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Las psicólogas del poliamor: “El rechazo social es algo que inquieta a las personas no monógamas”

Durante los últimos años, las relaciones no monógamas —aquellas en las que no hay una exclusividad sexual o afectiva—, han ido ganando terreno en la sociedad, derribando tabúes y logrando más visibilidad y tolerancia. Hablamos con psicólogas que se han especializado en acompañar a las personas que se decantan por este tipo de relaciones

Shawn Goldberg/SOPA Images/LightRocket via Getty Images
Tres mujeres reivindican las relaciones no monógamas en una manifestación en Canadá. Shawn Goldberg (SOPA Images/LightRocket/Getty)

Ana, Paco y Belén bailan y se ríen juntos entre un montón de luces de feria, algodones de azúcar y personas vestidas de chulapas y chulapos en las fiestas de la Paloma de Madrid. Ambientando esta escena de Kiki, el amor se hace (Paco León), suena Enamorada, de Pedrina y Río. En esta escena, la película logra contarnos cómo consiguen sentirse más felices los tres juntos que renunciando a lo que aporta una de las partes. Durante los últimos años, las relaciones no monógamas —aquellas en las que no hay una exclusividad sexual o afectiva—, han ido ganando terreno en la sociedad, derribando tabúes y logrando más visibilidad y tolerancia. Al mismo tiempo, un gran sector de la población ha normalizado la terapia psicológica. Según un informe de julio de 2024 desarrollado por el Gobierno de España en abril de este mismo año, un 17,8% de los entrevistados afirma haber tenido la necesidad de acudir para tratar problemas emocionales y de salud mental.

En este contexto surge la necesidad de especialización en acompañamiento en poliamor, contextos que antes no eran tan comunes en consulta, aunque siempre hayan estado presentes en la sociedad: “Como comenta Roma de las Heras en su libro Anarquía relacional, las relaciones no convencionales siempre han existido y no hay nada nuevo en ellas. La diferencia es que ahora tenemos nombres para definirlas y personas que las visibilizan”, señala la psicóloga, sexóloga y conferenciante Isa Duque.

María Tambo es psicóloga y terapeuta de pareja especializada en LGTBIQA+ y no monogamias en el centro Psicología y sexualidad. Desde su punto de vista profesional, las personas involucradas en no monogamias suelen presentar ciertas inquietudes comunes. “Suelen presentar en consulta dudas sobre el tipo de no monogamia por el que optar (relación abierta, poliamor jerárquico, es decir, en el que dos personas son el núcleo y tienen privilegios, o no jerárquico) y cómo dicha elección impacta la dinámica relacional. Estas decisiones suelen llevar consigo una serie de cuestionamientos sobre cómo establecer acuerdos y límites claros, y cómo comunicarlos eficazmente entre todas las personas involucradas. Además, la gestión de los celos y la inseguridad emocional es otra preocupación frecuente, ya que muchas personas necesitan herramientas para manejarlos sin comprometer el bienestar de la relación. La cuestión de la autonomía versus la interdependencia también aparece, en la medida en que cada persona negocia su espacio individual dentro del marco de un compromiso relacional múltiple”, asegura.

Lo que piensen los demás y cómo la sociedad reacciona al saber que una persona es poliamorosa es algo que también suele inquietar. “Una de las preocupaciones que he observado más recientemente, especialmente en contextos sociales donde el poliamor aún no es ampliamente comprendido o aceptado, es cómo manejar aspectos como la crianza, convivencia, la presión social y otros estigmas. Esto incluye la gestión de las expectativas familiares y sociales, y cómo comunicar su modelo relacional a personas ajenas a la dinámica sin sentirse juzgados o marginados”, detalla Tambo. También destaca como un aspecto común en consulta “la construcción de confianza y cómo mantenerla en un entorno donde existen múltiples relaciones afectivas y sexuales”.

Si bien es cierto que todos los modelos relacionales requieren de una serie de esfuerzos para prosperar, en el caso de las no monógamas el reto puede ser todavía mayor. Así lo afirma Marina Irene Ramos, psicóloga general sanitaria e integrante de Metamor, un espacio psicológico especializado en terapias con perspectiva de género y acompañamiento a personas LGTBQIA+ y no monógamas: “Necesitan las mismas herramientas o incluso más porque la carga de gestión emocional puede ser más alta: no es lo mismo cuidar un vínculo que tres. Se dan situaciones donde es esencial tener claras las necesidades de cada persona involucrada para llegar a acuerdos y puntos intermedios”.

Paula Delgado, psicóloga, escritora de El Bienquerer y cofundadora de Metamor, percibía que en la psicología tradicional estos temas estaban muy olvidados y que incluso eran invisibilizados o juzgados en terapia por falta de información. Sin embargo, comenta, es algo demandado por los pacientes: “Para intentar cubrir esa necesidad se está llevando a cabo el primer Máster de Experto en No Monogamias, del que somos parte del equipo docente”, explica la especialista. Además, existe otro motivo fundamental por el que es pertinente esta democratización de la terapia, y es el hecho de que quienes viven este tipo de relaciones, al igual que otros colectivos no normativos, han experimentado rechazo social durante muchos años: “La presencia de la polifobia interiorizada, que reside en ideas como no soy normal y nadie me va a querer, hace mucho daño, repercute en el autoconcepto y en la manera de crear y sostener relaciones”, explica Paula Delgado, quien trabaja con sus pacientes este tipo de problemáticas.

Para lograr que la relación sea enriquecedora, acudir a terapia puede ser realmente útil y, en el caso de las no monogamias, todavía más. La psicología permite indagar acerca de las necesidades propias, los límites que cada uno debe fijar y aquello que se desearía que existiera en su relación, sea del tipo que sea: “Los conocimientos, habilidades y pactos se pueden ir desarrollando por el camino, siempre procurando crear desde la responsabilidad afectiva hacia una misma y hacia aquellas con quienes nos haga felices relacionarnos”, explica Marina Irene Ramos. Reunir las herramientas para descubrir todas estas bases esenciales es el camino —aunque no siempre fácil ni cómodo— para llegar a relaciones construidas desde el cuidado, el respeto y el cariño. Actualmente, se lucha por reivindicar estos espacios terapéuticos y divulgativos para que todo el que quiera pueda disfrutar de vínculos saludables.

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