David del Val: “Las ‘telecos’ podemos ayudar a los Gobiernos a predecir cómo se propaga la pandemia”
El director de Innovación Estratégica de Telefónica considera que lo más evidente que puede hacer ahora la tecnología es mantener las redes en funcionamiento y absorber el incremento de tráfico
El Observatorio Retina de EL PAÍS es un foro que reúne a 50 grandes expertos en tecnología en España: directivos, emprendedores, académicos, responsables públicos e investigadores que nos ayudan a identificar las grandes tendencias y entender su impacto en nuestras vidas. Hemos preguntado a 18 de ellos qué puede aportar la innovación en la lucha contra el coronavirus. Estas son las respuestas de David del Val, director de Innovación Estratégica de Telefónica.
- P. ¿Qué pueden hacer la tecnología y el ecosistema digital en este momento para combatir la crisis?
- R. Lo más evidente es seguir haciendo que las redes de comunicaciones continúen funcionando perfectamente y absorbiendo el gran incremento de tráfico de los últimos días. ¿Qué pasaría si dejara de funcionar Internet? ¿Se cumpliría el confinamiento igual de disciplinadamente si no pudiéramos leer el periódico, usar WhatsApp, teletrabajar o ver series en casa? Esto es especialmente importante para las infraestructuras críticas, como lo demuestra el despliegue que ha hecho Telefónica de fibra de 1 Gbps en el Hospital Temporal de la CAM en IFEMA y las conexiones de 100 Mbps en los 11 hoteles convertidos en hospital en Madrid.
La tecnología también puede ayudar a predecir la evolución de la epidemia para que los gobiernos puedan tomar mejores decisiones. Los modelos matemáticos que utilizan los epidemiólogos para predecir la propagación de los contagios usan como parámetro fundamental una estimación estadística de cómo se mueve la población de una región a otra. Las compañías de telecomunicaciones disponemos de datos mucho más precisos basados en la localización de los móviles en cada instante. A petición de los gobiernos, suministramos esta información, debidamente anonimizada y agregada, para que los epidemiólogos los inserten en sus modelo de propagación.
Además, puede disminuir la carga de trabajo de los call centers y de los propios servicios de emergencias ayudando a los ciudadanos a autodiagnosticarse en casos leves, como hace la aplicación coronamadrid.com, un magnífico ejemplo. Ayuda a los ciudadanos a sobrellevar el estrés con aplicaciones de midfulness, relajación, terapia cognitiva y salud mental digital. Facilita la organización de grupos de ayuda, como los que montan los vecinos para asistir a los más vulnerables. Y también puede aportar educación digital, apps de deporte, inteligencia artificial para asistir en la búsqueda de vacunas y drones para vigilar la cuarentena
- P. ¿Qué iniciativas podrían adoptarse a medio plazo para mitigar esta o nuevas epidemias?
- R. En general la tecnología se puede utilizar para conseguir que las medidas de confinamiento sean más selectivas y permitan proteger a la población sin paralizar la economía. Una de las claves para mitigar epidemias es poder trazar bien los contactos de las personas recién infectadas. Tan pronto como una persona es diagnosticada es crucial tener información precisa de dónde ha estado y con quién se ha relacionado para aislar tempranamente a dichos contactos aunque no tengan síntomas.
Una medida sencilla que todos podemos adoptar hoy mismo es activar la detección de localización en el móvil para que en caso de ser contagiados podamos ofrecer esa información a los servicios de salud. En el iPhone está en Ajustes > Privacidad > Localización > Servicios del sistema > Lugares importantes. En Android está en Google Maps >Tu cuenta >Tu Cronología.
En Singapur usan TraceTogether, una aplicación que tiene justo este cometido. A futuro, este análisis se puede hacer mucho más sofisticadamente usando datos de la red móvil. Con la autorización expresa del usuario, podríamos proporcionar a las autoridades sanitarias y al propio enfermo una lista de personas que han estado cerca de él en los últimos días, y una probabilidad de que el contacto haya sido cercano.
La puesta a disposición del público en general de los datos pormenorizados de la epidemia a nivel mundial puede ser otra medida muy útil. Antes de viajar al extranjero tendríamos que poder consultar en tiempo real los datos de contagios en cada país. Antes de visitar a un amigo en nuestra ciudad, deberíamos poder saber si en su barrio hay un foco de contagio.
Esta crisis ha demostrado que el teletrabajo es posible en muchas organizaciones. Creemos que hay margen de mejora. ¿Por qué no puede una fábrica ser operada de manera remota si es necesario?, ¿por qué no pueden las compañías estar completamente distribuidas geográficamente?. Nosotros creemos que sí se puede. Es cuestión de poner las piezas correctas en el sitio adecuado.
- P. ¿Cómo cree que será nuestro mundo después de esta crisis?
- R. El mundo será lo que nosotros lo hagamos. Esta crisis ha puesto de manifiesto muchas fragilidades de nuestra sociedad. Cómo las abordamos depende exclusivamente de nosotros. La dureza de esta situación viene también con sus aprendizajes. Existen problemas en los que las medidas preventivas son baratísimas comparadas con el coste de no actuar. Esto producirá un cambio en la percepción de la sociedad sobre problemas abstractos como el cambio climático. Esta pandemia puede ser el toque de atención que nos lleve hacia modelos más sostenibles.
A un nivel mas práctico, esta crisis ha servido para que muchas personas adquieran un nivel de habilidades digitales que nunca hubieran imaginado. Todos hemos aprendido alguna herramienta nueva, o le hemos perdido el miedo a usar apps que conocíamos pero que no nos decidíamos a emplear. Esta digitalización acelerada de la población productiva tendrá indudablemente un efecto positivo en el desarrollo económico de los países.
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