Pablo Iglesias responde a Sánchez con un tuit enigmático
Unidas Podemos, con un escenario interno complicado, cree que no será posible un acuerdo y habrá otras elecciones
Hace apenas una semana, Pablo Iglesias mostraba una mezcla de cautela y esperanza. El líder de Podemos confiaba en que, en el último momento, su formación y el PSOE llegarían a un acuerdo de coalición y evitarían las cuartas elecciones generales en cuatro años. La esperanza empezó a tambalearse el pasado jueves, durante la bronca intervención de la vicepresidenta Carmen Calvo en el Congreso. Horas antes, el dirigente había mostrado su disposición a aceptar la última propuesta que Pedro Sánchez puso sobre la mesa en julio —si se le sumaba la gestión de las políticas activas de empleo—, antes de que la investidura fracasara: una vicepresidencia y tres ministerios. Este domingo, en una entrevista en EL PAÍS, el presidente en funciones le responde: hay una tercera vía, que es un programa común progresista. La dirección de Podemos ha rehusado valorar la iniciativa, pero Iglesias sí ha recurrido a Twitter para contestar de manera velada, sin mencionar al presidente. “El arte de la santa paciencia”, escribió junto al vídeo del histórico combate de boxeo de Foreman contra Ali de 1974. Ali salió victorioso después de dejar que su rival se desgastara mientras él esperaba. De fondo se escuchaba un grito: “Ali, bumaye”, en castellano: “Ali, mátalo”.
Ali bumayé o el arte de la santa paciencia...https://t.co/N4LmSenVrz
— Pablo Iglesias 🔻 (@PabloIglesias) September 1, 2019
Aquella calurosa noche en Zaire, Ali aguantó ocho asaltos. El bloqueo político en España se alarga ya cinco meses, desde las elecciones del pasado 28 de abril. Por eso, una frase se repite entre un grupo de diputados de Unidas Podemos cuando se les pregunta: “¿Habrá acuerdo con el PSOE?”. Con gestos de resignación, indignación y hasta enfado dicen convencidos: “Vamos a elecciones”. Ese escenario no beneficia a Podemos, que ha ido perdiendo apoyos en las últimas convocatorias electorales, incluida la batalla con Íñigo Errejón en Madrid, donde su plataforma les superó en votos. El partido, pese a todo, confía en haber ganado algo de terreno electoral desde la triple cita del 26 de mayo y se reclama como fuerza imprescindible para cualquier encaje.
Por esta razón, el círculo más próximo a Iglesias prefiere no creer esas teorías de que en la sede de los socialistas en Ferraz se prepara ya la campaña. El lema que guía a la dirección es una frase que Iglesias dijo antes de retirarse de la actividad pública por el nacimiento de su hija a inicios de agosto: “Nosotros podemos perder escaños, pero si hay repetición electoral Pedro Sánchez no será presidente jamás”. En la sede del partido también se manejan encuestas, aunque se empeñan en transmitir que la volatilidad del escenario político actual es muy alta como para hacer predicciones. Aún así no descartan una subida del PP que haga a Pablo Casado presidente con el apoyo de Ciudadanos y Vox.
A pesar de la mella que el partido de Errejón causa en el electorado de Podemos, la formación de Iglesias asegura que ese factor está fuera de su ecuación. Aunque en la dirección reconocen que el PSOE juega a intentar desestabilizarles con este escenario: el que fuera fundador de Podemos regresa al tablero político nacional con un partido nuevo. La izquierda a la izquierda del PSOE vuelve a dividirse y Sánchez recoge los frutos.
Pese a las pérdidas que podrían sufrir los dos principales grupos de izquierda, entre las filas del grupo confederal de Podemos se extiende la sensación de que la dirección del PSOE ya ha decidido que irá a elecciones. “Tienen encuestas internas que les dicen que ganan unos pocos diputados más”, explica un diputado que pide anonimato. “Es decisión de Sánchez, cree que mantienen los siete millones de votos. Es mentira”, apunta otra dirigente. Es decir, auguran una nueva victoria socialista, pero con el mismo escenario de bloqueo. “Nos necesitarán para formar Gobierno”, continúa un tercer parlamentario.
Todos los diputados consultados coinciden en que esta decisión es en exclusiva de Sánchez y su entorno. “El PSOE no es un bloque monolítico, los que apostaron en julio por una coalición han perdido”, asegura una fuente cercana a la dirección de IU.
Reparto de culpas
Una parte de Unidas Podemos circula por esta autopista de un solo sentido. La posibilidad de aceptar un acuerdo basado en el programa que limite su papel a ser un sostén parlamentario del PSOE está descartada. “Si rechazamos este pacto ahora dirán que hay elecciones por nuestra culpa. No vamos a votar de manera conjunta con el PSOE en el Congreso durante cuatro años. Entonces nos acusarán de provocar inestabilidad parlamentaria”, relata un diputado cercano a la dirección de Podemos. “Ya votamos en contra de su propuesta para la senda de déficit o contra el decreto de los alquileres y entonces teníamos un acuerdo de Presupuestos. ¿Creen que nos van a temblar las piernas?”, plantea otra diputada. “Si no hay ahora elecciones, las habrá en unos meses. Y dirán que también es nuestra culpa”, resumen.
Una parte de IU mantiene su propuesta de julio: llegar a un acuerdo exigente de programa. Dicen que es parte de su filosofía política; que es consecuencia de haber compartido Gobierno con el PSOE en lugares como Andalucía. Pero, al contrario de lo que sucedió hace un mes, no volverán a defenderlo públicamente. El mensaje ahora en el grupo confederal es de unidad.
El líder de IU, Alberto Garzón, intercedió en el último momento de la investidura de julio a través de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a la que conoce bien desde hace años. Su trabajo permitió que los socialistas incluyeran la cartera de Igualdad en la oferta de Gobierno conjunto que Unidas Podemos rechazó. Ponerse en primera línea de fuego en este momento es menos seguro para IU que mantenerse en la retaguardia. Porque si los cálculos internos no les fallan, quedan menos de tres meses para las elecciones. Las anteriores citas electorales demostraron a IU y Podemos que por separado cosechan peores resultados.
La dirección comparte todas estas lecturas, aunque públicamente el mensaje es distinto: tienen la esperanza puesta en una negociación de último minuto en la que todas las partes cedan. “Si no hay Gobierno de coalición ahora, lo habrá en noviembre”, asegura un dirigente muy cercano a Iglesias. Sentirse imprescindibles para garantizar la gobernabilidad les insufla la esperanza de que el acuerdo de coalición llegará in extremis.
Si finalmente hay elecciones, en Podemos consideran que Iglesias, que previsiblemente repetirá como candidato, se reforzó al apartarse cuando Sánchez le convirtió “en el principal obstáculo para formar Gobierno”. “No repetiremos una campaña de guante blanco con el PSOE”, explica una fuente de la dirección. “¿Cómo va a ganar el PSOE el relato?”, añade. Unidas Podemos se mantiene así firme en la misma casilla: la coalición ahora o en noviembre.
IU como mediadora
La fallida negociación de julio ahondó en la desconfianza entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias Iglesias, pero también agrandó la brecha entre quienes lideraban el diálogo: Carmen Calvo (PSOE) y Pablo Echenique (Podemos). No hay contacto entre los dos dirigentes. Por eso IU, que tiene una relación más fluida con el PSOE, se ha convertido en pieza clave para tratar de retomar las conversaciones.
Enrique Santiago, líder del PCE (inscrito en IU) y diputado, se ha unido al equipo negociador para intentar facilitar el diálogo. Tiene experiencia en estas lides, ha dedicado los últimos años a negociar un acuerdo de paz entre el Gobierno de Colombia y la ya exguerrilla de las FARC. “El método de julio de dos o tres personas en una conversación rápida fracasó”, explica el dirigente en conversación con EL PAÍS. “Si en el PSOE creen que IU es más confiable que Podemos que nos den una oportunidad en la mesa”.
Esta aparente mejor relación esconde una trampa. En IU aseguran que desde hace años el PSOE trata de dividir a Unidas Podemos con promesas para el grupo de Garzón. “Que a estas alturas el PSOE pretenda contraponernos con Podemos es lícito, pero no les va a dar resultado. El voto no se va a dividir en nuestro grupo”, explica el líder del PCE.
“La democracia española adolece de una dirección. Parece que no está preparada para la entrada en el Gobierno de una izquierda alternativa y transformadora”. Esta es otra de las reflexiones que se repite en el grupo confederal y que Santiago sitúa en el mismo nivel de importancia que la negativa de Sánchez a una coalición.
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