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Thinking MU, de camisetas con mensaje a una firma de moda que abrirá tienda en París

La marca de Barcelona se posiciona con comercios físicos en la capital catalana y Madrid, mientras ultima la apertura en San Sebastián y ya ha encontrado local en el barrio parisino de Le Marais

Thinking MU moda
Pepe Barguñó, director de Thinking MU, en la nueva tienda de Barcelona.Gianluca Battista
Mar Rocabert Maltas

Sentado en un banco que es a la vez una pieza artística, y corona la primera tienda física de Thinking Mu en Barcelona, el cofundador de la firma, Pepe Barguñó, cuenta la historia de esta marca de camisetas divertidas que en poco más de una década se ha convertido en una firma de moda que abrirá tienda en París. Será la próxima primavera en el barrio de Le Marais y contará con la experiencia de las tres primeras, las otras dos en Madrid, donde abrió hace pocos meses, y en San Sebastián, donde lo hará antes de terminar el año.

El sol brilla radiante para Thinking Mu, y no solo en su logo. Es una firma mediterránea con un twist, como la define Barguñó, que sentado en este asiento circular macizo, resume sus valores: diseño, sostenibilidad, funcionalidad, artesanía y belleza. La pieza es una obra de la artista Sara Regal, que la ha hecho aprovechando más de un 50% de material procedente de los escombros de la reforma de este local de la calle Rosselló, 220, entre paseo de Gràcia y Rambla Catalunya, situado justo en el epicentro de la moda con más carácter barcelonés.

En esta tienda, igual que en la firma, nada se deja al azar, cada detalle tiene su razón de ser. La pieza funciona como banco, pero también emula el sol que luce brillante en las camisetas de la firma, convertido en el sello de Thinking Mu. En poco más de diez años ha dado un gran salto: de vender camisetas de algodón orgánico con mensajes desenfadados a una firma de moda con todas sus letras, con colecciones para hombre y mujer con estilo y sensibles al impacto de su huella en el mundo.

La colección que cuelga en las perchas y los estantes del flamante local, un oasis de paz en tonos arena creado por Isern Serra, lo certifica. Diseños más elevados, que juegan con los cuellos, los volúmenes y los tejidos de sus prendas. Apuestas modernas como una camisa maxi que se transforma en crop al desabrochar los botones que la dividen en dos partes, en un tono azul cielo muy combinable. También se intuye esta sofisticación en prendas como la falda Etel o en los pantalones Val, ambos de corte relajado y caída abombada. El vestido Kusama es una de las piezas más especiales, con ajustes elásticos que permiten llevarlo como una gabardina.

Esta nueva colección de otoño-invierno, llamada Re-Gen, se inspira en las palabras regenerar y generación y sigue el leitmotiv de respeto con el entorno que está en la base de la empresa. Desde la primera camiseta solo han usado fibras naturales y de cultivo ecológico y así siguen. Cuando utilizan materiales sintéticos son reciclados, matiza Barguñó, que ya no concibe la moda de otra manera. De hecho, si al principio hacían mucho hincapié en esto, ahora ya lo dan por descontado. Esta vez, llevan el mensaje más allá porque “la sostenibilidad ya no es suficiente, es momento de regenerar”, dice su claim.

Conscientes de que el story telling es clave, en esta colección también se proponen romper las barreras generacionales. Aunque su target es un cliente de entre 35 y 50 años, sus prendas las puede llevar cualquiera. “No desencaja en una persona de 70 años como mi padre, que va vestido de Thinking Mu”, dice Barguñó. No eran así los inicios, cuando los mensajes de sus camisetas apelaban a la rebeldía de la juventud, como esa primera que reivindicaba ‘Life en bolas’. A medida que han crecido, sus mensajes se han suavizado pero no su espíritu, y sus esfuerzos se centran ahora en una moda sin edad.

Exterior de la nueva tienda de Thinking Mu en Barcelona.
Exterior de la nueva tienda de Thinking Mu en Barcelona.Gianluca Battista

Detrás de Thinking Mu, además de Barguñó, que fue un poco el motor del proyecto, está su amigo de la infancia Miquel Castells, más Cinthia Miralles, la última incorporación, clave para surfear la expansión. “Me di cuenta de que todo el mundo hablaba de la comida orgánica y nadie de las fibras y como era súper inocente pensé que podía entrar en el mundo del algodón ecológico”. En 2007 hicieron la primera marca de camisetas bajo en nombre Intrépida Mu (aludiendo a su perrita de entonces) pero con la crisis de 2008 naufragaron y se quedaron sin marca y con deudas. Pero no desistieron y fue dos años más tarde cuando lanzaron la primera colección de camisetas con el cachondeo propio de los veinte y pico, con el nuevo nombre de Thinking Mu.

“Hemos crecido a pulmón, nunca hemos tenido inversión, sino que siempre hemos trabajado con financiación bancaria”, cuenta Barguñó, ante esta nueva etapa de posicionamiento físico de la firma. Si hasta ahora habían vendido sobre todo en tiendas multimarca y on line, ahora bajan a la arena con sus primeras tiendas propias. Francia es su principal mercado, seguido de Alemania, Reino Unido, Suiza y Estados Unidos. Están en 550 puntos de venta multimarca, que les han dado el crecimiento y su gama de precios va de los 35-40 euros por una camiseta hasta los 350 euros que puede costar un abrigo.

La cultura como inspiración

Desde el minuto uno, Thinking Mu entendió que la batalla de la moda podía ser muy compleja sin un horizonte claro. Y ellos, además de la sostenibilidad, pusieron el foco en la artesanía y los artistas. Así, cada paso que dan sirve para apoyar a una comunidad de artesanos, recuperar una técnica ancestral o dar visibilidad a un trabajo artístico. Son muchos ya los que han pasado por su sello. “El mundo colaborativo a nivel de artistas ha sido marca de la casa”, dice orgullos Barguñó. En la tienda de Barcelona, concebida como una concept store donde se puede tomar un café de especialidad de Onyva, también se encuentran las zapatillas de Mizuno, la cosmética de Rowse, la joyería de Rígido o las gafas de Gigi Studios.

El relato de marca continua y se expande con uno de sus más recientes proyectos; el festival Thinking Music. En unos meses celebrarán la tercera edición en la sala Paral·lel 62. Pero no es un festival al uso, aquí la música se crea a partir de una librería de sonidos en peligro de extinción, y los artistas pueden presentar sus creaciones. El primer año tuvieron de invitadas a Tarta Relena y el segundo al Niño de Elche. Para esta edición prometen más potencia. La misma que irradiará la firma en los próximos meses, cuando abran en París, el faro de la moda.

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Sobre la firma

Mar Rocabert Maltas
Es periodista de tendencias y cultura en la redacción de Cataluña y se encarga de la edición digital del Quadern. Antes de llegar a EL PAÍS, trabajó en la Agència Catalana de Notícies. Vive en Barcelona y es licenciada en Periodismo por la Universitat Pompeu Fabra.
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