‘Microblanding’, ‘microshading’ o laminación: el diccionario de cejas definitivo para favorecer el rostro
Parece un cliché de belleza, pero unas cejas esponjosas con un arco armónico enmarcan el rostro, definen la expresión y restan años. Analizamos todas las técnicas que existen para alcanzarlas
Las tendencias en cejas, a menudo polarizadas, van y vienen; lo que de verdad perdura en el tiempo es llevarlas arregladas con un diseño acorde a la forma del rostro. Porque unas buenas cejas elevan la expresión al siguiente nivel. Esta fascinante arcada situada encima de la cuenca de los ojos para protegernos del sudor, la lluvia y el polvo tiene el poder de transformar la mirada, ensalzar la belleza y rejuvenecer el rostro. Aunque, según su forma y densidad, también puede sumarnos años. No somos conscientes de su importancia hasta que nos fijamos en ellas por primera vez. En la juventud, el objetivo es encontrar un buen diseño y mantenerlas bajo control; con los años los principales cuidados van dirigirlos a aportarles el grosor y la densidad perdidas. Finas, delgadas, gruesas, rebeldes, rectas, súper arqueadas… ¿Cómo se llevan ahora? Xenia García, directora del centro de belleza Cinc Estética lo tiene claro: “un poco gruesas, tupidas, despeinadas, rectas, con la punta algo elevada y no muy intensas de color para fomentar la armonía facial. Aunque al margen de modas, la ceja perfecta es la que se adapta al rostro y respeta las facciones. Por mucho que insistan, las cejas finas suman años y no las recomiendo. Si no te gustan gruesas lo ideal es llevarlas lo más naturales posibles”.
Para Anabel Gornés, arquitecta de cejas y microblader “hay tres tendencias muy marcadas en este 2024. Una es llevarlas despeinadas y con volumen, algo fácil de realizar con un gel de fijación transparente. También se llevan rectas porque elevan la mirada, pero pueden resultar bruscas y no se adaptan a todos los tipos de rostros. Por último, suben los arcos elevados que se logran depilándolas hasta dejar el cuerpo y la cola por encima del hueso del párpado. Hacerlo es muy arriesgado porque, aunque a algunas les estiliza el rostro, a otras les envejece el diseño fino. Las tendencias nunca deben definir el diseño de cejas y la clave está en crear el mejor arco para cada rostro. Nunca recomiendo las cejas finas de los años 90 ni los diseños decolorados, porque en ambos se sufre y se pierde vello. Con las depilaciones excesivas corremos el riesgo de no recuperar todo el pelo; y las decoloraciones siempre las acaban dejando débiles y naranjas. Las que más favorecen son las cejas despeinadas porque quedan orgánicas, elevan la mirada y dan un grosor bonito sin comprometer el pelo ni su color”.
Las cejas son un elemento clave en la comunicación y expresión y su cuidado se ha convertido en parte esencial de nuestras rutinas de belleza. Pero, ¿qué hacemos cuándo no tenemos material para trabajar por la pérdida de vello o la aparición de calvitas? Afortunadamente, existen tratamientos y técnicas de relleno capaces de devolverles todo su esplendor. Expertos analizan las más demandadas.
Microblanding: la técnica semipermanente más popular
Las opciones cotidianas como el uso de lápices, polvos, geles y tintes para cejas ayudan a disciplinar y aumentar la intensidad, pero el microblading lleva la estrategia al siguiente nivel. “Es una técnica de maquillaje semipermanente que se realiza mediante una pluma inductora llamada Tébori. Con ella dibujamos con pigmento los pelitos en las cejas para reconstruirlas, poblarlas o definirlas más. Se realiza con un blade o navaja muy pequeña dentro de un Tébori, que es una pluma de inducción y se hace a mano. El procedimiento puede escocer y ser un poco molesto, pero no lo considero muy doloroso. Hay que aclarar que en el microblading siempre hay un diseño previo para favorecer y elevar la mirada. Se recomienda en cejas escasas, con huecos, cicatrices o en casos de alopecia; y también para dar simetría, definición y personalidad a la mirada.”, explica Anabel Gornés.Para buscar un resultado súper natural Anabel Gornés ha creado un método propio que busca la mejor versión en cada rostro. El tratamiento consta de dos sesiones. “En la primera realizo el diseño de la mirada para lograr un microblading 100% personalizado. La segunda cita es al cabo de un mes para dar tiempo a que la piel se regenere y retocar el pigmento que suele perder entre un 10% y un 40% de su intensidad. Después, el cliente no suele volver hasta pasado un año para realizar la revisión y mantenerlas perfectas”, aclara la experta. Esta técnica no se recomienda en pieles muy sensibles o con rosácea ni en personas que toman anticoagulantes.
Microshading: el sombreado que imita al maquillaje
Es la alternativa para pigmentar las cejas en pieles muy sensibles o grasas. “Esta técnica de pigmentación semipermanente deja un efecto de maquillaje porque, en lugar de dibujar pelo a pelo, puntea la zona con un dermógrafo creando el efecto sombra. Con el microblading poblamos y definimos la ceja pelo a pelo para un efecto natural, y con el microshading damos un efecto de maquillaje un poco más artificial. Si optamos por el sombreado y vamos con la piel desnuda nos veremos raras y, por tanto, obliga a tener que estar constantemente maquillada para restar teatralidad. Con el microblading puedes ir a cara lavada”, explica Anabel Gornés. En general, esta técnica dura más tiempo que el microblanding, da la apariencia de cejas más gruesas y corrige asimetrías.
Microfeathering: el relleno más natural
Esta forma de microblading acuñada por la artista de cejas Kristie Streicher ofrece una apariencia de cejas emplumadas al rellenar de manera conservadora las áreas más escasas de las cejas. “El microfeathering se realiza con la misma técnica del microblading y la principal diferencia es que no hay un diseño previo porque sigue el crecimiento de las cejas sin cambiar ni modificar su forma. Simplemente las embellece”, comenta Anabel Gornés. El microfeathering es un proceso suave y sutil destinado a mejorar la apariencia natural de la ceja, además, permite evolucionar con el tiempo. Así, el experto puede realizar cambios de color y forma a lo largo de los años a medida que se producen los cambios faciales y de coloración natural en cada cliente.
Micropigmentación: la solución para una ceja más definida
Esta técnica pigmenta hasta la segunda capa de la piel con un aparato eléctrico llamado dermógrafo que es un lápiz digital con una aguja finita que introduce las moléculas de pigmento. El resultado es más duradero porque el pigmento se introduce entre la dermis y la epidermis. Como indica la arquitecta de cejas Anabel Gornés “es una técnica de maquillaje semipermanente que utiliza pigmentos específicos con una máquina llamada dermógrafo. La recomiendo en personas que se maquillan a diario y que buscan tener una ceja más definida. El resultado también es diferente: si deseamos naturalidad, la técnica ideal es el microblading, y si deseamos un efecto más marcado lo mejor es la micropigmentación”.
¿Las técnicas semipermanentes son reversibles? Aunque todas estas técnicas semipermanentes son muy populares y cuentan con un gran número de adeptas, no están exentas de fallos. “Tenemos muchas clientas que vienen a eliminar el pigmento semipermanente y los motivos son variados. Pueden ocurrir asimetrías y coloraciones muy dramáticas que no gustan, además, con el tiempo la tinta puede virar a tonalidades grisáceas o rojizas. Muchas empezaron con un sombreado más artificial y ahora quieren un microblanding pelo a pelo… en fin, hay infinidad de razones. Por ejemplo, se llevan las cejas gruesas y marcadas y eso en personas de piel y cabello claro no queda bien. Para eliminarlas lo que mejor funciona es el Picoway de Candela. Un láser de alta potencia y pulsos ultracortos que descompone la tinta mientras deja intacta la capa superficial de la piel sin dañar el vello. Funciona descomponiendo el pigmento para que el cuerpo lo elimine poco a poco. Cada día el tatuaje se va borrando hasta que desaparece”, explica la Dra. Beatriz Beltrán, fundadora de la Clínica Beatriz Beltrán.
Laminado de cejas: el planchado disciplinante
Este proceso alisa las cejas y rellena los huequitos rebeldes para tenerlas bajo control durante unas tres semanas. “En el proceso aplicamos un líquido para cambiar la dirección del pelo, y después lo neutralizamos para que el efecto planchado permanezca más tiempo. Es una muy buena opción para las que tienen cejas gruesas con remolinos. El resto solo necesitan utilizar un gel específico para mantenerlas peinadas todo el día”, dice Gornés. A veces también se puede realizar un laminado parcial, es decir sólo al comienzo de la ceja. “Es un buen recurso, sobre todo cuando hay remolinos o pelos muy gruesos en el inicio de la ceja o en el entrecejo. Así se logra un aspecto más uniforme, o incluso dar un poco más de anchura a la zona”.
Levantamiento de cejas con neuromoduladores
Elevar las cejas y despejar la mirada sin cirugía es posible con el uso de neuromoduladores. “La toxina botulínica mejora la belleza de las cejas y la mirada, pero se debe tener un conocimiento profundo de las interacciones musculares y sus implicaciones expresivas antes de inyectarla. Podemos elevar la ceja unos pocos milímetros para mejorar su posicionamiento de manera natural. Es una técnica que funciona bien en hombres y mujeres, aunque hay que tener en cuenta que la forma y la colocación anatómica de una ceja femenina y masculina varían de manera importante. Para elevarlas con un resultado natural, debemos considerar la ceja como una unidad en tres partes que pueden ser modificadas de manera individual: la cabeza, la parte media y la cola”, explica la Dra. Irene Cruz de la Unidad de Medicina Estética del Instituto de Benito. Una de las principales preocupaciones es que queden súper elevadas con aspecto maléfico. “Por eso es fundamental que el profesional tenga un buen conocimiento de las implicaciones expresivas antes de inyectar. Para lograr un resultado natural solo se pueden elevar unos milímetros”, apostilla Irene Cruz.
Lifting con hilos
Elevar unas cejas caídas sin tener que trazar ángulos excesivos es posible. “Solo necesito utilizar un hilo por cada ceja. El punto de entrada ha de hacerse en la cola de la ceja -donde queda perfectamente camuflado- y el anclaje, a la altura deseada, buscando siempre la naturalidad y oculto con el nacimiento del pelo. Utilizo los hilos Silhouette Soft de Sinclair porque no transparentan a través de la piel y ofrecen resultados naturales ningún tipo de ‘tiraje’ artificial. Permanecen perfectos unos dos años”, afirma la doctora Carmen Ayestarán.
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