“Podemos ha pasado de ir contra la casta a arrodillarse por tener ministerios”

“Credibilidad”. Esta es la palabra más repetida por el alcalde de Zamora, Paco Guarido (61 años), único regidor de Izquierda Unida (IU) en capitales de provincia. La absorción, que no coalición, de su partido con Podemos, afirma, ha provocado que haya adolescentes que no conozcan su existencia. Por eso pide que se rompa la entente ante la incapacidad de Podemos para retener a los votantes que consiguieron en 2015.

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El porqué radica en la credibilidad, pues Guarido censura que el rebelde Podemos que luchaba contra la “casta” ahora se “arrodilla para pedir ministerios”. Y lo han conseguido, toda vez que el preacuerdo entre Iglesias y el PSOE incluye ese objetivo. El fin de semana había convocada una consulta, que tilda de “infantil” porque ve claro el “sí”, para preguntarles a las bases de IU por el pacto con Sánchez. El edil acertó en su pronóstico, el 88,07% de la militancia respaldó el acuerdo con los socialistas. El alcalde zamorano votó en contra porque piensa que no es el momento de formar parte del Ejecutivo: “No debemos corresponsabilizarnos en materia económica y social con un Gobierno que no dará de sí lo que espera IU”.

Este alcalde, maestro de formación y conserje en un instituto antes de llegar al Ayuntamiento, aboga por la pedagogía para persuadir de que el desarrollo social se consigue subiendo impuestos a las clases altas, aunque “la gente se pone de uñas” incluso cuando lo plantea en Zamora, donde revalidó el cargo con mayoría absoluta. De lo que no tiene duda, insiste, es en respaldar al Gobierno socialista para evitar a la derecha.

“Nos han tomado un poco el pelo”, sostiene para explicar por qué un pacto imposible en julio se fraguó poco después del 10-N. “Podemos arrastró a IU al callejón de la abstención tras las primeras elecciones”, apunta. Guarido aprueba que los independentistas tengan peso para la investidura: “No son unos apestados, representan la voluntad de su pueblo”.

Guarido recalca sus diferencias con Podemos, a quienes considera “sinuosos” y no “pragmáticos” en su camino al poder. Y no entiende que ahora acepten integrarse en el Gobierno, aunque reflexiona sobre si un buen papel en los ministerios ayuda a mostrarle al electorado la preciada credibilidad: “Ojalá tengan suerte, pero es difícil destacar en un marco unitario fijo”.

El alcalde zamorano medita cuando se le pide ubicar a los partidos de izquierdas. Habla claro: el PSOE cuenta con un electorado y militancia de centroizquierda pero aplica políticas económicas muy afines al capitalismo y a Europa. Este hombre de pelo canoso y verbo pausado no comprende a los barones socialistas que reclaman una gran coalición con el PP. Podemos sí se encuentra en la izquierda, sostiene, pero debe cambiar de prisma: la batalla no está en el eje arriba-abajo, sino en el eje izquierda-derecha. De Íñigo Errejón aprueba su pragmatismo, aunque considera que es “otra cosa” porque en todo momento manifestó que daría sus votos a Sánchez.

Y es ahí donde aparece su partido, una IU que camina “dos pasos por detrás” de Iglesias. Una resignación teñida con ironía aparece en la conversación cuando menciona el prestigio que cree que perdieron tras el pacto de los botellines: “Somos la cola de la cola de Podemos”. Su papel es “testimonial”, añade, aunque no por ello denuesta a Alberto Garzón, líder de IU: “Está bien informado, es válido y puede tener un gran futuro”. Pero fuera de Podemos.