El espejo en que mirarse del Rey

Si el lunes se sometió al rigor del ceremonial de la Corona británica para ser investido en Windsor (Inglaterra) con su máxima distinción, este miércoles el Rey buscó de forma intencionada la naturalidad y la compañía de gente corriente y ejemplar para conmemorar el quinto aniversario de su proclamación. Como ya hiciera en 2015, aprovechó el acto de imposición de las medallas de la Orden del Mérito Civil trazar un paralelismo entre los empeños que se marcó como jefe del Estado hace cinco años y los de sociedad española anónima y dinámica. A los 41 ciudadanos ejemplares les dijo: “Sois un referente moral que nos ofrece un espejo en el que mirarnos”.

La ceremonia, que guardó el equilibrio entre la sobriedad y la solemnidad, tuvo lugar en un emplazamiento cargado de simbolismos: el Salón de Columnas del Palacio Real, en el que en 1985 se firmó el Tratado de Adhesión de España a la Comunidad Europea, donde en 2014 se produjo la abdicación del rey Juan Carlos I y también en el que, en 2017, la Princesa de Asturias recibió el Toisón de Oro, símbolo de continuidad dinástica. Acompañado por la Reina, la princesa Leonor y la infanta Sofía, revalidó los valores que impulsaron su reinado en 2014, así como “la vocación integradora de la Corona, su independencia y neutralidad”. Y recordó que ese “servicio fundamental al Estado y a la sociedad” solo podía ejercerse desde “la ejemplaridad y la dignidad, la integridad, la capacidad de sacrificio y la entrega sin reservas a España”.

Los Reyes, la Princesa de Asturias y la infanta Sofía estuvieron acompañados en el acto por el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y por su ministro de Asuntos Exteriores y canciller de la Orden del Mérito Civil, Josep Borrell. Tras la interpretación del himno nacional por un cuarteto de cuerda integrado por jóvenes alumnas de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, los periodistas Elena Ochoa y Pablo Motos leyeron las semblanzas de las personas que recibieron la distinción.

A continuación, el Rey les impuso la medalla y pronunció su discurso, en el que calificó el acto como “sencillo pero solemne y cargado de simbolismo”. Consideró que la fecha del aniversario de su llegada al trono era “un día especialmente idóneo” para este acto, reafirmar las convicciones con las que asumió la Corona “y reiterar nuestra adhesión a esos mismos valores”. Citó “el claro ejemplo y la clara inspiración” de las 41 personas condecoradas para ratificar la inspiración de su reinado: “Quiero reafirmar el compromiso de servicio al conjunto de los españoles que, desde el primer momento ha guiado mis actuaciones como jefe del Estado. Una responsabilidad que va unida a la confianza plena en nuestro destino colectivo en democracia y libertad”.

Ejemplo de valores

En su intervención, el Rey ponderó la actuación de los condecorados, que, según La Zarzuela, fueron seleccionados teniendo en cuenta un criterio proporcional de población, de variedad autonómica, provincial y generacional. Destacó su conducta “en favor del bien común y del interés general”, como “expresión y ejemplo de los mejores valores (…) de la sociedad española”. Les agradeció que pusieran el bien común por delante, su “sentido íntimo y profundo del deber ético y moral”, su coraje y valentía. Incluso que su actuación fuera “sin esperar nada a cambio”, lo que los ha convertido en “una referencia ética para España”. “Juntos formáis un todo, una cadena de ejemplaridades que ilumina nuestra ruta a seguir”, enfatizó.

La mayor de las personas distinguidas fue una mujer de 107 años, Clotilde Veniel Gómez, por su lucha para que se reconociera y valorara el trabajo de las mujeres en el hogar. Tras serle impuesta la distinción, la Princesa y la Infanta la han acompañado hasta su asiento. Y la menor, una voluntaria de Manos Unidas de 19, Natalia Díaz Martín, que representa el espíritu solidario de la juventud española. En las distinciones también se aplicó un criterio de género: se condecoró a 19 mujeres y 22 hombres de diversos sectores de actividad: un vigilante forestal, voluntarios de asociaciones benéficas, ingenieros, investigadores científicos, una enfermera, un donante de sangre, un apicultor, un visitador social... Todos ellos, según la Casa del Rey, cumplen con el requisito de mérito que exige la distinción al destacar en ámbitos como la educación, el medio ambiente, la sanidad, el voluntariado, la investigación, la asistencia social y la cultura. La Orden del Mérito Civil fue instituida por Alfonso XIII por real decreto de 25 de junio de 1926 para destacar “las virtudes cívicas de los funcionarios” y “los servicios extraordinarios de los ciudadanos españoles y extranjeros en el bien de la nación”.