes para el cuerpo, como en cremas faciales para el cuello, la papada y la forma del óvalo facial. Sin embargo, la tendencia actual apuesta por lo contrario: se busca estimular la producción de nuevos adipocitos, que actúan como un relleno natural. Los resultados, tanto en estudios de laboratorio como en pruebas en personas, han sido prometedores, especialmente en áreas alrededor de los ojos, la boca y la nariz. Este enfoque está ganando popularidad como una alternativa a las inyecciones de ácido hialurónico”.

Darle un masaje

En Madrid, acaba de inaugurarse Halmma, un baño turco que va más allá del masaje, donde la estrella es el agua y cuya inspiración estética es el wabi-sabi japonés. “La experiencia en el hammam va más allá de lo físico, mejora la piel porque reduce el estrés. Nuestro aceite de masaje se basa en el aceite de oliva, rico en vitamina E y polifenoles. Neutraliza el daño de los radicales libres y protege las fibras de colágeno y elastina. Además, los ácidos grasos omega-3 y omega-6 potencian la función celular y estimulan la producción de colágeno”, explica Leyre García Casco, fisioterapeuta y directora de experiencia en el centro. El masaje es una técnica antigua: “Las reservas adiposas corporales nos proporcionan energía, aíslan y protegen nuestros órganos. Además, contribuyen al equilibrio hormonal y metabólico”, detalla Lidia Hernández, terapeuta y formadora especializada en medicina tradicional china y terapias orientales en The Organic Spa.

Equilibrar los adipocitos

Como no podía ser de otra manera, una dieta equilibrada es fundamental, incluyendo grasas saludables. Por otro lado, para trabajar en profundidad el tejido conectivo, funciona el gyrotonic, un sistema de ejercicio ideado por un exbailarín húngaro que combina varias técnicas (yoga, pilates, natación…) y que es capaz de afinar, esculpir y tonificar. Mejora ese tejido conectivo gracias a las movilizaciones articulares y musculares, fortalece la musculatura y la circulación y reduce el estrés. Del cuerpo y de la cara: “Solemos estimular poco la musculatura del rostro, aquí incluimos el movimiento ocular y el de la mandíbula, para tratar el ATM (trastorno de la articulación temporomandibular) y bruxismo”, asegura Silvia Guijarro, directora del centro Gyrotonic en Madrid.

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