Pablo Iglesias insiste en el Gobierno de coalición pese a las dudas internas
El PSOE asegura que su prioridad es que haya investidura y no nuevas elecciones
Tras el huracán, vuelve el tedio. El Gobierno quiere arrancar desde el principio, cuando Pedro Sánchez proponía a Unidas Podemos un acuerdo programático con Ejecutivo socialista en solitario. Sin embargo, el grupo de Pablo Iglesias dejó claro este lunes que quiere volver al último momento de la negociación, pero ahora con más tiempo para pactar un Gobierno de coalición. Lo hizo a pesar de que IU y la corriente Anticapitalistas le reclaman que negocie un programa y acepte no tener ministros. Los socialistas insisten en que su prioridad es que haya Gobierno, y no elecciones.
Por primera vez desde el miércoles, cuando todo empezó a romperse, uno de los negociadores del Gobierno de coalición admite que fue un desastre. “Es verdad que la negociación ha dado vergüenza ajena”, se sinceró en La Sexta Pablo Echenique, el máximo representante de Unidas Podemos en esa mesa. Pero Echenique, un hombre de máxima confianza de Iglesias —que hasta este lunes por la noche, cuando acusó a Sánchez de no haber querido negociar, se había mantenido en silencio—, utilizó esa autocrítica para apostar de nuevo por el Ejecutivo de coalición y reclamar al presidente en funciones, Pedro Sánchez, “que no vuelva a hacer lo mismo y no lo deje para el último minuto”.
“Negociar en tres días el Gobierno de España es muy poco sensato. Le pido que no lo deje otra vez para el último minuto. Que no vuelva a dejarlo para el final para presionar a todos los grupos y montar un bochorno que dé vergüenza ajena otra vez. Si quiere negociar un Gobierno de coalición, que empiece cuanto antes”, remató Echenique.
El grupo de Iglesias, que controla la mayor parte de los diputados de Unidas Podemos, no se plantea otra posibilidad que no sea el Ejecutivo de coalición pero esta vez negociado con tiempo y partiendo del punto en el que se dejó la última vez, que no estaba tan lejos del acuerdo por lo que se ha conocido tras la ruptura de las negociaciones. Los socialistas, sin embargo, insisten en que la oferta de coalición ha caducado y Podemos perdió su oportunidad al impedir con su abstención que Sánchez fuera elegido.
La situación vuelve pues al bloqueo en el que estaba desde las elecciones del 28 de abril, aunque ahora ya solo queda una oportunidad antes de que el 23 de septiembre se convoquen automáticamente nuevos comicios. El Gobierno insiste en que su prioridad es lograr una investidura, y no la repetición de elecciones. Pero responsabiliza a la oposición del bloqueo. El presidente tiene previsto, en teoría, iniciar una nueva ronda de consultas con los líderes de los tres principales partidos además del PSOE, PP, Ciudadanos y Podemos, pero de momento no le ha puesto fecha a esos encuentros y el jueves empieza ya el mes de agosto, tradicionalmente de parón casi total en el calendario político. Sánchez mantiene su agenda internacional, sobre todo europea —en funciones no puede hacer grandes viajes por iniciativa propia—, y el miércoles recibirá en Madrid a la nueva presidenta electa de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen. Pero de momento no hay fecha para la ronda con los líderes y en especial con Iglesias, de momento el único aliado posible para la investidura puesto que tanto PP como Ciudadanos insisten en que ellos no se abstendrán en ningún caso para facilitar la elección de Sánchez. La situación en Navarra, donde está a punto de ser elegida la socialista María Chivite y por tanto Navarra Suma pasará a la oposición, refuerza a los que tanto en el PP como en Ciudadanos señalan que no tiene sentido la abstención.
El PSOE, a través de su presidenta, Cristina Narbona, insistió en que los socialistas quieren evitar a toda costa las elecciones y para ello plantean su alternativa a la coalición que quiere Podemos: un Gobierno “a la portuguesa”, esto es, del PSOE con apoyos externos de la izquierda. Los socialistas pusieron desde el principio sobre la mesa este modelo, y creen que esa fórmula podría volver a la mesa de negociación, tal y como propuso IU el pasado viernes.
Los socialistas han encontrado para esta fórmula dos aliados muy alejados de sus ideas, pero que esta vez coinciden en su apuesta. Tanto Izquierda Unida como Anticapitalistas, una corriente dentro de Podemos en la que está tanto la líder del partido en Andalucía, Teresa Rodríguez, como el eurodiputado Miguel Urbán, reclaman a Iglesias y sus fieles que empiecen a negociar un acuerdo programático sin la necesidad de entrar en el Gobierno, algo que IU sí ve factible, mientras el sector anticapitalista critica abiertamente esta posibilidad.
En cualquier caso habrá que ver qué capacidad tienen estas posiciones de hacer cambiar de idea a Iglesias, que tiene la mayoría del grupo parlamentario en el Congreso. IU, por ejemplo, tiene en teoría 6 de los 42 escaños, y puede que no todos obedecieran la disciplina de la federación. De momento, nadie está hablando de romper la unidad de esos 42 votos que se ha mantenido hasta ahora, pero las presiones a Iglesias para que cambie de posición ya son públicas.
Críticas de los anticapitalistas
La corriente anticapitalista hizo público este lunes un comunicado en el que reclama que se negocie con el PSOE un “acuerdo programático” con medidas concretas para después “pasar a la oposición” sin entrar en el Ejecutivo para construir “pacientemente la alternativa”. El texto es muy crítico con la estrategia de Iglesias, cada vez más cuestionado por algunos sectores de Unidas Podemos, aunque conserva el control del núcleo duro que domina Podemos tras la salida de varios críticos en los últimos meses.
“Unidas Podemos ha cometido errores muy importantes en su intento de entrar por la puerta de servicio en un Gobierno: ni todas las renuncias realizadas han bastado a la voracidad social liberal”, señalan. Su propuesta es firmar un pacto legislativo basado en 20 demandas, que incluyen, entre otras, una subida del salario mínimo, la regulación de los precios del alquiler y la prohibición de despidos en empresas con beneficios.
Echenique contestó tanto a IU como a Anticapitalistas. “Es bueno que haya debate”, admitió, “pero esto [el apoyo desde fuera] ya lo probamos tras la moción de censura y no funcionó, porque el PSOE incumplió los pactos en cuestiones clave como los límites a las subidas de los alquileres, y sin estar en el Gobierno no hay manera de garantizar que los cumplan”. Fuentes de Podemos señalan que la posición de IU obedece a tensiones internas, pero es reconducible sin que se llegue a romper el voto entre Podemos e IU, y la posición de la corriente anticapitalista es la tradicional de este sector, que está en contra de entrar en los Gobiernos con el PSOE, pero no tiene influencia alguna en el grupo parlamentario, fiel a Iglesias. Aún falta por hacerse pública la posición de los Comunes sobre este asunto, que puede ser clave para ver hacia dónde se mueve Podemos.
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