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Cuatro trucos para engañar a un sistema de reconocimiento facial

La inteligencia artificial es capaz de detectar rostros incluso cuando están parcialmente cubiertos, pero hay otras maneras de confundir a los algoritmos

La apuesta de China por la tecnología de reconocimiento facial ha generado todo tipo de controversia en Occidente. Durante las protestas de Hong Kong hemos podido ver, como si de un futuro distópico se tratara, manifestantes atacando cámaras con láseres y derribando farolas inteligentes para combatir los sistemas de vigilancia del país.

Y es que los sistemas de reconocimiento facial más avanzados pueden reconocer con bastante precisión a una persona aunque se cubra la cara con un pasamontañas. No obstante, existen varios trucos que permiten sortear esta tecnología. Estos son algunos de los más interesantes que hemos encontrado.

Estas pegatinas impresas en blanco y negro impiden que la inteligencia artificial sepa que tiene delante una persona.
Estas pegatinas impresas en blanco y negro impiden que la inteligencia artificial sepa que tiene delante una persona.Youtube

Recientemente, un grupo de investigadores del laboratorio de sistemas inteligentes del centro de investigación de Huawei en Moscú ha conseguido engañar a un conocido algoritmo de reconocimiento facial de código abierto que se utiliza para detectar si aparecen personas en una imagen. Este el paso previo a que un sistema de inteligencia artificial analice los rasgos de una cara para buscar coincidencias en una base de datos con rostros que ya conoce.

Para ello, realizaron un experimento en el que colocaron dos pegatinas impresas en blanco y negro con un patrón similar al de un código QR en las mejillas de una persona. Gracias a este truco, fueron capaces de que el algoritmo fallara en el 95% de los casos.

Arriba, los sujetos del experimento con las gafas. Abajo, quienes identificaba el sistema de reconocimiento facial.
Arriba, los sujetos del experimento con las gafas. Abajo, quienes identificaba el sistema de reconocimiento facial.Universidad Carnegie Mellon

La Universidad Carnegie Mellon llevó a cabo un experimento hace tres años que no conseguía que los algoritmos te ignoraran, pero sí que te confundieran con otro. Un grupo de investigación desarrolló unas gafas de colores que, además de cubrir ciertos rasgos faciales de una persona, están impresas con un patrón que un sistema inteligente podría percibir como los detalles faciales de otro individuo.

Entre los resultados de su experimento, cuando se presentó a los modelos de reconocimiento facial ante un hombre con las gafas puestas, señalaron que estaban viendo a la actriz Milla Jovovich con un 87% de precisión. Igual de convencidos estaban de haber detectado a un hombre de Medio Oriente cuando se puso delante una mujer asiática con las gafas.

Un par de gafas de Reflectacles.

Otras gafas para combatir el reconocimiento facial. La marca Reflectacles comercializa IRpair, Phantom y otros modelos de gafas que tienen lentes capaces de absorber la luz infrarroja, lo que hace prácticamente inútil que esta tecnología permita descifrar quiénes somos en una grabación. Con ellas puestas, no podremos ni siquiera utilizar la función de desbloqueo facial de nuestro smartphone. Estas gafas están diseñadas para que se puedan llevar en el día a día y disponen de unos enganches especiales para quienes quieran combinarlas con las que utiliza habitualmente.

La máscara hiperrealista de Leo Selvaggio.
La máscara hiperrealista de Leo Selvaggio.Urme Surveillance

Comercializar una máscara hiperrealista con tu cara puede ser un acto de lo más narcisista o una iniciativa original para confundir a los sistemas de reconocimiento facial. El artista Leonardo Selvaggio decidió llevar a cabo este curioso proyecto hace cinco años, preocupado por el rumbo que tomaba esta tecnología. “Solo Chicago tiene más de 25.000 cámaras conectadas en red a un solo centro de reconocimiento facial”, advierte la página web de URME Surveillance, la compañía con la que dio a conocer su iniciativa. “Utilice uno de nuestros productos para presentar una identidad alternativa cuando esté en público”, añade, en lo que podría ser su eslogan.

Para esta mezcla de negocio y activismo, la empresa vende máscaras de resina impresas en 3D por cerca de 180 euros, aunque también ofrece la posibilidad de imprimirlas en papel desde casa o utilizar un programa que reemplaza los rostros que aparecen en cualquier vídeo con los de Selvaggio.

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