Europa será tu centro comercial, si te atreves con el envío
La nueva regulación sobre 'geoblocking' prohíbe a las tiendas online limitar el acceso a los compradores de otros países, pero tiene letra pequeña
Las tiendas online no tienen sentimientos. Si se niegan a atenderte, no hay "porfa, porfa" que valga. ¿Alguna vez te has quedado colgado a media compra en una web de otro país? No estás solo. Un 63% de los comercios online europeos pasan de hacer negocios contigo si estás fuera de sus fronteras. Esta muralla anti-guiris se llama geoblocking o bloqueo geográfico y está en la lista negra de la Comisión Europea y su mercado único digital.
"Desde las navidades de 2018, la gente no tendrá que preocuparse por que un sitio les bloquee o redirija, solo porque ellos o su tarjeta de crédito proceden de un país distinto", prometía una declaración conjunta firmada en febrero por Andrus Ansip, vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de mercado único digital; Elżbieta Bieńkowska, comisaria de mercado interior, y Mariya Gabriel, comisaria de economía y sociedad digitales. De acuerdo con la regulación que entró en vigor el 22 de marzo, los comerciantes europeos tienen hasta el 3 de diciembre para bajar las compuertas de sus webs. "Esto no solo acaba con la discriminación injustificada, también ofrece a las compañías europeas nuevas oportunidades para crecer e innovar", señaló Ansip.
- No puedes pasar
Hasta ahora, las tiendas online han sido crueles y creativas en sus técnicas de tortura. El 95% te deja entrar a ver sus productos, para que te encapriches. Si hay flechazo e intentas registrarte, cuidado: el 28% de los usuarios no lo consiguen. ¿Que lo quieres mandar a tu país? Pues un 51% de los vendedores no te va a dejar introducir tu dirección. Y si eres uno de los pocos afortunados que alcanza el momento del pago, no cantes victoria: el 63% se queda con la miel en los labios.
Geoblocking por Europa
Fuente: Comisión Europea
De acuerdo con Roberto Palencia, director general del Observatorio Ecommerce, estas barreras responden a viejos hábitos más propios de la venta offline. "La mayoría de los retailers proceden de modelos comerciales tradicionales", explica. La costumbre de operar en zonas geográficas delimitadas arruga el hocico ante los forasteros.
A partir del 3 de diciembre, la obligación de los vendedores será, en general, asegurar el acceso de los compradores a su página web y garantizar que pueden completar la compra sin que se atraviese en el proceso ninguna medida discriminatoria derivada del país desde el que se realiza la compra.
Eso sí, quedan fuera de este saco los servicios de transporte, que entran en la jurisdicción de la regulación de transporte, y los audiovisuales (Netflix y compañía), que se están debatiendo aparte. "Este es un melón muy difícil de catar porque entran en juego dos conceptos enfrentados: derechos de los consumidores y derechos de emisión. Acabará cambiando porque la realidad es que tendemos hacia modelos de distribución globales, pero puede que en décadas", razona Palencia.
Las nuevas reglas del juego
- No se podrá bloquear el acceso al sitio web o redirigir al usuario a otra página sin su consentimiento.
- No se podrán modificar las condiciones de venta (precio) en función del país desde el que se realiza la compra.
- No se podrá restringir el acceso a los formularios de compra en virtud del país de origen del comprador.
- Los servivios electrónicos como cloud o alojamiento de sitios web de un país tendrán que ofrecerse en las mismas condiciones a otros ciudadanos europeos.
- Cualquier medio de pago aceptado por el comercio en cuestión será igualmente válido para compradores de otros estados miembro.
- La resistencia
Los sectores peor parados con el cambio serán aquellos dedicados a la venta de electrodomésticos, que se daban al geoblocking en un 86% de las compras llegadas de otros países europeos. Tampoco eran especialmente acogedoras las tiendas de electrónica y hardware informático, que impedían la compra de una manera u otra en el 79% de los casos.
Pero no es oro todo lo que reluce. El director del Observatorio Ecommerce recomienda "adaptar las expectativas". ¿Significa la nueva regulación que ahora un pequeño comercio online húngaro tendrá que enviar sus productos a cualquier estado miembro? Pues no. Pero no podrán bloquear la venta porque el país se encuentre fuera de su zona de reparto. En este caso, los compradores son libres de ejecutar la compra -en las mismas condiciones que los demás húngaros- y componérselas como puedan para conseguir el producto.
- Recogida transfronteriza
Por ejemplo, si te compras una cafetera en Alemania, podrías designar un punto de recogida en Berlín y de camino a recogerla, te haces un selfie en la Puerta de Brandenburgo. Viaje amortizado. Según Palencia, estas compras cobrarán sentido en casos especiales: "Cuando los artículos comprados sean muy diferenciales e imposibles de conseguir de otro modo, como obras de arte", precisa.
En líneas generales, la prohibición se aplica a cualquier limitación que el vendedor aplique con el argumento "no, porque eres de otro país europeo". En el nuevo escenario, la respuesta esperada es: "Sí, claro. Pero tú verás cómo te lo montas". ¿Y si no? Por lo pronto, cada estado miembro tiene que decidir cómo sancionará a los comercios que no se ajusten a la normativa.
Aunque los principales beneficiados por las nuevas reglas del juego serán los consumidores, Palencia cree que los vendedores independientes también podrían salir favorecidos. "Por ejemplo, si eres una tienda de vinos que está en España. Es posible que en función de la comunicación que se dé a la nueva ley, los consumidores estén más abiertos a comprar fuera de su país".
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