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La revolución industrial 4.0 al servicio de la riqueza

Como en toda revolución industrial, lamentablemente, España va a remolque de Europa y no a la cabeza, asegura el director de IoT Madrid Forum

Getty Images

Las nuevas tecnologías están llamadas a cambiar de manera drástica el mercado laboral, a convertirse en las protagonistas de los empleos del futuro. Gracias a la constante innovación en materia TI, que crece de un modo exponencial, convirtiendo lo pionero en obsoleto en cuestión de meses, se está produciendo un cambio de paradigma que se conoce como la cuarta revolución. Tal es el avance de la tecnología que, para 2020, se estima que habrá más de 20.000 millones de dispositivos IoT (Internet of Things).

Esta revolución 4.0 tiene como objetivo la transformación tecnológica y digital de los modelos de negocio y de organización, permitiendo que se produzca una revolución a nivel global, marcada por la inmediatez y por su constante evolución. La ya denominada Industria 4.0 engloba amplios sectores que están asentando en el presente la empleabilidad del futuro. El IoT, la Impresión 3D, la Inteligencia Artificial o la robótica, son sólo algunos de los pétalos que forman el tallo de la revolución tecnológica.

La pregunta del millón que impera en cada revolución industrial es siempre la misma: ¿generará riqueza o eliminará puestos de trabajo? El temor a la destrucción del empleo, al cambio y a lo desconocido es algo que históricamente ha marcado el carácter del ser humano y de la sociedad. Sin embargo, las revoluciones industriales no están, ni de lejos, destinadas a malograr la economía o a destruir trabajos. De la misma manera que los carros tirados por caballos han llegado a convertirse en taxis, la revolución 4.0 evolucionará puestos de trabajo ya existentes y creará otros nuevos, siendo los sectores que se extinguirán, menores en proporción y de menor eficiencia.

Un reciente informe elaborado por Fujitsu y difundido por Europa Press aseguraba que la transformación digital pasaba por las nuevas tecnologías y que, el 90% de las empresas preguntadas, están convencidas de que la Inteligencia Artifical. transformará las herramientas digitales del futuro, asegurando que la viabilidad de las empresas, y con ello su supervivencia, pasará por adaptar y adoptar estas nuevas tecnologías de aquí a cinco años. La revolución 4.0 y la I.A. destruirán empleos en tareas de poca cualificación o con poco valor añadido, creando nuevos perfiles con habilidades STEM para poder gestionarlas.

Como en toda revolución industrial, siempre hay empleos que se destruyen pero se acaban creando nuevos puestos de trabajo adaptado a las nuevas tecnologías, que a su vez, evolucionan y mejoran las condiciones y los trabajos anteriores. Un estudio que realizó IDC ponía de manifiesto que la Inteligencia Artificial y la robótica, son tecnologías que están más cerca del presente que del futuro, y que mejorarán los niveles de productividad y ayudarán a optimizar la eficiencia de las empresas. Este mismo estudio asegura que los puestos de trabajo que se perderán por la automatización se verán compensados con creces por los puestos de trabajo que crearán la Inteligencia Artificial y la robótica de manera directa e indirecta.

Los procesos industriales exigen un alto grado de conectividad para mejorar la eficiencia, permitiendo compenetrar y entrelazar tanto el mundo físico como digital, creando una industria inteligente mediante la conexión entre los procesos físicos y virtuales. Esto se traducirá en una mejora considerable de la eficiencia industrial gracias a la implementación de sistemas multi-sensoriales; a eliminar la variabilidad mediante los procesos Six Sigma y asentar la trazabilidad para analizar la optimización de cada proceso de producción.

Pese a la cantidad de ramificaciones que tiene la Industria 4.0 (donde podemos encontrar IoT, robótica, fabricación aditiva, Big Data, Ciberseguridad, Simulaciones, realidad aumentada, cloud, etc.), y a que se ha asumido que esta revolución industrial será clave para mejorar la competitividad y eficiencia de las empresas, en España aún no se han integrado en los planes estratégicos de las compañías, tal y como afirma el estudio realizado por Roland Berger ‘España 4.0, el reto de la transformación digital de la economía’. Según este estudio, sólo el 10% de las empresas industriales y el 15% de las empresas de infraestructura han implementado una estrategia de transformación digital y tecnológica, siendo además su gran mayoría multinacionales del sector aeroespacial, de la automoción y de las infraestructuras.

Como en toda revolución industrial, lamentablemente, España va a remolque de Europa y no a la cabeza. Algunos de los datos más interesantes que recoge ‘España 4.0’ sobre la situación de la transformación digital de nuestra economía no son muy alentadores: sólo el 38% de las empresas tiene una estrategia digital; el sector de la salud y del transporte tiene un margen de crecimiento del 70%. Sin embargo, se prevé que la transformación digital supondrá un incremento de 120.000 millones de euros para 2025. España está despertando, cimentando los pasos a seguir y madurando las estrategias tecnológicas para que en materia tecnológica para que la Industria 4.0 se consolide como un generador de riqueza.

César Chiva es managing director en IoT Madrid Forum

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