IU defiende su aldea gala
El partido de izquierdas aspira a revalidar la alcaldía de Zamora, única capital de provincia que gobierna y tradicional feudo de la derecha
Los "pasatiempos electorales" que protagonizan la página 64 del último periódico distribuido la pasada semana por Izquierda Unida (IU) en Zamora, una publicación que la formación consideró clave para hacerse en 2015 con la Alcaldía, no solo esconden soluciones. También, muchos mensajes. En la sopa de letras, por ejemplo, el lector halla las 12 palabras que "representan los valores de la izquierda": "Transparencia", "honestidad", "honradez"... Y en el crucigrama —donde se reparten tanto loas al alcalde (¿"Estado actual de la deuda del Ayuntamiento de Zamora, con el gobierno de IU? Cero") como dardos a la oposición— uno se topa también con la definición que la actual candidata del PP hizo del Gobierno de esta ciudad castellanoleonesa: "Exótico".
"Cuando se lo dije al alcalde, se enfadó. No sé por qué", comenta la popular Mayte Martín Pozo, con una media sonrisa en la boca, mientras insiste en la rara avis que supone que IU ostente el bastón de mando en esta localidad de poco más de 61.000 habitantes, la única capital de provincia en su poder; donde el 25% de la población tiene más de 65 años —casi seis puntos por encima de la media española— y donde la derecha ha arrasado tradicionalmente. De hecho, PP, Ciudadanos y Vox sumaron aquí casi el 56% de los votos en las pasadas elecciones generales, y la formación encabezada por Pablo Casado gobernó de forma ininterrumpida durante dos décadas.
Hasta que hace cuatro años se topó con Paco Guarido, de 60 años, un conserje de instituto que llevaba desde 1999 como concejal y que llegó a buzonear personalmente ese periódico que ahora promulga sus logros al frente del Consistorio. Su éxito en 2015, subraya el propio alcalde, se explicó por sus "méritos" y por los "deméritos de sus rivales". "Llevábamos muchos años en la oposición y conocíamos muy bien cómo funciona el Ayuntamiento. Además, con el PSOE dividido —cuatro de sus seis concejales dimitieron en la precampaña por diferencias internas—, nos convertimos en el grupo de referencia de la oposición. Incluso, la candidata del PP, Clara San Damián, nos señaló directamente, lo que nos convirtió en la lista a batir". Las urnas situaron a IU, que siempre ha rechazado aquí presentarse con Podemos al considerar que le resta apoyos, como segunda fuerza con el 29,1% de los votos y ocho ediles. Un resultado que, con el respaldo del PSOE (16,9%), que sumó cinco, les permitió hacerse con la alcaldía, superando los 10 del PP (32%) y los dos de Cs (8,6%).
Pero, ahora, IU afronta la reválida en un contexto distinto. Ya no son la sorpresa, sino el objetivo a derribar y el centro de las críticas. "Aquí ha habido cuatro años perdidos", le reprocha Martín Pozo. "La ciudad está sucia y los barrios abandonados. Además, la gente se ha dado cuenta de que Guarido prometió mucho en la oposición y que no era el maná", añade Francisco Requejo, un empresario de 47 años y candidato de Cs, que también denuncia que la Administración local tarda hasta dos años en conceder licencias para montar un negocio. Ciudadanos viene crecido tras conseguir, por primera vez en las generales, un diputado en una provincia que desde hace tres décadas repartía de forma semejante los tres escaños en disputa: dos para el PP y uno para el PSOE.
En campaña, algún reproche a IU llega incluso desde su socio de gobierno. "Nosotros queremos hacer un Ayuntamiento para los que nos votan y para los que no lo hacen", resalta el socialista Antidio Fagúndez, teniente de alcalde, que recuerda que los dirigentes de IU no acuden como autoridad institucional a los actos de Semana Santa, uno de los símbolos de la ciudad. Eso sí, Fagúndez, ingeniero civil de 43 años y senador, insiste también en que el PP arruinó la ciudad y la condujo a la "bancarrota", además de elevar la "presión fiscal un 35% durante sus gobiernos" para tratar de salvar la crisis. "Por ello, hace cuatro años ejercimos una acción de responsabilidad y dimos la alcaldía a Izquierda Unida. Pero ahora todo es diferente", apostilla, antes de subrayar que confía en que los resultados del 28-A impulsen a su partido y pueda recuperar el liderazgo de la izquierda. "En 2015 hubo una anomalía. Nosotros tuvimos una crisis interna a tres meses de las elecciones y Paco aglutinó todo el voto de cabreo con la derecha", resume el candidato del PSOE.
La importancia de Zamora para el bipartidismo se refleja en la constante presencia de pesos pesados de PP y PSOE. Por la ciudad han pasado, en las últimas semanas, el presidente Pedro Sánchez, la vicepresidenta Carmen Calvo y varios ministros. Mariano Rajoy también se sumó a la campaña el pasado viernes en la ciudad, donde recorrió el centro junto a Fernando Martínez Maíllo, ex coordinador general de los populares.
Mientras tanto, Guarido defiende sus éxitos. Ha eliminado la deuda bancaria, que alcanzó los 27,1 millones de euros con el PP, y cerró 2018 con un superávit de seis millones. Ha bajado el IBI. "Y hemos invertido en cuatro años el doble que durante los ocho anteriores. En aceras, asfaltos, parques...", señala. "Sobre todo, no nos hemos metido en ningún lío y no prometemos gigantescos proyectos que sabemos que no saldrán adelante. Hemos demostrado que somos gente sencilla de izquierdas con los pies en el suelo. En cierta manera, somos previsibles". "Y hemos normalizado las siglas de IU. Por la calle, los vecinos me llaman a veces el 'alcalde comunista', pero sin connotación negativa", comenta entre risas.
La rechazada alianza de IU y Podemos
La estrategia de alianzas de IU Zamora contrasta radicalmente con la diseñada por el coordinador federal de la formación, que apuesta por presentarse a los comicios en coalición con Podemos. La asamblea local de Izquierda Unida rechazó esa posibilidad al considerar que, en lugar de sumar, le resta votos. Según fuentes del partido, creen que "son izquierdas diferentes". En la agrupación municipal de Podemos se lamentan por ello: "Nosotros afrontamos esta anomalía con el disgusto que nos da que no hayamos podido construir esa unión", apunta Fernando Martos, candidato a la alcaldía con la marca de la formación de Pablo Iglesias, que añade: "El grupo de IU ha sido muy crítico con la política estatal de alianzas".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.