La contaminación, el enemigo silencioso de la piel

Vivimos en la era del reclamo publicitario, la segmentación y las etiquetas. Por eso, es comprensible que cuando acaba una temporada nos preguntemos si cosméticos con apelativos y objetivos muy específicos son necesarios. Tras la vuelta de las vacaciones, surge la pregunta: ¿están justificados los tratamientos anticontaminación? “Las cremas con ese reclamo son necesarias porque están específicamente formuladas para eso y no todas incluyen componentes antipolución. Algunas cremas son solo antiedad, hidratantes...”, afirma Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD.

Pedro Catalá, cosmetólogo, doctor en Farmacia y fundador de Twelve Beauty lo corrobora. “La polución es una amenaza real y no una estrategia de marketing. Numerosos estudios publicados en prestigiosas publicaciones como Oxford Academic confirman los estragos que las partículas contaminantes generan al depositarse sobre la piel y nuestro cuero cabelludo. Esto se traduce en una pérdida de luminosidad, una mayor hiperpigmentacion y un envejecimiento prematuro de la piel. La gran categoría de ingredientes capaces de neutralizar los efectos de la contaminación son antioxidantes como el extracto de artemisia, buddleja, malva e imperatoria”. Las partículas contaminantes disminuyen el número de fibroblastos, y estimulan la síntesis de melanina. “No es algo inmediato, ocurre poco a poco y el efecto es acumulativo”, avisa Catalá. “La polución ambiental es el enemigo silencioso de la piel. Su mezcla de partículas ultrafinas, metales pesados y compuestos orgánicos volátiles genera estrés oxidativo en la piel, degradando el colágeno y la elastina”, explican desde Primaderm.

“La polución ambiental es el enemigo silencioso de la piel"

Los antioxidantes no solo protegen de la contaminación, sino que regeneran la piel tras el desgaste causado por los rayos uva, la sal, el cloro, la fiesta… “Antioxidantes como la vitamina C, pero también la astaxantina o el ácido ferúlico lo logran”, corrobora Lara González, cosmetóloga en Byoode.

Estas sustancias neutralizan los radicales libres; es decir las moléculas inestables generadas por la exposición a contaminantes ambientales. “Cuando contaminantes como el ozono, el dióxido de nitrógeno y otros metales pesados entran en contacto con la piel, provocan reacciones químicas”, explica González. Estas reacciones producen a su vez los temidos radicales libres. “Son moléculas inestables con un electrón desapareado que buscan estabilizarse atacando a las células de la piel”, afirma la experta. Estas moléculas pueden dañar las células de la piel, acelerar el envejecimiento y causar inflamación. También puede dañar componentes dérmicos esenciales. “Como los lípidos, las proteínas o incluso el ADN, lo que envejece, daña la barrera de la piel y causa estrés oxidativo”, afirma Natalia Abellán, directora técnica de Ambari.

La vitamina C es una vieja conocida capaz de unificar el tono, potenciar la elasticidad, iluminar y atenuar las manchas oscuras, pero, ¿qué logra la astaxantina? “La astaxantina mejora la hidratación y elasticidad, mientras que las propiedades antiinflamatorias del ácido ferúlico calman y reparan la irritación. Juntos, facilitan la renovación celular, reducen la aparición de manchas y cicatrices, y restauran ese aspecto saludable de la piel después de la exposición al sol y otros factores dañinos como la contaminación”, responde Sole Urrutia, directora nutricional de Advanced Nutrition Programme.

Esta categoría cosmética ya está asentada y respaldada por años de estudio y lanzamientos. “Clarins ha sido pionero en crear este concepto de protección contra la contaminación ambiental: en 1991 lanzó su primer maquillaje que incluía un complejo patentado”, nos cuentan desde la marca. El complejo anticontaminación de Clarins ha evolucionado y contiene hoy un sinfín de ingredientes naturales, entre los que destacan la furcelaria y la lámpsana. Todos los tratamientos faciales contienen este cóctel de activos para protegerse de los agentes nocivos de la vida urbanita.

El neceser se actualiza con innovaciones. Sun Dual Care Age Defense SPF30 de Shiseido, por ejemplo, se puede usar como primer, antes del fondo del maquillaje o después de la crema hidratante. “Aunque el maquillaje que usemos no contenga SPF este protector medioambiental nos defenderá contra agentes nocivos como la radiación solar”, nos explica Antonio Rosique, formador de Shiseido. Uno de sus secretos es la espirulina, sí, esa alga que tan de moda está en la nutricosmética. “Su poder es el ficobilisoma, un complejo supramolecular que capta la luz gracias a sus antenas. Durante la fotosíntesis, la espirulina convierte la luz solar en energía beneficiosa: en cosmética, inhibe un factor de envejecimiento y la inflamación de la piel”, detalla Rosique.

Guerlain apuesta por la miel pura de la isla de Ouessant y la jalea real, rica en oligoelementos, aminoácidos y lípidos, para favorecer la renovación celular y prevenir la inflamación de los fibroblastos.

Los factores medioambientales no son los únicos. “Los tóxicos sintéticos y petroquímicos de algunos cosméticos y una alimentación con azúcares refinados, grasas saturadas, carbohidratos refinados y el alcohol también nos contaminan. Los ambientadores y perfumes sintéticos o los productos de limpieza que usamos en casa cargan asimismo el ambiente de neurodisruptores”, aclara Vanessa Delli, fundadora de DelliCare Bio.

Para minimizar el impacto, desde su centro proponen realizar un beauty cleanse de diez días cuatro veces al año. “Se efectúa con el kit orgánico Detox 10day de The Organic Pharmacy, acompañado de un plan de alimentación. Para la limpieza de la dermis, lo mejor son los productos orgánicos, clean, veganos y sostenibles. Para resetearnos en cabina, recomiendo el Ritual Detox Head to Toe: incluye una exfoliación inspirada en la cultura del hammam marroquí, una hidratación y drenaje linfático y un facial regenerante y nutritivo.