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El diseño del futuro quiere nacer en Carabanchel

El IED Innovation Lab contribuye a la revitalización de un barrio tradicionalmente obrero de Madrid

Alfredo Arias

El edificio donde ahora conviven estudiantes, impresoras 3D y gafas de realidad virtual, levantado en los 60, era el claro ejemplo del Madrid industrial. Una imprenta y una fabrica textil se repartían sus cinco plantas y daban trabajo a personas provenientes del éxodo rural que vivía España entonces. Son dos imágenes contrapuestas afectadas por el paso del tiempo y el desarrollo tecnológico. Cuando Dario Assante, director del IED Madrid (Istituto Europeo di Design), se paseó hace cuatro años por las calles del barrio madrileño de Carabanchel, lo vio claro. Esta era la localización perfecta para abrir el Innovation Lab. “Es una evolución natural de la zona. Entre todos, podemos reorganizarla y darle un impulso cultural, artístico e innovador”, explica.

Darío Assante, director del IED Madrid
Darío Assante, director del IED MadridAlfredo Arias

La tarea de Assante, además de ambiciosa, contrasta con la realidad de una de las áreas obreras de Madrid. Con la tercera tasa de paro más alta de la ciudad, Carabanchel quiere renovarse, olvidar aquella imagen de su icónica cárcel franquista derruida en 2008 y abrazar la innovación. Esta es la idea detrás de la apertura en mayo por parte del IED del Innovation Lab. “Queremos unir la formación universitaria con los proyectos y las empresas. Colaborar entre todos para lograr elementos tangibles inmediatos”, argumenta Assante.

La traducción material de esta filosofía es un espacio abierto, construido por unos hexágonos metálicos y de madera en cada una de las plantas. Parte de estos materiales son los propios restos de otros proyectos. No sorprende ver tablones enteros repletos de troqueles y agujeros. A cada una de estas zonas las han llamado laboratorios, que abarcan desde la creación de prototipos en el Fab Lab hasta uno de realidad virtual, el XR Lab. Tal y como comenta la directora de este último, Ana Revilla, su proyecto ha sido posible gracias a la colaboración con Iñaki Lacosta, CEO de Entropy Studio, que ha puesto conocimiento y material, como gafas y software, al servicio de la Universidad. “Está unión nos ha permitido desarrollar una exposición de arte inmersivo en el museo Thyssen en la que también estuvo implicado el Fab Lab con la construcción de unas cúpulas”, destaca.

Alfredo Arias

Pese al poco tiempo que llevan a pleno rendimiento, la condición de trabajar codo con codo entre todos no se negocia. Como sostiene el mánager del Fab Lab, Ignacio Prieto, al colaborar unos con otros amplían las miras de los proyectos. Llegan a soluciones más integrales que si cada laboratorio velara solo por sus propios intereses. “Existe una cierta similitud con el desarrollo de software en una comunidad abierta. Todos tenemos acceso a todo. Es lo que nos permite avanzar ágilmente”, sugiere. No en vano, en los próximos tres años formarán parte de un proyecto impulsado por Red Bull en el IED Innovation Lab para buscar soluciones a la movilidad de invidentes.

El barrio, poco a poco, se ha convertido en destino de reconocidos diseñadores de moda, comunidades creativas y estudios artísticos. ¿Cuestión de colapso y precios desorbitados en el centro de Madrid? Solo ellos lo saben. Cuesta compararlo con la evolución del barrio de Kreuzberg en Berlín, pero las señas de identidad son bastante parecidas. Desde este espacio del IED no se conforman con la innovación de puertas para adentro. Han puesto en marcha el proyecto de Carabanchel Creativa entre el City Lab, el XR Lab y el Ayuntamiento para localizar todos estos negocios y situarlos en el mapa. “Es una parte de la investigación que desarrollamos en la Universidad y de la que se puede beneficiar un distrito entero”, zanja Assante.

Alfredo Arias

El próximo laboratorio que hará que la familia crezca un poco más es uno relacionado con la comida. Lo llamarán Food Lab y está costando terminarlo por la infraestructura que requiere. “Queremos darle una visión circular a la innovación en la gastronomía. Desde la distribución de los alimentos hasta la propia cocina”, adelanta el director del IED Innovation Lab, que ya colabora en el diseño de moldes y utensilios de cocina para un chef de estrella Michelin como Diego Guerrero. La transformación digital no entiende ni de sectores ni tampoco de estatus.

A la transformación del barrio le queda aún tiempo. Pero el IED ya ha puesto su granito de arena a través de este espacio para impulsarla. Ha acelerado un cambio impensable para los mayores del barrio. Por el momento, en Carabanchel ya se ha comenzado a hablar de laboratorios.

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