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Del 15-M a la fuga de cerebros, ¿qué lleva a un ‘millennial’ de la España vacía a militar en un partido?

Jóvenes de Podemos y Ciudadanos cuentan cómo se vive la política en una capital conservadora como Burgos

Mai Montero
Algunos de los jóvenes integrantes de Podemos Burgos.
Algunos de los jóvenes integrantes de Podemos Burgos.Ricardo Ordoñez

Burgos, igual que toda Castilla y León, ha sido un feudo del Partido Popular. También, es parte de la España vacía y fue capital del bando franquista durante la Guerra Civil. Con 175.921 habitantes, el Ayuntamiento de la capital solo ha estado regido una vez por el PSOE desde que se instauró la democracia. Fue de 1999 a 2003. El resto del tiempo, los populares siempre se han alzado con la victoria. A nivel regional, el PP gobierna en la Junta desde 1987. Tras las elecciones generales de 2015, con la aparición de partidos como Podemos y Ciudadanos, los burgaleses, que se reparten cuatro puestos en su circunscripción, rompieron su tradicional esquema de asignación de escaños: la formación morada consiguió un representante en el Congreso de los Diputados (el PP se hizo con dos; PSOE, con uno). Jóvenes con vocación política cuentan cómo es militar fuera de los partidos tradicionales en esta ciudad, que tiene como principales problemas el éxodo juvenil, la falta de oportunidades laborales y el envejecimiento de la población.

"Mi vocación política se despertó poco después del movimiento 15-M", cuenta Blanca Guinea. Tiene 27 años, es de Salamanca, y ejerce como concejal de Podemos en el Ayuntamiento de Burgos. Es la primera en llegar a la sede que tiene la formación en la ciudad, a escasos 10 minutos del centro caminando. “Podemos cristalizó las ideas políticas de gente como nosotros en un partido y muchos nos politizamos a partir de entonces”, asegura Guinea, que estudió Comunicación. La crisis económica, la corrupción, la falta de oportunidades laborales, o la marcha de sus amigos al extranjero eran sus mayores inquietudes.

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La concejal insiste en que, como muchos de sus amigos, no recibió una educación política en casa: “Algunas vez hemos hablado de estos temas, pero no solemos tener la misma visión. Podría incluso decirse que mi padre es un poco de derechas. Sí fuimos con mi madre a manifestarnos con el No a la guerra, pero mis hermanos y yo estamos mucho más politizados que ellos”.

Al pequeño local se acercan otros cuatro compañeros que comparten con Guinea su interés por la política. Todos coinciden en que el 15-M fue el caldo de cultivo para involucrarse de manera activa. Alfonso García, de 23, forma parte del consejo ciudadano de la formación, como ella, y se encarga del área de sanidad. Estudió Enfermería y recuerda el primer día que escuchó a Pablo Iglesias en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. “Tenía 18 años, pero le oí hablar de sanidad, de educación pública, de justicia... Me pareció algo transversal, que ya había escuchado a mis padres. Entonces pensé que desde la política se podían cambiar las cosas. Ahora hay más gente joven implicada de lo que parece”, afirma.

Sonia Lomas lo confirma. Tiene 19 años y ejerce de portavoz de Jóvenes Ciudadanos en Burgos. "El interés me viene de mucho antes de ser afiliada de Ciudadanos, pero en ese momento me impliqué más para cambiar lo que no me gustaba", asegura la joven, que se involucró en política a partir de las elecciones generales de 2015. Esta estudiante de Ciencias Políticas y Gestión Pública llega acompañada a una cafetería por el jefe de prensa de campaña del partido en la región, que graba esta conversación. También por el anterior candidato de Ciudadanos al Congreso por Burgos. Lomas calcula que son entre 30 o 40 jóvenes afiliados en la localidad. 

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A la derecha, Sonia Lomas, portavoz de Jóvenes Ciudadanos, y Rodrigo J. San Salvador, jefe de prensa del partido en la región, en Burgos.
A la derecha, Sonia Lomas, portavoz de Jóvenes Ciudadanos, y Rodrigo J. San Salvador, jefe de prensa del partido en la región, en Burgos.Ricardo Ordoñez

Menos mítines, más redes sociales

A pesar de las diferencias ideológicas, la organización de los jóvenes en Podemos y Ciudadanos guarda similitudes. En la formación morada, por ejemplo, no existe una sección juvenil que los diferencie del resto, ni siquiera por el nombre. "Podemos es un partido de gente joven. En Burgos somos el 70%. Que no exista esta distinción nos permite fomentar un verdadero intercambio generacional", explica Víctor Ubierna, 20 años, responsable de juventud y estudiante de Ingeniería Agroalimentaria. Según añade Claudio Zambrana, de 23, militante y estudiante de Ciencias Políticas, "no es necesario estar afiliado al partido, ni pagar cuota para ser partícipe de las decisiones". Basta con estar inscrito. Sobre el reparto de carteras, la persona encargada suele ser la que atesora mayor experiencia en el asunto. 

Ninguno de los integrantes de Podemos Burgos presentes se plantea hacer carrera política. "Creo que es lo que diferencia a este partido del resto", dice Guinea, "entendemos que puedes dedicar una fase de tu vida a este cometido y después volver a la normalidad. Tenemos los mandatos limitados a ocho años. Yo dejo ahora mi puesto e intentaré trabajar en comunicación, que es lo que estudié", desvela la concejal de Burgos. 

La formación naranja a través de Jóvenes Ciudadanos sí que marca una diferencia con las nuevas generaciones de políticos. Desde la organización insisten en que "no existen cargos" y que están "integrados en la estructura del partido". "Hay gente que prefiere estar afiliada o inscrita, a nivel nacional somos más de 20.000", comenta Lomas. No deja claro si quiere dedicarse a la política, pero sí que apoyará a Ciudadanos para que consiga sus objetivos.

Para acercarse a la ciudadanía y generar interés entre personas de su misma edad, en Podemos Burgos organizan asambleas mensuales, charlas sobre temas sociales, o actos en la calle. Y sobre todo, muestran su actividad en redes sociales. "La forma de comunicarse con el votante ha evolucionado. Ya no es tan importante hacer un mitin como comunicarte a través de las redes y tener un contacto directo. A nuestra generación le sale automático. Publicamos todas nuestras actividades y siempre se acerca gente nueva, aunque hay que reconocer que no existe el auge de unos años atrás", defiende Javier Benito, de 23, responsable del área de LGTBIQ.

"Desarrollar un programa de Podemos en una ciudad como Burgos es complejo. Es una ciudad donde tradicionalmente ha ganado la derecha, por lo que se mantienen ciertas inercias. Es difícil actuar como oposición. No somos muchísimos: estar implicados conlleva dedicarle tiempo, cada uno elige cuánto", matiza Guinea. La concejal defiende que ser mujer y joven en el Consistorio ha servido para que se escuchasen otras voces y opiniones en los plenos. Defiende como un logro el rescate del plan municipal de juventud, que busca maneras de ofrecer un futuro a los jóvenes que quieran vivir en la localidad.

Desde la formación naranja también potencian el uso de las redes para estar con contacto con la gente, para compartir sus ideas. Para ello, organizan un campus en invierno y en verano, otro a nivel europeo, y montan carpas para mostrar su trabajo a los interesados. "Hace poco lanzamos una campaña de recogida de residuos, coincidiendo con la prohibición de plásticos de un solo uso a partir de 2021 del Parlamento Europeo", cuenta la portavoz de Ciudadanos.

Las elecciones están a la vuelta de la esquina, pero el CIS señala que solo el 49,5% de los jóvenes menores de 25 años están convencidos de que irán a votar. En ciertos sectores es evidente la preocupación por la extrema derecha. Pero estos jóvenes burgaleses niegan que desde Podemos Burgos hayan percibido la supuesta efervescencia de Vox. "No he visto jóvenes implicados en esa formación aquí. Solo hombres y bastante mayores. Eso sí, en las redes sociales parecen muchos", explica Guinea. Considera que "es complicado significarse de forma tan clara en una ciudad pequeña por miedo a ser tachado". Y agrega: "Vox es un partido de extrema derecha que quiere retroceder 60 años en cuestión de derechos. Nuestra generación no quiere retroceder y menos a la España en blanco y negro".

Vox rechazó aparecer en este reportaje alegando que no quiere ningún tipo de colaboración o relación con EL PAÍS. 

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Sobre la firma

Mai Montero
Es editora de portada en el equipo digital de EL PAÍS y escribe reportajes para otras secciones. Antes trabajó en otros medios como Periódico Magisterio, especializado en educación, y en Cambio16. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS, actualmente cursa el Grado de Derecho en la UNED.

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