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Disney se prepara para inundar de robots sus parques de atracciones

La compañía registra una patente para desarrollar personajes inanimados que interactúen con niños y adultos

Wesley Lelieveld

Se acerca el día en que por Disneylandia o Disneyworld desfilen robots caracterizados como los personajes icónicos de la compañía estadounidense. Los recuerdos de los visitantes en estos parques de atracciones no serán con un Mickey Mouse o un Pluto encarnado por una persona debajo del disfraz. Disney ha registrado una patente para fabricar robots blanditos y achuchables. Tal y como expone la empresa, tendrán una o más partes de su cuerpo “particularmente adaptadas para un contacto suave y la interacción con un ser humano”.

La patente, aprobada en marzo de este año, carece de un plan de desarrollo o de una fecha de inicio. Desde Disney tampoco comentan si solo se ha quedado en una idea con vistas a un futuro lejano o un proyecto al que están dedicando parte de sus recursos para ponerlo en marcha en breve. Según describe la patente, la compañía de entretenimiento tiene la intención de crear unos módulos con “piel suave” impresos en tres dimensiones y que contengan “cavidades rellenas de aire o líquido flexible y con sensores de contacto”.

Paynoo

Hasta la irrupción de la serie Westworld costaba imaginarse que un parque de atracciones pudiera contar con robots que estuvieran a disposición de los visitantes. Por no hacer ningún spoiler o abrir el debate sobre la inteligencia artificial, no comentaremos cómo termina la ficción. Sin embargo, desde Disney todavía tienen ciertas reticencias por los accidentes que pudieran ocasionar los robots o el miedo que les podría originar a los niños. “Estamos haciendo pruebas en nuestros parques para recabar reacciones e intentar comprender qué es lo que entretiene a los más pequeños”, aseguró Jon Snoddy, vicepresidente de Investigación y Desarrollo de Disney, en una entrevista en la cadena pública británica BBC.

Al registrar la patente, la empresa norteamericana facilitó unos bocetos de cómo sería el diseño de los robots. Para los amantes del cine de animación, estos dibujos son muy similares a los de Baymax, el superhéroe de Big Hero 6. Las partes blandas a las que se refiere el texto servirían para absorber posibles impactos y evitar, de esta forma, que nadie resultara herido mientras interactúa. Los sensores se repartirían por todo el cuerpo del robot y le facilitarían toda la información necesaria para comportarse dependiendo de la situación. Es decir, que si tiene que posar para una foto o abrazar a un niño, se movería de una forma u otra.

“Creo que la inteligencia artificial y el aprendizaje de las máquinas van a ser muy importantes para nuestro futuro”, destacó Snoddy. No obstante, el vicepresidente de Disney no apuesta en exclusiva por esta línea de negocio para sus parques. “No vamos a poner un letrero que diga ‘¡Mira! Inteligencia artificial’ porque nadie vendría a verlo. Nuestros visitantes quieren emociones y eso es algo que no cambiará”, precisó. Esto explica su interés en buscar robots que no solo se paseen por Disneylandia, sino que se relacionen con los niños y adultos que tengan alrededor.

El impacto que tendría en los parques de atracciones de Disney no sería menor. Desde Aladín y Ariel hasta Winnie the Pooh y Woody. Sus apariciones por Disneyworld, por ejemplo, es un trabajo a tiempo completo para las páginas web y los blogs de este centro. Hay docenas de personajes que están en una lista de múltiples sitios que especifican dónde poder verlos. La multinacional americana no aclara qué ocurriría con estos puestos de trabajo o si los robots reducirían el número total de personajes a disposición de los visitantes.

Bob Boyd, un analista financiero que sigue la actividad de Disney, afirma que la aprobación de la patente no significa que la empresa de animación esté cerca de sacar a las calles estos robots blandos. Pero sí indica que la intención de la compañía es lograr una tecnología avanzada que interactúe con los visitantes; algo muy parecido a lo que logró en los sesenta y setenta con su liderazgo en la animatrónica.

El esfuerzo investigador de Disney por avanzar en nuevas formas de consumo ha quedado patente con diferentes ejemplos. Uno de los más destacados haría muy felices a los aficionados a la saga de La Guerra de las Galaxias. La firma estadounidense aprobó una patente para que las espadas láser parecieran tan reales como en las películas. Disney ideó un sistema complejo, llamado “proyección interactiva con la audiencia”, con el que mediante drones, rayos láser, y aparatos reflectantes lograría emular la propia experiencia de blandir una espada digna del propio Luke Skywalker.

Ante la inconcreción de Disney para aportar una fecha o una hoja de ruta de sus robots, los visitantes tendrán que seguir paseando por las calles de sus parques temáticos y fotografiarse con los peluches gigantes de sus personajes favoritos. El mundo de Westworld parece más cercano con esta patente y quién sabe si en unos años los niños podrán encarnar a otro personaje de animación, como Agnes, de Grú, mi villano favorito, para decir de un robot aquello de “es tan blandito que me quiero morir”.

‘Hackear' robots para hacer el mal

Un estudio publicado por la consultora de ciberseguridad IOActive en marzo de este año alertaba sobre los riesgos que entrañaba el hackeo de la inteligencia artificial. Según sus investigadores, los criminales podrían explotar las imperfecciones de los robots para controlarlos en hogares o centros de trabajo para espiar a la gente y dañarlos. "Los robots hackeados podrían incendiar cocinas al alterar la temperatura eléctrica o envenenar a los familiares y mascotas mezclando sustancias tóxicas en la comida o las bebidas", resumían en el texto. Pese a la voz de alarma de IOActive, la propia empresa ha aclarado que ya se han puesto en contacto con varias compañías para explicarles estas vulnerabilidades y ayudarles a corregirlas.

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