Felipe González: “No necesitamos relatores”
El expresidente socialista afirma que las condiciones que ponen los independentistas catalanes para aprobar los Presupuestos “son imposibles”
“No necesitamos relatores”. Así de tajante se muestra el expresidente del Gobierno Felipe González, sobre la búsqueda por parte del Gobierno central y del catalán de una figura que coordine, relate y tome nota en las reuniones de la mesa de partidos en las que se trata el conflicto catalán. “Esa es una figura de Naciones Unidas”, recuerda González para dejar claro que en un asunto interno de un país no cabe incrustar ese elemento. Pero sus discrepancias de fondo y forma son muy intensas, ya que no está de acuerdo con la propia existencia de esa mesa de partidos, toda vez que esa función de diálogo, con el que está de acuerdo, corresponde al propio Parlamento catalán “donde hay muchos asesores y muchas personas que pueden hacer de notarios”.
El presidente observa “mucha confusión” sobre el diálogo con Cataluña y la vinculación que se hace entre las demandas del Gobierno catalán y la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. “Primero hay que aclarar el perímetro del diálogo”, ha señalado. González ha expuesto su punto de vista, a través de su fundación, mediante conversaciones grabadas en las que da cuenta de su visión de la política nacional e internacional. Una llamada a la moderación, es el título de esta segunda entrega, que sigue a otra sobre Venezuela que se emitió el miércoles.
Las dos condiciones que pone ERC para retirar la enmienda a los Presupuestos le parecen fuera de lugar. En la primera se exige al Ejecutivo de Pedro Sánchez que pida a la Fiscalía un cambio de posición sobre los delitos en los que han podido incurrir los políticos independentistas catalanes. “El Gobierno de la nación no puede, y creo que no quiere, interferir en el funcionamiento de la justicia”, ha afirmado el expresidente. La segunda condición es discutir sobre el derecho de autodeterminación para Cataluña, “que no existe en el Derecho europeo”, y que supondría “trocear el país” y terminar con los derechos “de todos los españoles”. Por tanto, “dos peticiones imposibles”.
El expresidente socialista lamenta “los insultos, como felón, traidor...”, en referencia a dos de las muchas descalificaciones que el líder del PP, Pablo Casado, ha dedicado al presidente del Gobierno. “Todo lo exagerado es ridículo”, afirma, para señalar que la sociedad española no merece que la discusión política vaya por estos derroteros.
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