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Podemos solo contempla la coalición pese a la negativa en redondo de Sánchez

El Ejecutivo en funciones insiste en que hay "muchas fórmulas" para conformar un Gobierno progresista

Pablo Iglesias, antes de su entrevista televisiva en Antena 3. En vídeo, las declaraciones del líder de Podemos.

A menos de un mes para el 23 de septiembre, la fecha límite para que haya Gobierno o España vaya por segunda vez en siete meses a unas elecciones generales, nadie cede. El PSOE considera un “falso dilema” que la única alternativa a que los socialistas gobiernen en solitario tenga que ser una coalición con Unidas Podemos. El partido de Pablo Iglesias envió este viernes una carta a sus bases para comunicarles que no aceptará el “trágala” de Pedro Sánchez. Iglesias solo contempla la coalición pese a la negativa en redondo de Sánchez, que retrasará hasta septiembre las reuniones con otros partidos previstas la próxima semana.

La dirección de Podemos se muestra convencida de que hay tiempo suficiente para que Sánchez recule y ambos partidos formen el primer Gobierno de coalición en España desde la II República, y se niega a elegir entre apoyar a un Ejecutivo exclusivo del PSOE o volver a las urnas. El relato de Ferraz es calcado, pero a la inversa: la cúpula socialista considera un “órdago” la elección entre un Gobierno de coalición o unos nuevos comicios, y cree que también hay tiempo para que Iglesias recapacite. A cuatro semanas de la fecha límite para negociar la investidura, el presidente en funciones protagonizará la próxima semana varias reuniones con la sociedad civil. Los socialistas presionan con los tiempos: los contactos con los partidos, imprescindibles para forjar una mayoría, se demorarán hasta septiembre. En esa guerra de nervios, Podemos dirigió una carta a sus bases para afianzar su estrategia.

Nadie, en fin, parece dispuesto a ceder con el 23 de septiembre en el horizonte. Si ese día no hay Gobierno se convocarán elecciones para el 10 de noviembre. Las encuestas dicen que una repetición electoral favorecería al PSOE en detrimento de Podemos (y al PP frente a Cs y Vox). Aun así, en la sede de la formación de Iglesias no se trabaja por ahora en una estrategia electoral: repetir las elecciones es el último de los planes sobre la mesa. “Sería absurdo volver a votar”, dijo Pablo Echenique, jefe negociador. “Esa decisión miraría solo por el bien del PSOE y no por el de los españoles que han votado para que nos pongamos de acuerdo”, añaden fuentes de la cúpula del partido. “El tiempo de las mayorías absolutas ha terminado, podríamos volver al mismo punto de bloqueo”, abundan las mismas fuentes.

Podemos espera recibir en breve “una respuesta elaborada” a su oferta de retomar la negociación para tratar de acordar un Ejecutivo en el que el equipo de Iglesias ocupe una vicepresidencia y tres ministerios. “No nos explican por qué ahora es inviable algo que en julio era viable”, reclamó Echenique, pese a que el PSOE insiste una y otra vez en la “desconfianza recíproca” y en las diferencias en asuntos medulares como Cataluña. El comunicado del PSOE en el que rechazaba el documento de 119 páginas de Podemos se considera un mero acuse de recibo entre las filas de Iglesias.

Por el momento, los socialistas se remiten a esa respuesta del pasado martes y emplazan a Iglesias a una reunión después de que Sánchez termine la segunda ronda de contactos con colectivos sociales. Solo cuando el PSOE haya elaborado un nuevo programa con las sugerencias recibidas en estas reuniones convocará a los líderes de los principales partidos, entre ellos a Podemos.

La portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, salió a defender la posición de su partido y tildó de “falso dilema” que la única alternativa a la celebración de las cuartas elecciones en cuatro años tenga que ser un Gobierno con ministros de Podemos. En el centro de su argumentario situó la desconfianza entre Sánchez e Iglesias. “No se observan condiciones para un Gobierno de coalición. El proceso de negociación para la investidura puso en evidencia que hay suficiente desconfianza como para que no resulte transitable esa opción. Pero hay otras opciones en las que si queremos acercar posiciones”, remarcó Celaá.

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“La Constitución dice que la responsabilidad de conseguir la confianza de la Cámara es del candidato, no al revés”, respondió Echenique. “No dice que los partidos tengan que demostrarle nada al candidato que debe negociar y poner garantías. Esto no va de confianzas personales”, dijo.

El PSOE no se fía: las críticas por las políticas sociales o por la gestión migratoria han elevado el listón de suspicacias en la familia socialista. Echenique llegó a refugiarse este viernes en el funcionamiento del Congreso para justificar que su partido haya elevado el tono contra el Gobierno en la gestión de la crisis del Open Arms. “Es obligación del Parlamento ejercer el control parlamentario al Gobierno”, justificó el dirigente sobre la petición de su partido para que la vicepresidenta Carmen Calvo dé explicaciones en la Cámara. “Es sano en democracia que los ministros se expliquen”, afirmó.

Al mismo tiempo que Podemos se afana en desactivar el argumento de la desconfianza mutua, defiende que aún hay margen para pactar. El calendario, sin embargo, sigue en blanco. Sánchez no ha concretado su agenda de reuniones para las próximas semanas más allá de que el Gobierno reiteró este viernes que continuará la tanda de reuniones con organizaciones sociales. La dirección de Podemos reclama una cita a la mayor brevedad porque considera que la negociación fracasó en julio por la celeridad con la que se desarrolló. “El problema es que duró 72 horas porque Sánchez no quiso negociar hasta tres días antes de la investidura”, argumentó Echenique. La precipitación, según el dirigente, derivó “en una propuesta que carecía de las competencias necesarias para llevar a cabo ciertas medidas”. “El tiempo corre para todos”, reiteró Celaá, que mantiene la invitación a que el PP y Cs se abstengan.

Con un ojo en las encuestas

La repetición electoral no entra en los planes de Podemos, aunque la dirección del partido presta más atención de la que reconoce a los datos demoscópicos. “Hacer predicciones en esta época de volatilidad es difícil”, afirmó Pablo Echenique, líder del equipo negociador. “Los sondeos nos otorgan mejores resultados que los que nos daban a un mes de las elecciones del 28-A”, añadió. En el PSOE están convencidos de que Podemos y sus confluencias sufrirían una caída relevante. La coalición que lidera Pablo Iglesias perdió en las últimas generales su suelo del 16% de voto y bajó hasta el 13%, lo que se tradujo en 42 escaños por los 69 de 2016.

Podemos asume que perderá escaños pero que los daños no serán acusados. Si se repiten las elecciones, Iglesias confía en contener el trasvase de votantes a la abstención o al PSOE. En Ferraz y La Moncloa piensan justo lo contrario. “Podemos caer, pero Pedro Sánchez no volverá a ser presidente nunca si vamos a elecciones”, ha llegado a afirmar Iglesias. El escenario de que la vuelta a las urnas eternice la situación de bloqueo actual sirve de munición a Podemos, que solo baraja dos posibilidades: la suma de las fuerzas de la derecha o una nueva mayoría progresista que se vería abocada a negociar.

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