El imparable aumento de la osteoartritis: mil millones de personas la sufrirán en 2050
Un estudio revela que esta dolencia, la forma más común de artritis, afecta al 15% de la población mayor de 30 años
La osteoartritis es la forma más común de artritis y una de las principales causas de dolor crónico y discapacidad en adultos. El cartílago de la articulación afectada se rompe y provoca dolor, rigidez e hinchazón a nivel articular, crujido cuando se mueve la articulación y disminución de su función. Afecta al 15% de la población mayor de 30 años y no ha dejado de aumentar en las últimas décadas. El estadounidense Instituto para la Métrica y la Evaluación de la Salud (IHME por sus siglas en inglés) ha analizado la prevalencia de los últimos treinta años en más de 200 países y ha realizado la primera proyección de la evolución de la enfermedad hasta 2050. Los resultados se publican este lunes en la revista The Lancet Rheumatology. En 1990, afectaba a 256 millones de personas en el mundo; en 2020, ya eran 595 millones; y para 2050 se espera que afecte a casi mil millones.
Esta patología puede dañar cualquier articulación, pero los investigadores se han centrado en la cadera, las rodillas y las manos, que suelen ser las más afectadas. Se puede diagnosticar antes de los 50 años, pero la padecen sobre todo los adultos mayores. La osteoartritis era en 2020 la séptima causa de discapacidad en personas con más de 70 años. Los autores advierten en el trabajo que prevenirla o mitigar sus efectos “podría evitar décadas de reducción de calidad de vida”. Entre otros detalles destacan el coste que puede suponer la enfermedad: en 2016 supuso una inversión en Estados Unidos de casi 80.000 millones de dólares (73.000 millones de euros) en atención sanitaria y en 2003 más de 400 millones de dólares de gastos directos e indirectos solo en Hong Kong.
Los científicos destacan la obesidad como principal factor de riesgo, que en 2020 fue la responsable del 20% de los casos, un 4% más que en 1990. Otras causas que barajan son los trabajos físicamente exigentes, la práctica de deporte de alto impacto de élite, las cirugías de meniscectomía (la extracción total o parcial de un menisco desgarrado), la propia anatomía de las articulaciones y la debilidad muscular. También hay que atender a las contribuciones metabólicas, como la concentración de adipoquinas (un tipo de proteína) y la resistencia a la insulina, que pueden predecir la osteoartritis de rodilla sin tener que fijarse en el índice de masa corporal, añade el texto.
Tratamientos sin cura
Actualmente, las opciones para lidiar con la osteoartritis son los ejercicios, la fisioterapia, el uso de bastones o férulas, adaptar la casa, tomar analgésicos y la cirugía (incluido el reemplazo articular). Sin embargo, son parches porque esta dolencia no tiene cura. Por eso es necesario revisar la atención y los tratamientos para retrasar la progresión de la enfermedad todo lo posible, señalan los autores en el artículo.
La osteoartritis afecta más a las mujeres que a los hombres: en 2020, representaron el 61% de los casos que diagnosticados. También hay diferencias geográficas: se da más en países de ingresos altos de Asia Pacífico, América del Norte y Europa Oriental. Por el contrario, la prevalencia más baja se observó en el sureste asiático y en las zonas oriental y central de África subsahariana. No obstante, los científicos remarcan que puede que no haya una gran disparidad debido a la gran diferencia de datos que han podido obtener de unos y otros territorios.
Las partes del cuerpo donde es más común que se produzca esta dolencia y donde más va a proliferar son las rodillas y las manos. Según la investigación, se espera que en 2050 la sufran 642 millones de personas en el primer caso y 279 millones en el segundo. Además, desde 1990, la tasa de discapacidad que provocan ambas ha aumentado un 69% y un 57% respectivamente.
En la mayoría de los territorios, los factores que más contribuyen al aumento de la prevalencia de la osteoartritis, además de la obesidad, son el envejecimiento y el crecimiento de la población. De hecho, en las zonas donde menos se espera que aumente la osteoartritis entre 2020 y 2050, se había proyectado una disminución de la población, como en Europa central y oriental. Sin embargo, donde más se espera que prolifere la enfermedad es en las zonas central, oriental y occidental de África subsahariana, con un aumento de hasta el 200% en los países que las conforman.
Los autores detallan que su mayor limitación para realizar la investigación ha sido la escasez de datos y conseguirlos de buena calidad. Para poder abordar la carga que supondrá a largo plazo la osteoartritis, hace falta prevención, facilitar el acceso a los tratamientos más eficaces (como la sustitución articular), e investigar sobre los factores de riesgo que producen y aumentan la gravedad de esta dolencia, concluyen los científicos.
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