Los jóvenes toman el protagonismo del emprendimiento

La vida del emprendedor contiene altas dosis de improvisación, sobre todo cuando la innovación proviene de áreas alejadas a las empresariales. El programa de emprendimiento universitario Explorer con Jóvenes ideas, impulsado por el Banco Santander, pretende revertir esta realidad. Busca formar y aportar las herramientas necesarias con el fin de que los proyectos no mueran por el camino. Los tres ganadores de la X edición, celebrada el año pasado, son conscientes del recorrido que les queda por delante para que sus startups, recién estrenadas, cumplan las metas que se han fijado. Su juventud sumada a unas ideas que ya han transformado sus mercados son parte esencial del protagonismo que reclaman.

Como explica el ganador del primer puesto, dotado con 30.000 euros, José Rodríguez, el emprendimiento requiere de una mentalidad cada vez más renacentista. En su caso, casi a punto de finalizar sus estudios de Medicina en la Universidad de Santiago, sin ese conocimiento multidisciplinar, su startup BactiDec jamás habría visto la luz. Rodríguez ha creado un dispositivo que permite a los cirujanos saber en tiempo real el número de bacterias presentes en la herida quirúrgica. “Ahorramos unos 90.000 euros de gasto por paciente al prevenir una posible infección durante y después de cada operación”, asegura a la vez que critica la ausencia de formación de empresa en carreras técnicas.

Sofía Belenguer, tercera clasificada y ganadora de 10.000 euros del programa, se suma a las críticas de Rodríguez. Le cuesta comprender cómo desde las universidades y los colegios solo se enseña a trabajar para otros en vez de fomentar el emprendimiento. Estudiante de Derecho en la Universitat Pompeu Fabra, ha creado una app, MyRealFood, que determina la calidad nutricional de los alimentos. Con el móvil, el usuario escanea el código de barras y la aplicación establece si es comida real, procesada o ultraprocesada. “Desde octubre del año pasado, contamos con 900.000 usuarios registrados que también comparten consejos alimenticios y ayudan a cambiar los hábitos nutricionales”, comenta Belenguer.

Néstor Santiago, reconocido con el segundo puesto y con 20.000 euros por su startup Fibras Naturales Canarias, alimenta un debate complejo dentro del emprendimiento. En su opinión, centrarse únicamente en el sector privado es un error. Su idea la concibe con una clara vocación pública. “Mi tecnología es canaria y quiero que mi Comunidad se beneficie de ella. Quiero ofrecer nuevos trabajos, posibilidades de futuro para mi isla”, sostiene. El proyecto de Santiago, cuya base parte de la economía circular, recupera y transforma los residuos de millones de troncos de plataneras para obtener bioplásticos mediante un proceso industrial patentado. “Incluso obtenemos agua y pienso para peces”, zanja. 

Una visita a Silicon Valley

Uno de los grandes alicientes, al menos así lo expresan los ganadores, del programa Explorer es la visita de una semana a Silicon Valley, para algunos la meca del emprendimiento moderno. Santiago no oculta que era su principal objetivo. Sacó una visión diferente sobre cómo funciona una startup de los días que pasó por California. “Tuve la oportunidad de visitar la Universidad de Stanford. Para mí fue el mayor premio y no ganar los 30.000 euros”, precisa Rodríguez. Belenguer, quien califica de oportunidad única este viaje, se fija más en la formación adicional que recibió en medio de las sedes de grandes tecnológicas como Facebook y Apple. “El verdadero espíritu emprendedor surgió de las conversaciones entre nosotros. Las ganas de colaborar unos con otros”, concluye.

Los jóvenes cada vez llaman con más fuerza a liderar el emprendimiento. Los ganadores del programa Explorer, reunidos en un encuentro organizado por EL PAÍS Retina, solo son un ejemplo de los más de 1.200 proyectos que participaron el año pasado. Por el momento, seguirán centrados en culminar con éxito todos los objetivos que se han fijado. Alguno de ellos anda en negociaciones para internacionalizar su startup y otros no descartan la idea de emprender como forma de vida. Esperan que su ejemplo valga para que más universitarios derriben los silos formativos e innoven. Ninguno de ellos contaba con encontrarse en este punto, pero es parte de la fortaleza de una generación en reinvención permanente.