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Tribuna

Arte en tiempos de Instagram y Auto-Tune

La facilidad para plasmar las ideas no viene necesariamente acompañada de una mejora de su calidad. Con lo que esta democratización creativa genera un 'efecto Netflix' , la oferta se multiplica y filtrar es cada vez más difícil.

María Herreros (We Present)

La imprenta matará la arquitectura”, lamentaba el archidiácono de Notre Dame en la novela de Victor Hugo. Ese terror hacia las herramientas que facilitan el acceso al arte es una constante en la historia. Los guardianes de las esencias disfrazan de preocupación por la cultura su temor a perder el poder como el monje ciego de El nombre de la rosa que envenenaba los libros para restringir su lectura.

La imprenta facilitaba el acceso a la cultura, pero las tecnologías digitales no solo universalizan esa accesibilidad sino que democratizan también la creación artística.

Nunca antes la distancia entre una idea y su materialización fue tan corta. La tecnología es la más poderosa arma que nunca tuvo nuestra imaginación. Despoja el arte de su faceta artesanal y lo convierte en conceptual en el sentido más estricto del término. La obra de arte como idea, como concepto creativo, como abstracción. Carente de esa singularidad de la que hablaba Walter Benjamin, el arte cuestiona el concepto de autor que se mezcla ahora con el espectador. Un espectador emancipado que era invisible y ahora quiere ser visto. Era mudo y ahora quiere ser escuchado. En la era del mashup y la remezcla, la intertextualidad y la conversación rigen la creación artística.

Tan autores son los Beatles con su White Album o Jay-Z con su Black Album, como Danger Mouse, que mezcla ambos en su Grey Album. La hibridación, la obra abierta y cambiante, efímera. El arte como idea transformadora, como logro colectivo, como herramienta de cambio. Pero esta facilidad para plasmar las ideas no viene necesariamente acompañada de una mejora de la calidad de las mismas. Con lo que esta democratización creativa genera un efecto Netflix , la oferta se multiplica y filtrar es cada vez más difícil. La cantidad sube, la calidad media baja. Nunca antes fue tan fácil crear, nunca tantas de esas creaciones fueron irrelevantes. Decía Sturgeon que el 90% de todo era basura. En el mundo digital tal vez sea el 99%.  

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