Los expertos exhortan a las autoridades a mejorar el cribado de cáncer de mama para reducir la mortalidad

El de mama es el más común de los cánceres. Cada 15 minutos, una mujer se entera de que lo tiene en España. Para final de este año serán 35.000. El 80% de ellas sobrevivirán. La idea es subir ese porcentaje hasta donde la biología lo permita. Ayer, en el Foro nacional de buenas prácticas en la detección temprana del cáncer de mama, autoridades sanitarias de distinto signo político, diputadas, médicos y pacientes analizaron las maneras de conseguirlo, en vísperas del Día Mundial para luchar contra esta enfermedad, que se celebra hoy. Y casi todas pasaban por detectar la enfermedad en su estadio inicial, cuando la tasa de supervivencia supera el 90%. El evento fue organizado por la Alianza por la detección temprana del cáncer en mujeres, un grupo de expertos formado por presidentes y representantes de asociaciones de pacientes y sociedades científicas.

El acto tuvo lugar en la Sala Ernest Lluch del Congreso de los Diputados, remarcando así la vertiente política de este asunto. La diputada popular, antigua Ministra de Sanidad, “y ante todo médico”, Ana Pastor, empezó su discurso con un dardo a sus compañeros. “Yo alejaría a los políticos de las decisiones técnicas. Con todo el respeto, que yo soy una legisladora”, matizó con una sonrisa. En ese sentido, Pastor destacó la necesidad de aumentar la inversión en sanidad pública. “Seguimos siendo un país que estamos a la cola de presupuesto de prevención de enfermedades sanitarias”, lamentó. Mientras que, por otro lado, defendió que las comunidades autónomas compartieran información y cruzaran datos, para no trasladar ese esfuerzo a las pacientes. Estas ideas, subrayó, deberían ser compartidas por todo el arco parlamentario. “La sanidad no tiene colores políticos… No los debería tener”, se corrigió.

La jornada basculó entre felicitaciones y lamentos. Se destacó el camino recorrido sin perder de vista el que queda por recorrer. Los números son buenos, pero “nunca es suficiente, no podemos ser complacientes a menos que alcancemos el 100% del objetivo”, explicó Pilar Aparicio, directora general de Salud Pública, Calidad e Innovación, en el acto. Ese objetivo está lejos. En la actualidad, de media, el 70% de las mujeres de la población diana se hacen una mamografía cuando toca. Aparicio lamentó que estos datos no estuvieran actualizados, pero recordó la parte positiva de ese desfase: “muy probablemente, cuando se actualicen los datos de las comunidades autónomas, muchos serán mejores”. También enumeró los avances científicos y tecnológicos en este campo, como el uso de la inteligencia artificial (IA) en el cribado.

En este tema abundó Emilia de Alonso, directora general para la península ibérica de la empresa sanitaria Hologic. “La IA puede reducir el tiempo de lectura de las mamografías en un 13%, la mamografía en tres dimensiones reduce los falsos positivos y el machine learning hace que los sistemas funciones de forma aún más eficiente”, destacó. Por ello pidió una mayor colaboración entre empresas, administraciones y médicos.

Pero además de posar la mirada en el futuro, el foro, que fue moderada por Patricia Fernández de Lis, redactora jefa de Ciencia, Salud y Tecnología de EL PAÍS, no perdió de vista lo que ha funcionado en el pasado. El cribado de cáncer de mama se inició en España en 1990, invitando a todas las mujeres de entre 50 y 69 años a hacerse una mamografía cada 24 meses. Se redujo la mortandad en un 20%. Este sistema se impulsó en todas las comunidades y ciudades autónomas y se ha ido mejorando cada año. Como ejemplo estuvieron invitadas dos representantes regionales. Elena Andradas, directora general de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, compartió su experiencia vivida en la región, destacando que se ha llegado al 70% de adhesión en el programa de cribado. “Uno de los esfuerzos en los que nos hemos centrado es en alcanzar diferentes canales de comunicación, utilizamos una app específica, y a través de la web, sin olvidarnos de la brecha digital”, destacó. Además, hizo un llamamiento a las mujeres a que “siempre que noten un bulto, un cambio de color en una mama, que no lo duden, que contacten con nosotros”. La detección precoz mejora el pronóstico, señaló, pero también la calidad de vida.

Existen grandes diferencias entre comunidades autónomas y la idea sería igualarlas a todas por lo alto. En ese puesto estaría Castilla-La Mancha. La directora general de Salud Pública de esta comunidad, Laura Ruiz López, estuvo presente en la jornada para explicar cómo han conseguido una participación del 80,3% en los cribados; muy por encima de la media en España. “Yo creo que la utilización de unidades fijas junto a unidades móviles, con rutas itinerantes, ha sido un tema clave para alcanzar estas cifras”, reflexionó. “Además, esto nos permite llegar al núcleo urbano de Toledo, igual que a un pueblo de la serranía de Cuenca” aseguró. Ruiz presumió de que en esta comunidad, la población diana se rebajó desde su implementación en 1992 hasta los 45 años, como recomienda ahora la Unión Europea. Destaca Ciudad Real, donde el año pasado hubo un 92% de participación de la población diana.

El caso de esta pequeña ciudad de la meseta castellana, de apenas 75.000 habitantes, debería ser el ejemplo en el que se mira el resto del país. Porque, como dijo bien claro Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer de Mama, “volver a inventar la rueda es una tontería si ya está inventada”. Su presencia puso el foco en el paciente para entender por qué hay un 30% de mujeres a las que no se está llegando con estas campañas. “Cuando estamos sanos, creemos que el cáncer siempre les toca a otros”, reflexionó. Pero tampoco se puede caer en culpabilizar a las mujeres, sino entender por qué no se sienten interpeladas.

“Cuando algo no funciona bien tenemos que hacérnoslo mirar”, señaló la oncóloga Ana Santaballa. Y esta frase valía para las pacientes, pero también (sobre todo) para los responsables de estas campañas. “Está claro que nos queda mucho por hacer para llegar a estas mujeres”, dijo. Usó la primera persona porque ella es coordinadora de la Sección de Prevención y Diagnóstico Precoz de la Sociedad Española de Oncología Médica. Aun así, se felicitó por haber dejado atrás el tono paternalista que se empleaba en el pasado. “Ya no nos tratan como niñas”, reconoció, a la vez que pedía no abandonar por ello el espíritu pedagógico de las campañas.

Carmen Andrés Añon, diputada socialista por Barcelona, quiso tirar de un ejemplo personal para poner sobre la mesa un problema. “A mí me repitieron una mamografía tres veces”, dijo. “Eso no es lo deseable”. En este momento, recordó la diputada, se dedica el 6,7% del producto interior bruto a la sanidad. “Y de ello depende poder hacernos las mamografías o renovar los equipos”.

Aunque se centró en el cáncer de mama, en el foro también se habló de otro de los cánceres que afectan específicamente a las mujeres: el de cérvix. Y se hizo poniendo como ejemplo lo acontecido en el de mama, pues es el camino que se quiere recorrer, también aquí, pasando de un cribado oportunista a uno poblacional. Así lo explicó Jose Luis Rodríguez Peralta, presidente saliente de la Sociedad Española de Anatomía Patológica. “Tenemos la oportunidad de dar un paso adelante y pasar a un cribado poblacional y con un método nuevo, no solo con la citología, sino detectando el virus del papiloma humano”, avanzó.

En algunos países, gracias al cribado, se ha logrado una reducción del 70-80% de la incidencia y mortalidad. España debería estar en este grupo. La idea es que para 2029 todas las Comunidades Autónomas hayan alcanzado el 100% de cobertura en el cribado de cáncer de cérvix.

El foro fue ágil. Los discursos fueron concisos y encapsulados aplausos. Hubo muchos puntos en común entre las ponentes. No tanto por repetir conceptos como por coincidir en los diagnósticos. Se destacó el trabajo hecho sin perder de vista todo lo que queda por hacer. Porque a pesar de las campañas en positivo, los lazos rosas y las historias de luchadoras, este es el cáncer de mayor mortalidad en números absolutos. Dejó más de 6.500 fallecidas en 2021. Se trata de la segunda causa de muerte entre las mujeres en nuestro país, y la incidencia seguirá en aumento en los próximos años, a menos que se haga algo para solucionarlo.

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