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¿Hay realmente una epidemia de cáncer en los adultos más jóvenes?

Un análisis encabezado por la epidemióloga Montserrat García Closas revela que los tumores vinculados a la obesidad no solo están aumentando entre los menores de 50 años, salvo en tumores de colon

Manuel Ansede

Un equipo de prestigiosos científicos lanzó hace tres años una pregunta inquietante: “¿Hay una epidemia global emergente de cánceres de aparición temprana?”. Los investigadores, de la Universidad de Harvard (EE UU), habían detectado un aumento generalizado de la incidencia de 13 tipos de tumores en personas de entre 20 y 49 años en casi medio centenar de países entre 2002 y 2012. Los propios autores señalaban posibles causas: las bebidas azucaradas, el alcohol, la comida basura, el sedentarismo, la obesidad infantil, el abuso de antibióticos, la contaminación. Un análisis similar de los últimos datos internacionales, encabezado por la epidemióloga española Montserrat García Closas, revela ahora un fenómeno mucho más complejo: los casos de cáncer se están incrementando entre los adultos más jóvenes, sí, pero solamente en algunos tipos de tumores y también en las personas mayores de 50 años. ¿Se puede hablar entonces de una epidemia global?

El nuevo estudio solo ha detectado un aumento generalizado de la incidencia en seis tipos de cáncer entre los adultos más jóvenes: tiroides (con un incremento del 3,6% cada año), riñón (2,21%), endometrio (1,66%), colorrectal (1,45%), mama (0,89%) y leucemia (0,78%). “Todos ellos —excepto el cáncer colorrectal— también aumentan entre los mayores de 50 años. Por tanto, si hablamos de una “epidemia global” que afecte exclusivamente a adultos jóvenes, solo podríamos referirnos al cáncer colorrectal”, afirma García Closas, del Instituto de Investigación del Cáncer, en Londres.

La epidemióloga y sus colegas han analizado los datos oficiales de 42 países en el periodo 2003-2017. España, que carece de un registro nacional de tumores, se ha quedado fuera de la investigación porque sus datos disponibles solo llegaban a 2016, según explica García Closas. La gran novedad de su estudio es que no se limita a examinar la incidencia de cáncer entre los adultos jóvenes, como hizo el equipo de Harvard, sino que por primera vez hace una comparativa internacional con lo que está ocurriendo en los mayores de 50 años. “Es importante reconocer que algunos tipos de cáncer sí están aumentando entre los jóvenes, pero centrar la atención exclusivamente en este grupo puede conducir a interpretaciones erróneas. Existe el riesgo de una asignación ineficiente de recursos para la investigación y la prevención si se descuida el hecho de que el cáncer sigue siendo, predominantemente, una enfermedad de adultos mayores”, opina la investigadora, nacida en Barcelona hace 58 años.

Montserrat García Closas epidemióloga

El análisis muestra un aumento de la incidencia —similar al de los más jóvenes— en los mayores de 50 años: tiroides (3%), riñón (1,65%), endometrio (1,20%), mama (0,86%), leucemia (0,61%). En el caso del cáncer colorrectal, se detecta una subida promedio del 0,37%, pero solo en la mitad de los países examinados. “Los seis tipos de cáncer que muestran aumentos globales están relacionados con la obesidad, tanto juvenil como en adultos, y la prevalencia de obesidad ha aumentado en muchos de esos países. Por eso es probable que esto explique parte del incremento observado, aunque no creemos que lo explique todo. Es importante seguir investigando otras posibles causas”, opina García Closas. Frente a las dudas sobre la existencia de una auténtica epidemia de cáncer en adultos jóvenes, la Organización Mundial de la Salud sí habla claramente de una “epidemia de obesidad”. Unos 1.000 millones de personas son obesas, un factor de riesgo para sufrir tumores malignos y otras enfermedades.

García Closas subraya que la mayor vigilancia y la mejora de las técnicas de diagnóstico también podrían explicar parte del aumento de algunos tipos de cáncer. En conjunto, la incidencia de los ocho tumores con mayor incremento en los menores de 50 años en Estados Unidos se ha duplicado desde 1992, pero su mortalidad agregada no ha cambiado, según un estudio publicado hace tres semanas por el médico estadounidense Gilbert Welch, autor del libro Sobrediagnóstico, en el que denuncia que el exceso de pruebas médicas acaba convirtiendo a personas sanas en enfermos. Para Welch, la detección de lesiones que habrían sido básicamente asintomáticas hace que el incremento del cáncer de aparición temprana en Estados Unidos sea “más aparente que real”.

La incidencia de cuatro tipos de cáncer, de hecho, está disminuyendo en los adultos más jóvenes en más de la mitad de los países, según el análisis de García Closas y sus colegas. El cáncer de estómago cae un 1,62% anual. El de esófago, un 0,92%. El de boca, un 0,42%. El de hígado, un 0,14%. “Todos estos cánceres están asociados al consumo de alcohol, así que es posible que una reducción en el consumo en algunos países esté contribuyendo a explicar, al menos en parte, las tendencias observadas”, reflexiona la epidemióloga, que ha pasado toda su vida laboral a caballo entre Reino Unido y Estados Unidos, sin trabajar nunca en España. Sus resultados se publican este lunes en la revista Annals of Internal Medicine, del Colegio de Médicos de Estados Unidos.

El nuevo análisis dibuja un panorama en el que sube la incidencia de los tumores vinculados a la obesidad, tanto en adultos jóvenes como en los mayores de 50 años, con el cáncer colorrectal como auténtica “epidemia global” entre las personas de entre 20 y 49 años. El epidemiólogo José María Martín Moreno, que no ha participado en este estudio, es contundente. “Estos hallazgos no deberían alarmarnos, sino llevarnos a la acción”, opina. A su juicio, hay que invertir más en investigación para aclarar los mecanismos del cáncer colorrectal, afinar los programas de detección precoz e intensificar la prevención, mediante una alimentación saludable, actividad física y un control del peso y del consumo de alcohol.

“Aunque la atención pública se centra, con razón, en el aumento entre adultos jóvenes, la carga absoluta del cáncer sigue recayendo en los mayores y crecerá en las próximas décadas. En 2020 los mayores concentraron más de dos tercios de los nuevos diagnósticos y el 71% de las muertes por cáncer. Para 2040 se prevé un aumento adicional sustancial. Por tanto, las estrategias deben contemplar simultáneamente ambos extremos de la vida”, recalca Martín Moreno, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Valencia.

El epidemiólogo Shuji Ogino, de la Universidad de Harvard, encabezó el estudio que hace tres años detectó un aumento generalizado de la incidencia de 13 tipos de tumores en los adultos jóvenes. Su equipo empleó la misma base de datos utilizada por Montserrat García Closas, la de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, pero sin analizar a los mayores de 50 años. Consultado por EL PAÍS, Ogino responde que está “básicamente de acuerdo” en que los nuevos datos confirman que los aumentos de la incidencia no son específicos de los más jóvenes. “Creo que el mensaje más importante es que la incidencia de cáncer aumentará en todos los grupos de edad a medida que las generaciones jóvenes actuales envejezcan en el futuro cercano, a menos que se tomen buenas medidas de prevención”, advierte.

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Sobre la firma

Manuel Ansede
Manuel Ansede es periodista científico y antes fue médico de animales. Es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Licenciado en Veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid, hizo el Máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia, Tecnología, Medioambiente y Salud en la Universidad Carlos III
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